(Arte y Cultura) LITERATURA: Bryce Echenique, del Perú desesperado al patético

Cuando Alfredo Bryce Echenique salió de Perú hace 37 años, dejaba tras de sí un país desesperado por siglos de injusticia. Cuando regresó, hace dos, comenzaba el desenlace de una trama alucinante, que el escritor resume en una palabra amarga: «Patético».

«Es una tempestad para la que yo no estaba preparado», confesó Bryce Echenique, quien visita Portugal con motivo del lanzamiento de su primer libro en este país.

«La caja del televisor vomita todo el día noticias atroces. Todo el mundo está preocupado del dinero, de los robos espeluznantes de los políticos. Nadie se acuerda de los presos, de los derechos humanos. El dinero es lo único que importa», dijo a IPS.

La brutal realidad de un país desmoralizado y errante ha ido así desmoronando la idea, construida por la nostalgia y la distancia, de encerrarse en su recuerdo señorial de Lima, en un estudio aislado y sereno, a escribir sobre el Perú en el propio Perú.

Ni la imaginación febril de Martín Romaña, el personaje más conocido de Bryce Echenique, habría logrado inventar un presidente peruano que se vuelve japonés y renuncia a su cargo por fax, mientras el país observa, en videos secretos, cómo el jefecillo de un servicio secreto saquea y destruye todo.

Bryce Echenique, ampliamente conocido en el mundo de habla hispana, lanzó esta semana su primer libro en Portugal, un volumen de 14 cuentos («Guía triste de París»), que reflejan, dijo, su relación traumática con la ciudad que reivindica para sí misma la posesión de la luz.

No es la primera vez que Bryce Echenique le escribe a París.

«La vida exagerada de Martín Romaña», publicado en 1981, es el largo relato hilarante de un joven emigrado peruano, que se deshila sin freno para dejar en el lector el sabor agripicante de derrota histórica de los desterrados: soledad, pobreza, discriminación, un amor lacerante y frustrado.

Bryce Echenique vivió en París, Montpellier y Barcelona, en sus años europeos, pero fue sin duda la capital francesa la que marcó sus hitos. De allí salió escapando a fines de los 70 para refugiarse en Montpellier, donde escribió «La vida exagerada…» y su secuencia, «El hombre que hablaba de Octavia de Cádiz».

El editor portugués de Bryce Echenique, Carlos Vega Ferreira, dijo que escogió los cuentos más frescos —y no alguno de los libros consagrados— para introducir al escritor peruano porque «en Portugal siempre es peligroso empezar con un escritor desconocido con un libro de 500 páginas».

¿Desconocido ? ¿El mismo escritor que convoca multitudes en Argentina, México, España o Chile?

Así, desde «La vida exagerada de Martín Romaña» hasta la última novela de Bryce Echenique, «La amigdalitis de Tarzán», tendrán que esperar la fama de su autor para llegar a Lisboa, quién sabe cuando.

El lanzamiento de «Guía triste de París» se efectuó en un centro comercial de Lisboa, en una minúscula sala transparente, rodeada por un café, una librería y una tienda de discos. Allí, los compradores podían oir música y observar a no más de 50 personas que escuchaban a un hombre maduro de acento indefinido.

El hecho evidencia, tal vez, la distancia profunda entre los dos países ibéricos, y también la de Portugal con su gigantesca ex colonia, Brasil, donde se han traducido y publicado varios volúmenes de Bryce Echenique.

Sin embargo, por las riñas lingüísticas de Portugal con Brasil, todos los escritores traducidos al «brasileño» son retraducidos localmente.

Así, el ya pequeño mercado literario portugués se priva —o se protege— de enormes y baratas ediciones brasileñas, y decenas de escritores como Bryce Echenique permanecen ocultos por décadas.

Tales sutiles divergencias, sin embargo, no parecen afectar al mercado de las telenovelas, en las que el sensual «sotaque» (acento) brasileño fascina cada noche a millones de espectadores.

Vega Ferreira, propietario de la editorial Teorema, anunció que en 2002 editará «Un mundo para Julius», novela que proyectó internacionalmente a Bryce Echenique.

Se trata de una visión satírica del mundo urbano aristocrático de Lima en los años 50, desde el punto de vista de Julius, una especie de Martín Romaña infantil.

Ese mundo, el mundo de la infancia de Bryce Echenique, también se derrumbó en la devoradora orgía encabezada en los años 90 por el ex presidente Alberto Fujimori y su ahora legendario colaborador Vladimiro Montesinos.

Oculto en un tono humorístico, Bryce Echenique intentó esta semana en Lisboa suavizar las emociones que una simple pregunta — ¿Cual será su encuentro literario con Lima?— desató.

El escritor relató que a su regreso de El Callao a Lima pasó por la calle de su infancia donde vio el distinguido palacete de su abuelo convertido en un tugurio miserable.

«Pensé: ¿De qué voy a escribir ahora? Y vino el desorden, que me lleva a refugiarme en un pasado remoto. La llegada al Perú es tan larga que puedo pasarme el resto de mi vida en eso», dijo.

Una confesión no ligera de un escritor que niega con obstinación lo que todos sus lectores creen saber: que todo lo que escribe no es sino el relato de su vida exagerada y nocturna. (FIN/IPS/ak/mj/cr/01

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