AMBIENTE-KENIA: Plan para deforestar cuesta premio internacional

Acción por las Especies Amenazadas, una organización no gubernamental ambientalista, anuló la concesión a Kenia de su Premio 2001 a la Excelencia en Administración Ambiental, para protestar por la privatización de 68.000 hectáreas de bosques indígenas keniatas.

El área fue privatizada para el asentamiento de personas sin tierra, y el ministro de Ambiente de Kenia, Francis Nyenza, alega que ya estaba ocupada por centenares de familias cuya situación se regularizará.

El Premio a la Excelencia en Administración Ambiental había sido otorgado a Nairobi por su campaña contra el tráfico de marfil en los años 90, y estaba previsto que fuera recibido esta semana en Berlín por el ministro de Turismo y Comercio keniata, Nicholas Biwott, durante una Convención Internacional de Turismo.

El mes pasado, Nyenze propuso privatizar 14 por ciento de las 476.460 hectáreas de bosques del país, incluyendo parte de la famosa reserva forestal del Monte Kenia y áreas de Londiani, Mau, Molo, Nabkoi y Nakuru en la provincia del Vale del Rift, para establecer en ellas asentamientos humanos.

«La supresión de cualquiera de las áreas boscosas que quedan en el país choca con numerosas políticas nacionales y acuerdos internacionales para la conservación de los bosques aumentar la cobertura forestal», dijo Imre Loefler, portavoz de la ONG Sociedad de la Naturaleza de Africa Oriental.

Activistas por el ambiente apoyados por medios de comunicación privados keniatas han lanzado una campaña de presión para que el presidente Daniel arap Moi anule su decisión.

Wangari Maathai, el ambientalista más destacado del país, urgió la semana pasada al gobierno a anular el plan de tala de bosques para implantar asentamientos.

Maathai entregó a Nyenze una petición apoyada por 2.500 personas, y se propone presentar más firmas al ministro el día 15.

El ministro alega que la cuestión se ha «amplificado en forma desproporcionada», y que «es injusto que alguien se oponga a una decisión tan noble».

El gobierno keniata ha sido acusado de recompensar a sus partidarios con grandes extensiones de tierra.

«Ha sido frecuente que se talaran áreas forestales para adjudicarlas a personas que no carecían de tierra ni eran ocupantes ilegales», aseguró Loefler.

El fracaso de los planes de regularización de asentamientos ilegales es una de las principales causas de la pobreza en el país, donde numerosos campesinos son expulsados por intereses privados de las tierras que ocuparon durante siglos, y empujados hacia áreas marginales.

La decisión de privatizar más áreas boscosas se adoptó pocos días después de que Nairobi lanzara un pedido de asistencia alimentaria a la comunidad internacional, para salvar a unos 4,4 millones de personas afectadas por una grave sequía, que es a su vez uno de los resultados de la deforestación.

La sequía, debida a la escasez de lluvias durante el año pasado, obligó al gobierno a implantar durante seis meses un programa de racionamiento de agua y electricidad durante 12 horas del día.

Klaus Toepfer, director ejecutivo del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), expresó su preocupación por el riesgo de que aumente la deforestación en Kenia.

«Los bosques son los pulmones del planeta, y ayudan a eliminar de la atmósfera contaminantes como el dióxido de carbono. Estabilizan los terrenos, al reducir riesgos de erosión y de arrastre de tierras hacia los ríos, y en muchos casos albergan a pueblos indígenas y a una rica variedad de especies», apuntó.

«También proveen alimentos y son una rica fuente de sustancias terapéuticas, de las cuales la industria farmacéutica puede derivar la cura de muchas enfermedades, desde el cáncer al sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida)», explicó.

El PNUMA, con sede en Nairobi, afirma que la tasa mundial de deforestación ha aumentado en forma alarmante durante los últimos años, entre tres y cuatro por ciento anual, y que esa tendencia «debe ser detenida».

Bai-Mass Taal, un funcionario del PNUMA, dijo a IPS que la deforestación sigue en aumento, pese a varias iniciativas de la comunidad internacional para frenarla.

Entre ellas están el Plan de Acción para Bosques Tropicales, surgido de la Conferencia Mundial Forestal realizada en México en 1985, los Principios Forestales adoptados en la llamada Cumbre de la Tierra, realizada en Río de Janeiro en 1992, y la creación en 1995 del Grupo Intergubernamental sobre Bosques.

El PNUMA ha destacado que es necesario un urgente compromiso político para implementar esas iniciativas. (FIN/IPS/tra- eng/ja/mn/mp/en dv/01

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