INDIA-PAKISTAN: Diplomacia sísmica llega a su fin

India y Pakistán pusieron fin a sus mutuas demostraciones de buena voluntad, originadas por el terremoto del 26 de enero en el estado indio de Gujarat, y volvieron a su antigua disputa por el territorio de Cachemira.

El diálogo telefónico del jueves 1 entre el jefe de gobierno de Pakistán, Pervez Musharraf, y el primer ministro indio Atal Bihari Vajpayee, en que aquél ofreció sus condolencias a éste por la tragedia, alimentó las esperanzas de reanudación del diálogo diplomático, estancado desde la guerra no declarada de Kargil, en 1999.

El terremoto de Gujarat fue el peor de la historia de India y dejó un saldo de 25.000 muertos al menos.

Ahora, sin embargo, se desató una discusión bilateral sobre quién realizó el llamado telefónico.

Informes publicados en medios de prensa de Pakistán el fin de semana, incluso de la agencia oficial Associated Press of Pakistán, insistieron en que el llamado fue realizado por Vajpayee.

Según la prensa paquistaní, Vajpayee llamó a Musharraf para agradecerle la ayuda humanitaria enviada a la zona del desastre, pero la cancillería india aseguró que fue Musharraf quien realizó la llamada.

«No importa quién llamó. Lo importante es que por primera vez desde que asumió el actual gobierno de Pakistán, los líderes de ambos países se hablaron e intercambiaron palabras de cortesía», señaló en un editorial el diario Dawn, de Pakistán.

«Aun una débil expresión de buena voluntad de Pakistán en medio del desastre de Gujarat no estuvo libre de posturas diplomáticas», comentó el periódico conservador indio The Hindu el lunes, en un artículo de primera página.

El mensaje pronunciado por Musharraf en la víspera del Día de la Solidaridad con Cachemira, celebrado el lunes, tuvo un contenido muy fuerte.

Musharraf aprovechó la ocasión para reafirmar su «pleno apoyo moral y diplomático» a la gente de Cachemira, «en todo tiempo y circunstancia».

India y Pakistán ya pelearon dos guerras y viven en disputa permanente por la parte de Cachemira controlada por India desde la partición del subcontinente por los salientes dominadores coloniales británicos, en 1947. Cachemira es el único estado indio de mayoría musulmana.

Musharraf exhortó el lunes a Vajpayee a «demostrar que es un hombre de Estado» y resolver la cuestión de Cachemira, así como a atender a los refugiados en un campamento establecido en la parte de Cachemira controlada por Pakistán.

India acusa a Pakistán de proveer armas y entrenamiento a los grupos separatistas cachemiros, y descartó cualquier diálogo con Islamabad hasta tener pruebas de que ese apoyo ha cesado.

Hasta ahora, el sismo de Gujarat, un estado costero occidental fronterizo con Pakistán, no ha hecho cambiar de idea a Nueva Delhi.

El gobierno negó permiso al equipo nacional de cricket para jugar un partido organizado por la Federación Asiática de Cricket en Sharjah, Emiratos Arabes Unidos.

La decisión se produjo luego de que la Junta Pakistaní de Cricket anunciara que levantaría su prohibición para que la selección de Pakistán se enfrente a la de India en la próxima reunión del Consejo Internacional de Cricket, que se realizará este mes en Australia.

India impidió a su selección jugar contra Pakistán en las series de Toronto de 1999 y 2000, además de impedirle realizar una gira por Pakistán a fines del año pasado.

Mientras, el cese del fuego ofrecido por Nueva Delhi a grupos radicales de Cachemira desde el 26 de noviembre corre peligro tras la masacre de seis seguidores de la religión sij en Srinagar, la capital de verano de Cachemira. Los seis fueron asesinados por una banda de motociclistas en la noche del sábado.

El toque de queda seguía vigente este martes en varias partes de Srinagar y en Jammu, la capital cachemira de invierno, al igual que una prohibición del movimiento vehicular en la carretera de 300 kilómetros entre ambas ciudades, informó la agencia United News of India.

El domingo, miembros enfurecidos de la comunidad sij violaron el toque de queda para cremar a sus muertos y realizar una marcha de protesta a través de Srinagar, cantando consignas contra Pakistán y arrojando piedras contra comercios musulmanes de la ciudad.

El lunes, la policía abrió fuego contra manifestantes sijs. Una persona murió y al menos 24 resultaron heridas en los enfrentamientos.

«Las fuerzas de seguridad deben reprimir a los terroristas, no a sus víctimas», comentó el diario Indian Express en un editorial este martes.

«La masacre del sábado ofreció a las autoridades su primer gran desafío desde el anuncio de la tregua de Ramadán. Su respuesta determinará el futuro mismo del proceso de paz», agregó el periódico.

El ministro jefe electo de Cachemira, Farooq Abdullah, declaró a la prensa que el cese del fuego no tiene sentido hasta que Islamabad impida a los grupos militantes que actúan desde Pakistán que realicen matanzas indiscriminadas.

La mayoría de los grupos separatistas radicales, principalmente Hizbul Mujahideen y Lashkar-e-Toiba, rechazaron la tregua de casi tres meses, pero los habituales enfrentamientos entre tropas indias y paquistaníes a lo largo de la frontera de Cachemira cesaron. (FIN/IPS/tra-en/rdr/js/mlm/ip/01

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