FRANCIA: Corrupción a la Mitterrand

El proceso por corrupción contra el ex canciller francés Roland Dumas y seis funcionarios más de la empresa petrolera Elf Aquitaine revela las ramificaciones mundiales del abuso de Estado que caracterizó a la política de Francia durante el gobierno de Francois Mitterrand.

El ministro de Relaciones Exteriores del presidente Mitterrand entre 1984 y 1995 es acusado de manipular decisiones estatales para favorecer a su ex amante Christine Deviers Joncour.

Dumas, de 78 años, habría empleado a Deviers Joncour, de 48 años, en Elf Aquitaine, y también habría utilizado pagos ilegales que ella recibiera para financiar su lujosa vida.

Deviers Joncour trabajaba en el departamento de prensa de Elf Aquitaine, pero bajo las instrucciones del vicepresidente de la compañía Alfred Sirven, presionó a Dumas para que Sirven pudiera beneficiarse.

Sirven, que ahora vive en Filipinas, es considerado el ideólogo de un sistema de sobornos por unos 3.000 millones de francos (440 millones de dólares). De ese fondo, Sirven hizo pagos ilegales a funcionarios de todo el mundo.

En 1991 habría recompensado a Deviers Joncour con 6,6 millones de dólares, luego de que ella convenciera a Dumas a autorizar la exportación de barcos de guerra a Taiwan.

En un principio, Dumas había vetado la exportación, por temor a que perjudicara las relaciones diplomáticas de Francia con China. Pero unos meses después, retiró el veto y recomendó la venta a Taiwan.

El martes, Dumas aseguró ante el tribunal que no sabe dónde obtuvo su amante el dinero para comprar un apartamento en París por dos millones de dólares. También dijo que los millones de dólares de su cuenta bancaria proceden de ventas sin declarar de oro y objetos de arte.

Este es sólo uno de varios casos de corrupción de Elf Aquitaine. La otrora empresa pública fue privatizada en 1995 y adquirida por la corporación petrolera TotalFina.

Elf habría sobornado a funcionarios en Alemania, Gabón, Rusia, Uzbekistán y Venezuela, entre otros países, con el fin de ganar licitaciones.

En Alemania, por ejemplo, la justicia francesa descubrió que Elf pagó 40 millones de dólares en sobornos a un intermediario para la compra de la refinería de Leuna en 1991.

El intermediario, Dieter Holzer, es un ex traficante de armas y agente del secreto servicio alemán. Holzer reconoció en París sus vínculos con altos funcionarios del gobierno del ex canciller (jefe de gobierno) Helmut Kohl.

La justicia francesa confirmó un soborno de tres millones de dólares a un ex subsecretario de Defensa alemán, Ludwig Holger Pfahls.

Holzer es requerido por las justicias de Francia, Suiza y Liechtenstein. Alemania también requiere a Pfahls, que desde hace tres años vive clandestinamente en el sudeste de Asia.

La justicia francesa también investiga otros casos de corrupción estatal, como la exportación de armas a Angola por 633 millones de dólares en la cual estaría involucrado el hijo mayor de Mitterrand, Jean Christophe.

Jean Christophe Mitterrand está acusado de recibir 1,8 millones de dólares del traficante de armas Pierre Falcone como soborno por su mediación con el gobierno de Angola, cuando era asesor de su padre en Política Exterior Africana.

Pierre Falcone está en una cárcel parisina desde el 1 de diciembre. Jean Christophe Mitterrand fue liberado luego de pagar una fianza de 750.000 dólares tras pasar tres semanas detenido.

Falcone habría pagado entre 1992 y 1999 decenas de millones de dólares para sobornar a políticos y funcionarios de Africa, sobre todo Angola, Francia, Brasil, México y Venezuela.

Entre los funcionarios angoleños sobornados por Falcone están el subsecretario del Interior y jefe del servicio secreto de Luanda, al igual que embajador en París, Elisio de Figuereido.

Falcone declaró ante los jueces que pagó 18 millones de dólares a De Figuereido por «varios servicios prestados». «El dinero no fue para comprar gente, sino para facilitar las cosas. Es como funcionan las cosas en países como Angola», afirmó.

Pero Falcone también «facilitó» las cosas ante funcionarios en París, especialmente del Ministerio del Interior, según la fiscalía.

El Ministerio del Interior estuvo involucrado en el tráfico a través de la empresa pública Sociedad de Materiales, Sistemas y Servicios, también conocida como Sofremi. La firma, disuelta en 1999, era considerada una pantalla para las exportaciones de armas francesas.

La fiscalía cuenta con una carta, escrita por la secretaria de Falcone, Isabelle Delubac, que implica que el traficante de armas pagó en 1999 cerca de 1,7 millones de dólares a Unión por Francia (RPF), el partido político del ex ministro del Interior, el político derechista Charles Pasqua.

El dinero habría sido usado por el RPF para financiar la campaña a las elecciones del Parlamento Europeo en junio de 1999.

La firma de Falcone, Brenco International, también tiene sucursales en Brasil, México y Venezuela.

En México, Brenco ganó al menos tres licitaciones: para la venta de equipos de trasmisión electrónica de la policía, la urbanización de las playas de Acapulco y la renovación de plataformas petroleras marítimas.

Falcone también contribuyó con 100.000 dólares a la campaña electoral de George W. Bush. Pero Bush devolvió el dinero una vez que fue confirmado como presidente de Estados Unidos. (FIN/IPS/tra-en/jg/sm/aq/ip/00

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