El presidente del País Vasco, Juan José Ibarretxe, anunció hoy la convocatoria anticipada para el 13 de mayo de unas elecciones que cambiarán el panorama político en esa comunidad autónoma y en el resto de España.
Los comicios determinarán la composición del gobierno autónomo y definirán nuevas relaciones de fuerza entre nacionalistas y no nacionalistas, según las últimas encuestas.
Además, la presentación de candidaturas implicará la renuncia del ministro del Interior del gobierno español, Jaime Mayor Oreja, quien aspirará a la Presidencia vasca en nombre del centroderechista Partido Popular (PP), y la consiguiente remodelación del gabinete dirigido por José María Aznar.
El País Vasco es una de las 17 comunidades autónomas que integran España, formada por las provincias de Vizcaya, Guipúzcoa y Alava.
Los partidos nacionalistas vascos de todas las tendencias coinciden en reclamar la independencia de Euskadi (País Vasco, en lengua vascuence), región a la que consideran formada por esas tres provincias, más tres departamentos franceses y la también española comunidad autónoma de Navarra.
En los años 80, los ciudadanos de Navarra resolvieron en referéndum mantenerse como comunidad autónoma integrada en España y se negaron a integrar el País Vasco.
Poco después de la muerte del dictador Francisco Franco (1975), con la transición española a la democracia, el País Vasco fue gobernado por el histórico y hoy fallecido antifranquista Ramón Rubial, del Partido Socialista Obrero Español (PSOE).
Después, desde que se aprobó un Estatuto de Autonomía para esa región al amparo de la Constitución Española de 1978, todos los gobiernos fueron encabezados por representantes del Partido Nacionalista Vasco (PNV), de tendencia moderada.
El PNV gobernó algunas veces en solitario, otras en coalición con el PSOE y la última vez (1998-2001) con el apoyo de partidos nacionalistas, entre ellos Euskal Herritarrok, afín al grupo terrorista ETA (siglas en vascuence de Patria Vasca y Libertad).
La ruptura del acuerdo gubernamental del PNV y Euskal Herritarrok, en febrero de 2000, dejó en minoría al gobierno vasco y terminó causando la disolución anticipada del Parlamento Autónomo y la convocatoria de elecciones, anunciadas este martes por Ibarretxe.
Entre septiembre de 1998 y fines de 1999 ETA mantuvo una tregua unilateral durante la cual se abstuvo de cometer atentados con explosivos o contra la vida. Pero, sus grupos juveniles continuaron quemando comercios, automóviles, cabinas telefónicas, autobuses y residencias de civiles opuestos a sus ideas.
Mientras duró la tregua, representantes del gobierno de Aznar y de la dirección de ETA se reunieron en el extranjero, sin llegar a ningún acuerdo.
La delegación gubernamental ofreció la libertad de los presos etarras y el regreso de los prófugos en el exterior, pero exigió que ETA entregase antes sus armas y explosivos y renunciase de manera pública y expresa a volver a utilizarlos.
La dirección etarra planteó que primero quería hablar de asuntos políticos, lo que fue rechazado por los enviados de Aznar.
Cuando ETA puso fin a su tregua a fines de 1999 y reanudó sus atentados en enero de 2000, el PNV declaró nulo su acuerdo parlamentario con Euskal Herritarrok.
En septiembre de 2000, los diputados autónomos que respondían a ese partido afín a ETA abandonaron sus bancas en el Parlamento Autónomo. Así, el gobierno de Ibarretxe quedó en minoría frente a los partidos no nacionalistas.
Desde entonces, el PNV perdió 58 votaciones en el Parlamento Autónomo, mientras el PP y el PSOE reiteraban sus pedidos de convocatoria anticipada a elecciones. Ese momento llegó este martes, con el anuncio de Ibarretxe.
La primera modificación que se derivará de las elecciones se producirá en el Parlamento Vasco, en el que no volverá a repetirse la actual representación de 42 diputados para los partidos nacionalistas vascos y 35 para los no nacionalistas.
Según las últimas encuestas, realizadas en diciembre, los votos nacionalistas están empatados con los no nacionalistas, y, a su vez, el PNV y el PP aparecen casi empatados en intención de voto: ambos podrían alcanzar entre 20 y 22 escaños cada uno.
De esta manera, se plantea la posibilidad de un gobierno encabezado por el PP, con apoyo del PSOE, o la de otra coalición nacionalista moderada encabezada por el PNV. En cualquiera de los dos casos, Euskal Herritarrok quedaría aislado.
Pero los cambios también se avizoran en el gobierno español, ya que el ministro con mejor imagen según las encuestas, Jaime Mayor Oreja, encabezará la lista del PP y aspirará a presidir el País Vasco.
Aznar podría aprovechar la circunstancia para deshacerse de dos ministros cuestionados como consecuencia de la crisis de la enfermedad de las vacas locas: el de Agricultura, Miguel Arias Cañete, y la de Sanidad, Celia Villalobos.
Los principales candidatos a la Presidencia vasca, Ibarretxe, Mayor Oreja y el socialista Nicolás Redondo, aseguraron este martes que se abre una etapa de discusión política en que todos ellos deberán ofrecer soluciones al mayor problema de esa región: la violencia terrorista.
Esta vez, dicen, no hablarán las pistolas, sino las urnas. (FIN/IPS/td/mj/ip/01
