DROGAS: Vicio de los ricos y privación de los pobres

Los estupefacientes para fines médicos escasean en los países pobres y, en contraste, las naciones ricas presentan un consumo excesivo de drogas de uso indebido.

El informe anual de la Junta Internacional de Fiscalización de Estupefacientes (JIFE), distribuido este miércoles en su sede en Viena, se concentra en el consumo creciente de sustancias psicotrópicas, que son en su mayoría productos farmacéuticos que actúan sobre el sistema nervioso central.

El extendido uso desmesurado de esas drogas, que comprenden alucinógenos, estimulantes y depresores y algunos analgésicos, se ha transformado en una costumbre socialmente aceptable, en particular en los países industrializados.

Entre las causas del fenómeno figuran una legislación laxa, informaciones y estimaciones poco fidedignas de las necesidades médicas, técnicas agresivas de comercialización y prácticas inapropiadas y a veces inmorales de extender recetas.

La sobreoferta abarca a substancias controladas como la benzodiacepina y varias amfetaminas de tipo estimulante.

La JIFE recuerda que su informe anterior enfocó la falta de estupefacientes para el alivio de dolores y de sufrimientos en numerosos países, en especial del mundo en desarrollo.

En cambio, el documento de este año se concentra en el consumo excesivo de drogas, en particular en los países industrializados, y en el contraste que diferencia a las dos regiones.

Mientras los países en desarrollo se caracterizan por una frecuente prevalencia del escaso empleo de drogas, la excesiva disponibilidad de estos productos es típica en países con recursos e infraestructura suficientemente desarrolladas.

El informe observa que la mundialización de la economía ejerce un efecto importante en la capacidad de los gobiernos para controlar las actividades de la industria farmacéutica.

La intensidad y el volumen crecientes del libre comercio y de las operaciones transfronterizas de las firmas multinacionales tienden a debilitar el poder regulatorio de los gobiernos, dedujo la JIFE.

Esa pérdida de la capacidad gubernamental se refleja en el control público sobre la oferta y el acceso a los medicamentos, sobre su precio y sus prácticas de comercialización.

La JIFE, una agencia de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), apeló a gobiernos, profesionales sanitarios, compañias farmacéuticas y consumidores para que asuman una conducta más ética y responsable.

El informe se ocupa también de la comercialización de medicinas a través de Internet, que hace posible el acceso a fármacos vitales en lugares remotos, pero también se convierte en un medio de tráfico de drogas en línea.

Las droguerías y las farmacias en línea proveen de manera ilegal medicamentos recetados, incluso substancias bajo control internacional, a clientes de todo el mundo.

En Africa, al parecer, el abuso de drogas está en aumento y en especial el de substancias psicotrópicas, sobre todo entre mujeres y niños.

Las guerras civiles, la pobreza, el VIH y el sida, los delitos y la corrupción están muy relacionados en Africa con los problemas de control de drogas, dice el informe.

Sistemas de licencias inadecuados y mecanismos de inspección frágiles alimentan en ese continente el creciente abuso de substancias psicotrópicas.

En Canadá, México y Estados Unidos, la droga más usada sigue siendo la cannabis, de la cual se obtiene la marihuana. Los cultivadores de cannabis de Canadá reciben a menudo penas indulgentes de los tribunales.

En Estados Unidos se advierte un aumento marcado de las prescripciones de drogas psicoactivas para niños menores de seis años.

En América del Sur, las legislaciones nacionales son de gran alcance y las políticas están bien formuladas, sostiene el informe. Sin embargo, su aplicación se ve obstaculizada por impedimentos organizativos, políticos y financieros.

En Irán y Pakistán, las tasas de adicción al opio y a la heroína figuran entre las más altas del mundo.

Los secuestros de «éxtasis» y el número de personas que lo consumen ha aumentado de manera marcada en Asia del este y del sudeste.

Europa continua siendo una fuente principal de fabricación ilegal de anfetaminas y de drogas sintéticas como el también estimulante «éxtasis», que se distribuyen por la región y por todo el mundo.

También constituyen problemas en Europa occidental el cultivo bajo techo de cannabis y el aumento del abuso de cocaína. En Europa del este crece el abuso de heroína. (FIN/IPS/pc/mj/ip he/01

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