DESARROLLO-UNION EUROPEA: La ayuda es un arma contra la guerra

El mayor aporte que puede hacer la Unión Europea (UE) para impedir las guerras en el mundo es la ayuda al desarrollo, pero esta queda menoscabada por la falta de una política exterior armónica entre los estados miembros, declaró hoy un alto funcionario del bloque.

Poul Nielson, comisario europeo de Cooperación para el Desarrollo y Ayuda Humanitaria, dijo en un discurso ante el Centro de Política Exterior, de Londres, que es necesario recurrir al «método de la UE» e incluso convertir la oficina del Alto Representante (el rostro público de la política exterior europea) en un asunto comunitario.

«Una consecuencia natural… sería que los estados miembros hablen con una sola voz en el Consejo de Seguridad de la ONU», agregó.

En noviembre, los cancilleres europeos acordaron que debe haber una fuerza de 60.000 soldados lista para ser movilizada por la Política Europea de Seguridad y Defensa.

La idea es contar con una fuerza de paz para actuar en las zonas en crisis donde la alianza militar de la Organización del Tratado del Atlántico Norte no desea involucrarse.

Nielson cree que la capacidad militar otorga credibilidad a la política exterior. «Es una de las principales lecciones de los Balcanes. De esa manera, la Política Europea de Seguridad y Defensa le dará credibilidad a la Política Exterior y de Seguridad Común europea», agregó.

«El trato con los países en desarrollo debe ser distinto. Seamos sinceros: Zimbabwe y Serbia son dos situaciones distintas y los parámetros que rigen las decisiones de un Mugabe y de un Milosevic no son los mismos».

«En Africa, la credibilidad de Europa procede de nuestra cooperación con el desarrollo. Y nuestra capacidad para impedir los conflictos surge de nuestros instrumentos para el desarrollo», dijo Nielson, ex ministro de Desarrollo danés.

«Algunos países en desarrollo están más cerca de lo que se podría pensar. Más de 50 por ciento de los habitantes de las ciudades del norte de Africa son menores de 15 años. Hay que tomar en cuenta si la mayoría se convertirá en maestros, trabajadores y granjeros, o en soldados, policías y terroristas».

La UE ataca algunas de las causas de la guerra, como los conflictos, la pobreza, la presión demográfica y la competencia por el agua y la tierra, entre otros recursos naturales, dijo.

«La crisis de la legitimidad de un estado está en el origen de muchos movimientos insurgentes. No sólo porque el estado sea represor o agresivo, sino porque a veces es débil».

Algunos conflictos son reflexiones reales y legítimas de un cambio social necesario, precisó Nielson.

«La ilusión de poder evitar los conflictos no es realista. Son parte del progreso social. Los países donantes apoyan la reforma agraria, la emancipación de la mujer, la causa de los pueblos indígenas, los derechos humanos y de las minorías. Todo esto puede avivar los conflictos», dijo.

La Comisión Europea, el brazo ejecutivo de la UE, debe concentrarse en las zonas en que sea más eficaz. «La última cosa que necesitamos es sumar nuevas prioridades. La política externa europea se caracteriza por demasiadas declaraciones y poca acción».

No obstante, la UE quizá pueda integrar la seguridad con la cooperación al desarrollo, en lo que concierne al gasto militar y la policía, señaló.

Impedir los conflictos en los países en desarrollo suele estar fuera del alcance de la cooperación para el desarrollo, ya que algunas guerras tienen una historia larga y complicada, debido a orígenes religiosos, tribales y coloniales.

«En algunos casos quizá sean necesarias soluciones militares, por ejemplo para detener al Ejército del Señor en Sudán, o para retomar el proceso de paz en Angola», sostuvo. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/aq/dv/01

Archivado en:

Compartir

Facebook
Twitter
LinkedIn

Este informe incluye imágenes de calidad que pueden ser bajadas e impresas. Copyright IPS, estas imágenes sólo pueden ser impresas junto con este informe