DERECHOS HUMANOS-INDIA: Censo perjudica a castas inferiores

El formulario del censo de población en India impide el registro adecuado de las castas religiosas, lo cual determinaría menos beneficios a los integrantes de los estratos inferiores.

Entrevistadores del censo que concluye este miércoles se desconcertaron días atrás cuando no pudieron anotar la pertenencia del presidente indio K.R. Narayan a la casta «paravan», una de las más bajas en la escala social hindú, no incluida en el cuestionario.

Las autoridades explicaron luego que la casta a la que pertenece Narayan es reconocida oficialmente solo en su región de origen, el estado sureño de Kerala, y no en la capital del país, donde reside el mandatario.

Por más de medio siglo, a los integrantes de las castas inferiores de las religiones hindú, budista y sij se les garantiza por ley una serie de beneficios, entre ellos un cupo de representación en instituciones educativas, empleos estatales y en el Parlamento.

«El caso del presidente evidenció la situación de miles de personas que no reciben los beneficios pues residen en un estado que no reconoce a su comunidad», admitió un funcionario del censo.

Más de dos millones de funcionarios especialmente entrenados recorren las ciudades del país desde el 9 de este mes para encuestar a unas 20 millones de familias en más de medio millón de aldeas y 5.500 ciudades.

India, el segundo país más poblado del mundo detrás de China, realiza censos cada 10 años desde 1872. El último registró a 850 millones de personas. La población india, que alcanzó los 1.000 millones en 2000, crecerá a 1.010 millones en los próximos años, según cálculos oficiales.

Las autoridades confían que el censo servirá para tener un panorama fiel de la realidad social y económica del país, útil para la elaboración de políticas y programas de desarrollo en esta nación del sur de Asia.

Sin embargo, el diseño del censo es objeto de cuestionamientos por falta de precisión y citan como ejemplo el problema presentado con el presidente.

«Luego de 130 años de realizar censos, estos errores motivan serias dudas sobre nuestra actitud hacia la institución de la casta, una institución que es central en la forma de vida india», señaló en su editorial el periódico Indian Express.

Algunos incluso acusaron al partido nacionalista hindú Bharatiya Janata, que encabeza la coalición gobernante, de utilizar el censo con propósitos políticos.

El presidente del Foro de Todo el Pueblo Cristiano Indio, Brindavan Moses, denunció un «intento deliberado y siniestro de distorsionar el perfil demográfico de los dalits», denominación que reciben los descastados o integrantes de la casta más baja de la religión hindú, y los marginados de otras creencias.

Moses y otros líderes cristianos reiteraron su demanda de que el censo no discrimine a los marginados por su religión.

Una dalit debe ser hindú, budista o sij para reclamar los beneficios de las castas inferiores. Esto significa que los marginados «no pueden practicar otra religión, como el cristianismo o el islam, y ni siquiera ser agnósticos o ateos», afirmó Moses.

«La libertad de religión está incluida en la Constitución como un derecho fundamental, pero millones de dalits en todo el país ven a este derecho ignorado en el censo», agregó.

Pero Bimla Jindgar, uno de los responsables del censo en la capital india, defendió la clasificación de dalits según religión. «El sistema de castas existe sólo en las religiones hindú, sij y budista», señaló.

Los líderes cristianos objetan este punto. «El hecho de integrar una casta trasciende la religión», dijo el secretario general del Consejo de Todos los Cristianos Indios, John Dayal.

«Toda persona tiene la libertad de elegir su religión, y sostenemos que los integrantes de las castas no deben ser preguntados al respecto», agregó.

El influyente periódico The Hindú respaldó a los líderes cristianos. «Las mismas consideraciones que pesan en favor de los sij y budistas para registrarse en una casta deben ser tomadas en relación a la comunidad cristiana», señaló.

El periódico sostuvo que la conversión religiosa no era suficiente para acabar con «siglos de discriminación institucionalizada» y que no había razón para excluir a los dalits cristianos de los beneficios otorgados a las castas.

Las autoridades que organizan el censo son acusadas también de ser insensibles ante los derechos de las mujeres.

Pramila Pandhe, de la Asociación de Todas las Mujeres Democráticas de India, criticó que las prostitutas fueran clasificadas como mendigas y que los hijos de madre soltera no fueran registrados en el censo.

«En la actualidad hay muchas madres solteras. El gobierno intenta dar la imagen de que somos una sociedad segura, de que nuestros valores no decaen y nuestras instituciones no se desintegran», dijo Ranjana Kumari, activista del Centro de Investigación Social, que organiza cursos sobre género.

Veena Nayyar, del grupo Women's Political Watch, señaló que el número de madres solteras en India era insignificante y ni siquiera debía figurar en el censo. (FIN/IPS/ap-pr- hd/rdr/mu/rp/mj/pr hd/01

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