Cuba pretende mantener sus relaciones diplomáticas con Argentina al más alto nivel, a pesar de la crisis que llevó al gobierno de Fernando de la Rúa a mantener a su embajador «por tiempo indeterminado» en Buenos Aires.
El embajador de Cuba en Argentina, Alejandro González, recibió la instrucción de «permanecer en Buenos Aires y seguir trabajando», afirmó este viernes el canciller cubano Felipe Pérez Roque entrevistado por la prensa extranjera acreditada en La Habana.
«En Cuba no estamos manejando» la posibilidad de una ruptura de relaciones, dijo Pérez Roque al ser interrogado al respecto. Del mismo modo, la respuesta a una eventual expulsión del embajador González se analizaría en caso de que eso ocurriera, agregó.
En un gesto inusual, el canciller convocó este viernes a la prensa extranjera anunciando de antemano que se referiría a Argentina.
La crisis diplomática estalló el fin de semana pasado, cuando el presidente cubano Fidel Castro se refirió en un discurso a la posibilidad de que Argentina apoye este año una condena a La Habana en la Comisión de Derechos Humanos de la Organización de las Naciones Unidas (ONU).
El canciller argentino Adalberto Rodríguez Giavarini viajó a Washington la semana pasada para «implorar» ayuda económica a Estados Unidos, llevando como «moneda de cambio» su voto contra La Habana en esa Comisión, con sede en Ginebra, afirmó el diario del gobernante Partido Comunista de Cuba, Granma.
«Eso es lamer las botas yanquis», afirmó Castro en su discurso en la clausura del Tercer Encuentro Internacional de Economistas, celebrado en La Habana.
Una resolución de condena a Cuba, presentada en abril pasado por la República Checa y Polonia, fue aprobada en la Comisión de Derechos Humanos por 21 votos a favor, 18 en contra y 14 abstenciones.
Argentina apoyó la resolución y estaría dispuesta a hacerlo de nuevo este año, según La Habana. Sin embargo, analistas en Argentina sostuvieron que el gobierno de De la Rúa ha manejado la posibilidad de abstenerse.
Granma publicó el martes una transcripción de las palabras del Castro «con el propósito de que los argentinos no se dejen engañar por la afirmación de que el discurso (…) era una ofensa al pueblo argentino, tal como lo declaró el señor Adalberto Rodríguez Giavarini».
El periódico contrapuso su versión de las palabras de Castro a la publicada por varios medios de prensa, según los cuales el mandatario habría dicho que Argentina es un «lamebotas yanqui».
«Esas declaraciones son un brote de irracionalidad», fue la primera reacción de Rodríguez Giavarini, quien el lunes aseguró a la prensa en Estados Unidos que Argentina estaba analizando «el futuro de la relación bilateral» con Cuba.
Sin embargo, a su regreso a Buenos Aires este viernes y tras reunirse con el presidente De la Rúa, el canciller argentino afirmó que él no está para adjetivar la situación sino para administrarla, y añadió que actuará con mesura antes de tomar una eventual decisión.
«La cancillería no hace análisis subjetivos, porque son demasiado importantes los intereses nacionales como para que primen las pasiones o la irracionalidad», dijo el canciller, y aseguró que se tendrían en cuenta «los procedimientos diplomáticos internacionales».
El embajador de Argentina en La Habana, Oscar Torres Abalos, quien se encontraba en su país por cuestiones familiares, recibió la orden de su gobierno de permanecer en Buenos Aires «por tiempo indeterminado» a la espera de una decisión definitiva.
Pérez Roque, por su parte, responsabilizó a Rodríguez Giavarini de la crisis, no sólo porque instruyó a sus representantes en Ginebra a sumarse el año pasado a la declaración contra La Habana sino porque este año está preparando las condiciones para repetir ese voto, según dijo.
El canciller cubano negó que haya sido Cuba quien haya «escalado el conflicto» con Argentina y tenga además intenciones de intensificarlo, mientras la otra parte trata de «bajar el tono».
Pérez Roque recordó que Cuba lleva 20 años presentando junto con otros países una resolución que cada año se presenta ante la Asamblea General de la ONU respecto de la soberanía argentina sobre las Islas Malvinas.
«Cuba no se ha prestado a maniobras contra Argentina» , dijo el canciller, quien aseguró que el pueblo argentino sabe muy bien que su país ha sido solidario y amigo de sus más justas causas. «No hay manera de tergiversar una realidad tan aparente», dijo.
Por otra parte, consideró «incomprensible» que Buenos Aires rechace el bloqueo de Estados Unidos contra la isla y apoye al mismo tiempo una condena a Cuba por violaciones de los derechos humanos.
«La violación de los derechos humanos más grande que se comete en este hemisferio (occidental) es el bloqueo (de Estados Unidos a Cuba). Todo lo demás son poses y frases vacías», dijo Pérez Roque.
El canciller cubano recordó también que, en la última sesión de la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, Argentina apoyó la condena a Cuba pero se abstuvo en la votación de una resolución sobre la situación en territorio palestino.
«Evidentemente pesan intereses de tipo comercial y económico» para esas votaciones, afirmó Pérez Roque, quien cuestionó que la condena a la isla sea parte de una política de defensa internacional de los derechos humanos por parte del estado argentino. (FIN/IPS/da/mj/ip hd/01