COLOMBIA: Tenue optimismo por reanudación de diálogo de paz

El acuerdo alcanzado por el presidente de Colombia, Andrés Pastrana, y el líder de las guerrilleras FARC, Manuel Marulanda, despertó un moderado optimismo sobre el futuro de la negociación de paz, que se reanudará éste miércoles.

Las FARC (Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia) ya comenzaron a implementar el acuerdo de 13 puntos alcanzado en la localidad de Los Pozos, con el inicio de una ronda de consultas para integrar las nuevas instancias de control del proceso.

El acuerdo establece la reanudación del diálogo y acelera las negociaciones sobre el intercambio de prisioneros. Además, crea una comisión para considerar la actividad de los paramilitares de derecha y un mecanismo periódico de «seguimiento» del diálogo.

Así mismo, el gobierno ordenó la prórroga hasta octubre de la vigencia de la zona desmilitarizada del sudeste colombiano, creada por el gobierno en noviembre de 1998 a instancias de la guerrilla, que condicionaba su participación en el diálogo a la retirada del ejército de esa área.

De las tres comisiones creadas, la fundamental será, según analistas, la integrada por personalidades que realizarán el «seguimiento» de la lucha del gobierno contra el paramilitarismo, fenómeno detrás del congelamiento unilateral de las negociaciones por parte de las FARC en noviembre pasado.

La importancia de esa comisión radica en que el paramilitarismo ha sido uno de los principales obstáculos en el proceso de negociación con las FARC, dijo a IPS Jaime Zuluaga, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la estatal Universidad Nacional.

Los paramilitares son, según las FARC, autores de 80 por ciento de las casi 400 masacres (asesinatos de más de cuatro personas en un mismo lugar y al mismo tiempo) ocurridas el año pasado.

La reconsideración por parte de Pastrana y Marulanda de la participación de representantes de la sociedad civil en la mesa de negociaciones, a través de la comisión de seguimiento, fue también considerada positiva por Zuluaga.

No obstante, para que «esa apertura sea efectiva es necesario que se dé participación a sectores independientes que lleven sus propuestas a la mesa de negociación», agregó.

Algunos asuntos, como el cese del fuego y de hostilidades, serán abordados en otra comisión cuya agenda «es trascendental», según el representante gubernamental en las negociaciones Alfonso López.

Para el gobierno, el cese del fuego no sólo significa reducir la intensidad de la guerra y cesar los ataques, sino el final de hostilidades contra la población civil como son el secuestro extorsivo, delito del que las FARC obtienen parte de sus fondos.

El Plan Colombia fue también central de la reunión, y, a pesar de que no se lo mencionó directamente en el documento de 13 puntos, Marulanda lo consideró implícito en las referencias a la sustitución de cultivos ilícitos.

«En eso tenemos diferencias, pero si ese plan se enrumba realmente como se viene planteando vamos a trabajar en esa dirección», afirmó Marulanda. El líder guerrillero se refería así a la posibilidad de que el dinero invertido en el programa «se invierta para beneficiar a los colombianos».

No obstante, «vamos a seguir criticando todo lo que se invierta en armas porque nos va a traer mayores problemas a todos», advirtió.

El Plan Colombia, que tiene como epicentro la erradicación de cultivos ilícitos en el sudeste colombiano, la zona con mayor presencia guerrillera del país, tiene un costo de 7.000 millones de dólares de los cuales Estados Unidos aportará 1.300 millones.

Para Antonio Navarro, ex comandante del izquierdista M-19 legalizado en 1990, consideró significativo que Pastrana y Marulanda acordaran la erradicación manual de los cultivos de coca previa concertación con las comunidades campesinas.

Según Navarro, la decisión de las FARC de no obstaculizar el proceso de erradicación voluntaria de cultivos ilícitos ayuda a la consolidación del proceso de paz.

Los periódicos de mayor circulación nacional mostraron el domingo voces menos optimistas.

«Los colombianos tenemos que constatar que la reunión de Los Pozos sirvió no sólo para resucitar un muerto sino para ponerlo a andar», sostuvo el diario El Tiempo, el de mayor venta en todo este país.

Por su parte, El Espectador, segundo en circulación, afirmó que «todo se delegó en comisiones, negociadores y mesas de trabajo que no han servido sino para prorrogar por dos años la tragedia colombiana y que ahora la mantendrán viva por mucho más».

Para el presidente Pastrana, lo más importante de la reunión de dos días con Marulanda es que «se habló de todos los temas que había que discutir», entre ellos la agenda de negociaciones, el proceso de negociación y las criticas que se le han formulado. (FIN/IPS/yf/mj/ip/01

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