El presidente de Estados Unidos, George W. Bush, recibirá el 27 de este mes al mandatario colombiano Andrés Pastrana, cuando la política de Washington ante Colombia parece estar en momento crítico, se informó hoy en esta capital.
El anuncio fue realizado por el canciller colombiano Guillermo Fernández de Soto, inmediatamente después de reunirse durante 30 minutos con el secretario de Estado de Estados Unidos, Colin Powell.
El Departamento de Estado había dado el lunes la «bienvenida» a la noticia de la condena del general colombiano Jaime Uscátegui por su participación en el asesinato por fuerzas paramilitares de 22 civiles en la meridional localidad de Mapiripán, en 1997.
Estados Unidos ha sostenido que «la cooperación entre integrantes de las Fuerzas Armadas de Colombia y grupos paramilitares es inaceptable», dijo el portavoz de Powell, Richard Boucher.
"El respeto de los derechos humanos es asunto central en nuestras relaciones con Colombia», aseguró Boucher.
Un tribunal militar sentenció el lunes a 40 meses de prisión a Uscátegui, que era entonces jefe de la cuarta división del ejército, por permitir la masacre de Mapiripán.
Por su parte, la organización humanitaria Human Rights Watch (HRW), no aceptó la condena de Uscátegui, por considerarla excesivamente leve.
"No es casi más que un mes (de condena a prisión) por cada colombiano asesinado en Mapiripán", observó José Miguel Vivanco, director de la división de HRW para las Américas.
"Es una sentencia demasiado leve para impedir en el futuro tales actos. Guarda escasa relación con los crímenes cometidos», dijo Vivanco.
El veredicto del tribunal militar colombiano y el anuncio de la visita de Pastrana a Washington se produjeron en un momento crítico de la política de Estados Unidos hacia Colombia que Bush heredó de su predecesor Bill Clinton.
La crisis se debe a la falta de resultados concretos del diálogo que el gobierno de Pastrana mantiene con las izquierdistas Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), la principal organización insurgente del país.
Miembros del gobernante Partido Republicano en el Congreso, que reclaman más énfasis en la lucha antidrogas, criticaron de modo sistemático el apoyo de Clinton a la estrategia de Pastrana
La administración de Clinton resolvió contribuir con 1.600 millones de dólares al Plan Colombia, de 7.500 millones en total, para eliminar la producción de coca y opio en ese país en los próximos siete años.
La mayor parte de la contribución de Estados Unidos consiste en ayuda militar para el ejército y la policía, con el objetivo de arrebatar el control del sur de Colombia a fuerzas guerrilleras que, según cree Washington, protegen la producción de drogas para lograr la financiación de sus actividades.
Las violaciones de derechos humanos y los lazos de las Fuerzas Armadas con los paramilitares de derecha, a quienes se cree responsables de 80 por ciento de las masacres perpetradas, crearon polémica sobre la política de Estados Unidos en Colombia.
Se teme incluso que el incremento de la ayuda militar estadounidense acabe con el diálogo de paz entre las FARC y el gobierno, aunque Pastrana y el lídder guerrillero Manuel Marulanda anunciaron el miércoles de la semana pasada la reanudación de las conversaciones.
El gobierno de Bush aseguró que apoya el Plan Colombia y los compromisos que aceptó Estados Unidos.
Pero el secretario de Defensa, Donald Rumsfeld, se negó al hacerse cargo de sus funciones a pronunciarse acerca del plan de ayuda a Colombia. Rumsfeld afirmó que el consumo de drogas "es sobre todo un problema de demanda".
Si hay demanda, se buscarán las formas de satisfacerla. Y si no hubiera suministros desde Colombia, se buscarían en otro lugar, dijo el secretario de Defensa.
Rumsfeld también manifestó preocupación ante el impacto en países vecinos a Colombia de las actuaciones para la erradicación de los cultivos ilícitos.
El canciller colombiano Fernández, que visitó Washington para informar sobre las conversaciones de Pastrana con Marulanda, intentó lograr seguridades acerca del respaldo de la nueva administración estadounidense a los esfuerzos de paz y al Plan Colombia.
Según Boucher, Fernández logró lo que pretendía. O sea, «un fuerte respaldo al Plan Colombia y al esfuerzo del gobierno de Pastrana por la paz, la estabilidad y el desarrollo y por poner fin al narcotráfico».
Por su parte, el canciller señaló que «los problemas que acosan a Colombia, especialmente el narcotráfico, tienen origen en la demanda de drogas en Estados Unidos", agregó el portavoz.
En cuanto a Powell, afirmó que su objetivo es forjar una política amplia para la región andina y que intentará convencer a la Unión Europea (UE) para que conceda mayor financiación para los capítulos de desarrollo comprendidos en el Plan Colombia.
La UE, preocupada por el componente militar del Plan Colombia, se negó a comprometer la asistencia de más de 1.000 millones de dólares que se le solicitaba, limitándose a una cantidad alejada de ese monto.
Powell también puso énfasis ante Fernández en la importancia de romper los vínculos entre el ejército y los paramilitares, informó Boucher.
Uscategui no fue acusado de participar directamente en la matanza de Mapiripán, pero los acusadores civiles comprobaron que tropas a su mando recibieron a los paramilitares en un aeropuerto cercano y se aseguraron de que no hubiera otros soldados en el área en que la masacre fue perpetrada. (FIN/IPS/tra-en/jl/ip hd/01
