(Arte y Cultura) MUSICA-KENIA: Muere autor de famosa canción de amor

La muerte de Fadhili Williams, el autor de la canción de amor «Malaika» (Angel), golpeó con fuerza a la comunidad musical de Kenia, sobre todo a las generaciones mayores.

La canción se convirtió en un éxito internacional gracias a artistas como Miriam Makeba, Harry Belafonte, Boney M y James Last. En los últimos años, las nuevas generaciones la conocieron a través de Angelique Kidjo y el grupo keniano de hip-hop Swahili Nation. Sigue siendo la favorita en las bodas africanas.

Malaika fue compuesta en 1959 y cuenta la historia del primer amor de Williams, una chica con la cual no podía casarse porque no tenía la dote requerida. Ha sido reproducida en seis idiomas.

La carrera de Williams se extendió durante tres décadas y su música sigue atrayendo multitudes. Actuó semanalmente en el Panafric Hotel de Nairobi hasta que enfermó gravemente de pulmonía en noviembre pasado.

Falleció en el Hospital Nacional Kenyatta de Nairobi el 11 de febrero dejando ocho hijos y nueve nietos. Su última hija tiene siete años y se llama Malaika.

Entre sus contemporáneos de los años 60 figuran Daudi Kabaka, David Amunga y el extinto Fundi Konde. Su música recuerda a muchos kenianos las buenas épocas del país, cuando el nacionalismo era la característica de la movida cultural de Kenia.

Los clubes nocturnos que tocan viejos temas kenianos y congoleños de los años 60 y 70, son muy populares en Nairobi. Dadas las dificultades económicas del país, no hay nada que los kenianos de mediana edad disfruten más que recordar tiempos mejores.

Kabaka y Williams integraron un grupo de músicos que hicieron famosos bailes como la «pachanga» y el «twist», mediante estilos y vocalizaciones propias y la ejecución de la guitarra.

«Su vida fue la de un hombre común, luchando perpetuamente para que el dinero le alcanzara hasta fin de mes, una vida que hubiera podido ser mucho mejor en un país donde las regalías aseguraran una vida cómoda a los artistas», según el diario East African Standard.

En Kenia abundan los músicos de talento que no pueden vivir de su trabajo por la piratería comercial y los productores inescrupulosos. Muchos viven en la pobreza extrema a pesar de haber producido éxitos mundiales.

«La mayoría sólo aspira como máximo a ver su nombre en las listas de éxitos cuya fama perdura, como un pétalo de rosa, el lapso de una mañana. Lo peor es que algunos tienen una vida que deriva hacia ese territorio lindero entre el pordiosero y el desesperado, y mueren con sus almas gritando traición y abandono», según el diario.

La batalla de Williams por los derechos de autor y las regalías de su éxito internacional, Malaika, es uno de los ejemplos más terribles de la situación de los músicos.

El éxito de Malaika se debió sobre todo a la versión de la sudafricana Miriam Makeba, que la difundió por Europa y Estados Unidos.

Makeba conoció la canción cuando visitó Nairobi en 1963 como artista invitada a la velada de gala por la independencia de Kenia.

La cantante habría preguntado a su entorno si alguien conocía el tema Malaika que había escuchado durante su viaje. Un ayudante le escribió apresuradamente la letra en un trozo de papel, lo que explica por qué la cantante sudafricana se equivocó en algunas palabras.

Makeba también se equivocó al presentar la canción como una obra originaria de Tanzania. De todas maneras, la canción llegó al gran público con su traducción de la letra de Malaika al inglés. (FIN/IPS/tra-en/ks/mn/ego/aq/cr/01

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