(Arte y Cultura) FOTOGRAFIA-INDIA: Los ojos del Imperio Británico

El Imperio Británico manipuló hasta las cámaras fotográficas para subrayar su dominio sobre la India colonial, pero el torrente de imágenes exhibidas en la Galería Sackler de esta capital no alcanza para apagar la pompa y el refinamiento de los maharajás.

«India a través de la Lente: Fotografías 1840-1911» presenta 130 imágenes captadas durante los días de oro del comienzo de la fotografía. Las obras fueron elegidas por su calidad estética, pero es su significado histórico y social lo que causa mayor impacto.

«Esta exhibición explora la relación entre fotografía y colonialismo, si bien reconoce este conjunto de fotos como obras de arte y las rescata de su condición de mero documento de estudio», dijo Milo Beach, director de la Galería Sackler.

A través de la cuidadosa selección, los organizadores de la muestra exploraron el papel de la cámara como elemento de propaganda, en este caso, en manos de la corona británica.

«Imágenes de India captadas por los primeros fotógrafos británicos revelan mucho acerca de su mundo y también de las actitudes británicas hacia ese mundo», apuntó Vidya Dehejia, vicedirector de la Galería Sackler.

«En la práctica, el imperialismo involucra mucho más que gobierno y expansión geográfica. Tambien es un conjunto de actitudes culturales hacia el pueblo que está bajo ese control imperial», agregó Dehejia.

La exibición, que se abre con vistas panorámicas de Calcuta, Bombay (actual Mumbay) y Delhi (actual Nueva Delhi), registra la obsesión británica del siglo XIX por las fotos de arquitectura, paisajes y poderío imperial.

La sección titulada «Una pasión por la documentación» muestra la necesidad británica de documentar y conservar antiguos archivos y detallar los tipos étnicos de las comunidades bajo su dominio.

El fotógrafo Maurice Vidal Portman realizó tomas antropológicas de indígenas desnudos, mujeres y niños, que son un testimonio patente de las actitudes culturales de superioridad prevalecientes en esa época.

También evidente en la exhibición es el uso de la documentación como herramienta de refuerzo de la agenda colonial británica.

«El empleo que hace Samuel Bourne del principio artístico del pintoresquismo en sus fotos de paisajes producen una engañosa y benigna representación de India como una tierra relativamente segura y panorámicamente exótica, favorable a la explotación cultural y comercial», apuntó el historiador Gary Sampson.

Así de engañosas son las fotos perturbadoras del levantamiento indio de 1857, la Rebelión de los Cipayos, calificada por los británicos de «amotinamiento».

Según los organizadores de la muestra, el fotógrafo James Beato llegó a la escena de los combates meses después del fin de la contienda, pero fue capaz de interpretar el conflicto de intereses de sus clientes británicos. El profesional reflejó en sus fotos la visión de la Corona de sí misma como vencedora.

Eso se observa en una imagen asociada con una fotografía anterior de luchas en Secundra Bagh, donde se produjo una matanza de 2.000 indios. Para dar un efecto más dramático, Beato esparció huesos en un patio frente al edificio bombardeado.

En un vívido contraste con los paisajes y arquitecturas de Beato, «India de príncipes y maharajás» atesora retratos de muchos soberanos indios.

Sentados y de pie, príncipes, ancianos y jóvenes, ataviados con traje de ceremonia, joyas y armaduras, posan estoicos para el fotógrafo. Vistos con el trasfondo colonial, la pompa y el esplendor en las fotos contrastan con el desmoronamiento de su poder bajo la dominación británica.

A fines de siglo XIX, deseosos de proteger la imagen imperial y subrayar el dominio sobre India, los británicos realizaron una serie de ejercicios de construcción de imagen. La más impactante fue el ceremonial durbar, en que se obligaga a prominentes súbditos a hacer ofrendas públicas en señal de sumisión.

Las fotografías muestran el espectáculo de miles de durbars descendiendo sobre Delhi, así como las «aldeas» de tiendas blancas erigidas para albergar a los participantes.

Las obras impresionantes del fotógrafo indio Lala Deen Dayal (1844-1910) cierran la exposición. Deen Dayal alcanzó celebridad en las décadas de 1870 y 1880, y se convirtió en el profesional indio más importante de India.

Con un pie en los dos campos, Deen Dayal ofrece una ventana fascinante de mundos muy diferentes, aquel de los príncipes indios que pronto llegó a su fin, y el nuevo mundo dominante de los raj (angloindios) y la India imperial.

Segón Samson, durante esa década produjo un archivo pictórico inusual para su retrato de una India que estaba muriendo y una nueva, que intuía cambios mucho más importantes en las décadas futuras. (FIN/IPS/trad-eng/fh/da/ego/mj/cr/01

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