(Arte y Cultura) CINE-ARGENTINA: Película familiar llega a la Berlinale

«La Ciénaga», de Argentina, es el único largometraje latinoamericano en competencia en el Festival de Cine de Berlín, que comenzará hoy en la capital alemana.

Pero su directora, la argentina Lucrecia Martel, no cree que su película represente a su país ni a la región. Ni siquiera a Salta, su provincia, retratada en el filme, y tampoco al género femenino.

«No siento que mi película represente al cine argentino, que tiene tanta diversidad, ni al latinoamericano, ni tampoco a las mujeres», comentó Martel antes de viajar a Berlín, donde «La Ciénaga» competirá con otros 22 títulos en el festival conocido como Berlinale, que concluirá el día 18.

A medida que se acelera la globalización económica y financiera, en el plano cultural se imponen, paradójicamente, proyectos que surgen desde la comarca, como si fuera allí donde se encuentran los rasgos auténticos de una humanidad menos abstracta.

«No me siento más que representando a mi compromiso con mi propia obra», dijo Martel. «La ciénaga» es su primera película, que permitirá al cine argentino volver a competir en la Berlinale después de 13 años de ausencia, cuando otra película realizada en el interior («La deuda interna») se alzó con un Oso de Plata.

Este año, además de la proyección de más de 600 filmes en las secciones de Foro, Panorama y Homenajes, 23 largometrajes seleccionados competirán por el Oso de Oro, el primer premio. Además de «La ciénaga» hay uno africano (de Senagal), tres de Estados Unidos, cinco de Asia y 13 europeos.

En la Berlinale, que este año celebra su edición 51, suelen participar películas del circuito comercial (la mayoría procedentes de la industria estadounidense concentrada en Hollywood), otras considerados artísticas o de culto y algunas de corrientes casi desconocidas en Occidente, como las asiáticas.

Películas de Corea del Sur, China o Japón, poco conocidas pro el público occidental, se erigieron en los últimos años en estrellas de festivales y ciclos ansiosos de difundir nuevas experiencias culturales a partir de una forma de expresión única y diversa a la vez como es la cinematografía.

En el caso de Martel, una desconocida en su propio país, realizó su película en su provincia, Salta, en el noroeste del país. La historia, narrada en una forma que escapa a los lineamientos tradicionales, logra transmitir con gran sensibilidad el clima del interior argentino.

Martel, de 34 años, ubica entre sus principales influencias las historias que sus padres le contaban de pequeña. «Con mis hermanos nos burlábamos de la forma de narrar de mi madre, porque nunca sabíamos cuándo empezaba y cuándo terminaba la historia», recordó.

Esa forma de contar historias de una madre preocupada por sacar adelante una familia de siete hijos quedó reflejada en «La Ciénaga» sin que la autora se lo propusiera.

Martel aseguró que no es una clásica cinéfila, como es habitual entre los directores noveles. Quizás porque vivía en una provincia alejada de los circuitos culturales y de los ciclos de cine. De todos modos, tuvo acceso muy precoz a una experiencia fílmica propia.

«Cuando tenía 19 años, mi padre compró una cámara de vídeo, de ésas pesadas, que había que dejar fija en un sitio. Yo la ponía en la cocina, donde más estabamos, y ahí filmaba lo que ocurría: mi madre, mis hermanos… Me gustaba captar lo que iba ocurríendo en forma solapada», dijo.

Tiempo después viajó a Buenos Aires, más de 2.000 kilómetros al sur de su provincia, y allí estudió vídeo y animación. «Pero el cine no es lo que más prefiero. Lo tomé como una forma de expresión para la que tenía cierta habilidad», sostuvo Martel, camino a Berlín.

A partir de entonces, se destacó con la realización de algunos cortometrajes, sobre todo por sus guiones. La narración, una vez más.

Finalmente, tras realizar la producción artística de un programa cómico de televisión, obtuvo apoyo para transformar en largometraje una historia ubicada en su provincia que hacía tiempo la rondaba.

Convocó a dos actrices consagradas en Argentina —Mercedes Morán y Graciela Borges—, que, según ella, aceptaron con generosidad participar en una ópera prima en que las mujeres —sin maquillaje y sin trucos que disimulen los años— no se lucen mas que por su actuación pura.

La película de Martel inaugura este jueves la sección de competencia de la Berlinale. Para que los argentinos puedan verla habrá que esperar hasta el Festival de Cine de Mujeres de Mar del Plata —que comenzará el 8 de marzo— o hasta abril, cuando se estrenará en salas comerciales.

Mientras, Martel, que con seguridad pasará inadvertida en un festival al que asistirán Anthony Hopkins, Sean Connery, Kirk Douglas, Spike Lee o Kate Winslett, ya disfruta de su próximo trabajo, un largometraje titulado «La santita» y que se anticipa como otro fragmento de sus vivencias en la pequeña aldea. (FIN/IPS/mv/mj/cr/01

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