MALASIA: Decae apoyo de comunidad china al gobierno

El apoyo de la población de origen chino a la coalición gobernante de Malasia podría disminuir más debido al rechazo de una serie de iniciativas chinas que cuestionaban la esencia de las políticas étnicas del gobierno.

Las propuestas fueron «dejadas de lado» durante las reuniones iniciadas en diciembre entre una federación de asociaciones chinas y representantes de la juventud de la coalición encabezada por la Organización Nacional de Malayos Unidos (UMNO), el partido del primer ministro Mahathir Mohamad.

Algunas fuentes sugirieron que las asociaciones chinas o «suqiu» recibieron una intensa presión para renunciar a las propuestas más controversiales, y finalmente lo hicieron a principios de este mes.

«La impresión del público es que suqiu fue presionado por la juventud de la UMNO para que renunciara a ciertos elementos de su iniciativa», declaró Chandra Muzaffar, vicepresidente del opositor Partido de la Justicia Nacional, o keADILan.

Una disminución adicional del apoyo de la próspera comunidad china (30 por ciento de la población) significaría graves problemas para la coalición de gobierno Barisan Nasional, que padece una caída del respaldo de los malayos desde hace varios años.

Los puntos más polémicos de la propuesta de los grupos chinos se referían a la remoción de la distinción entre los «bumiputra» (malayos y otros grupos indígenas, que juntos constituyen 60 por ciento de la población) y los «no bumiputra» (principalmente de origen chino e indio).

El memorando de suqiu proponía poner fin a las cuotas étnicas que el gobierno comenzó a aplicar luego de los disturbios raciales de mayo de 1969, destinadas a corregir un desequilibrio económico que desfavorecía a la comunidad malaya.

«En vista de la tensión étnica, conviene dejar esa propuesta a un lado por el momento», declaró Ser Choon Ing, presidente de la comisión de derechos civiles de la Asamblea China de Selangor.

El grupo de Selangor fue una de las asociaciones chinas promotoras del memorando, que reclamaba reformas sociales de gran alcance.

La UMNO está preocupada por la constante reducción del apoyo de la comunidad malaya, su antiguo baluarte y beneficiario de sus políticas.

El respaldo de los malayos ha disminuido desde el arresto y encarcelamiento del ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, en septiembre de 1998, que atribuyen a motivaciones políticas.

Analistas políticos estimaron que el partido tiene actualmente el apoyo de 35 a 40 por ciento de los malayos, frente a 45-50 por ciento hace un año.

En este marco, la renuencia de la UMNO a revisar sus políticas raciales no resultó sorprendente, y algunos arguyeron que nunca hubo una «tensión étnica» que justificara tal revisión.

«La UMNO fue creada en base al concepto de la supremacía malaya, y su subsistencia dependerá de si ese concepto sigue resultando aceptable a los malayos», afirmó Raja Kamarudin, de la Campaña para Liberar a Anwar.

«Es por eso que el partido intenta desesperadamente revivir la idea de la supremacía malaya. Si los malayos la rechazan, también rechazarán a la UMNO, porque ambas son una sola cosa», añadió.

Líderes de la UMNO y varias organizaciones malayas arguyeron que las propuestas de las asociaciones chinas amenazaban los «derechos especiales» de la comunidad malaya.

Posteriormente, los grupos chinos aclararon que respaldan la «posición especial» de los malayos, que fuera consagrada en la Constitución en vista de la posición económica desfavorable de la comunidad indígena en la época de la independencia, en 1957, una situación que causó tensiones étnicas.

Desde entonces, y en especial desde 1970, las políticas de «acción afirmativa» contribuyeron a mejorar la situación de muchos malayos, aunque también fueron aprovechadas por individuos ya ricos y bien conectados para enriquecerse más aún, según críticos.

A través de los años, la brecha entre ricos y pobres de todos los grupos étnicos se ha ampliado, y muchos malayos de bajos ingresos sienten que no se han beneficiado para nada de los «derechos especiales».

Esos mismos malayos critican la corrupción y el amiguismo en la vida pública y se han pasado de la UMNO a partidos opositores como keADILan y el Partido Islámico Pan-malasio.

En cuanto al rechazo de siete puntos de la propuesta de las asociaciones chinas, la reacción entre la comunidad china varió desde la sorpresa hasta la indignación.

«Es obvio que esas organizaciones se sintieron traicionadas por la comisión suqiu y sienten mucha rabia, contra la comisión por no haber derivado la cuestión de vuelta a las organizaciones y contra la UMNO por convertir la propuesta en un asunto racial», opinó P. Ramakrishnan, presidente de la organización no gubernamental Aliran. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ip/01

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