FORO SOCIAL MUNDIAL: Propuestas para prevenir crisis financieras

La globalización financiera, que dejó el mundo rehén de crisis sucesivas, exige medidas para evitar crisis, corregir desequilibrios e impulsar el desarrollo de los países pobres, sostuvieron asistentes al Foro Social Mundial, que se realiza en esta ciudad brasileña.

La Tasa Tobin, un impuesto mundial sobre el flujo de capitales especulativos, y la cancelación de la deuda externa del Sur en desarrollo son las principales medidas defendidas por los representantes de organizaciones no gubernamentales, sociales y políticas, reunidos en Porto Alegre del día 25 a este martes.

Sin embargo, el brasileño Luciano Coutinho, quién hizo el análisis más dramático de las amenazas a la economía mundial, consideró «insuficiente» el tributo propuesto por el economista estadounidense James Tobin, que sería de 0,1 a 0,5 por ciento sobre el capital en movimiento.

Además, consideró difícil que los países en desarrollo, «heterogéneos y divididos», se unan por la anulación de sus deudas, ya que muchos gobiernos están alineados a las políticas liberales y al mercado financiero internacional.

Los títulos en negociación mundial se triplicaron en cada una de las dos últimas décadas, alcanzando ahora a 60 millones de dólares.

Las transacciones cambiarias hechas cada día ascienden a dos billones de dólares, superando la capacidad de intervención de los bancos centrales de los países ricos, que suman reservas por 750.000 millones de dólares, destacó el economista Coutinho, de la Universidad de Campinas, cerca de Sao Paulo.

El riesgo inminente actual es una caída abrupta del dólar, ante el elevado déficit comercial de Estados Unidos, y dependemos de autoridades monetarias de poder limitado para evitar el desastre de proporciones imprevisibles, advirtió.

Los peligros llegaron al extremo con la proliferación de fondos de los llamados «derivativos», que tratan de multiplicar sus ganancias en operaciones especulativas arriesgadas en que juegan hasta 40 veces el capital efectivamente invertido, observó.

En ese cuadro, con los países en desarrollo vulnerables por su dependencia de capitales externos, hay que aplicar sí la Tasa Tobin, pero junto con una decena de otras medidas, propuso Coutinho.

Algunas de esas propuestas son decretar moratorias de la deuda externa de países con crisis cambiarias, prohibir o reducir los fondos «derivativos» y crear un comité de cooperación entre los bancos centrales de países ricos para impedir «flotaciones salvajes» de las grandes monedas.

También se plantea una reforma del Fondo Monetario Internacional, con el fin de hacerlo más flexible y menos ortodoxo.

Además, reducir la vulnerabilidad del Sur exige mecanismos de recuperación de los precios de productos primarios, la reducción sustancial de los subsidios agrícolas en Europa y en Estados Unidos y que los préstamos de los bancos multilaterales tengan intereses vinculados a los valores de las principales exportaciones de los países en desarrollo, completó Coutinho.

Las tasas del Banco Mundial, aunque nominalmente bajas, eran de 15 a 18 por ciento al año en la década pasada, demasiadas elevadas considerando los precios de productos básicos, la «moneda con que los países pobres pagan sus deudas externas», ya que son la fuente de sus divisas, observó.

Eric Toussaint, presidente del comité belga por la abolición de la deuda, admitió la necesidad de muchas medidas «convergentes» para superar las graves distorsiones financieras que agravan las desigualdades mundiales y los problemas sociales en el mundo en desarrollo.

Pero argumentó que la Tasa Tobin, como la anulación de la «deuda externa ya pagada varias veces», son reclamos con gran capacidad de movilización popular y pueden impulsar el cambio en la correlación de fuerzas políticas, necesario para que éstas y las medidas complementarias puedan ser adoptadas.

Los defensores de ese tributo, como la Iniciativa Halifax, de Canadá, estiman que se podrá recaudar entre 150.000 y 300.000 millones de dólares al año, que se destinarían a programas sociales y ambientales y suficientes para eliminar la pobreza extrema del mundo en 10 años.

El movimiento por su adopción creció mucho en los últimos años, evaluó Robin Round, coordinadora de Halifax, mencionando varios parlamentos nacionales que empezaron a discutir la medida.

La Acción por la Tributación de Transacciones Financieras en Apoyo al Ciudadano (ATTAC), organización que encabezó la realización del Foro Social Mundial, ya está presente en 20 países, según su presidente en Francia, Bernard Cassen, también director del periódico Le Monde Diplomatique.

El financista internacional George Soros afirmó apoyar la Tasa Tobin, en un debate intercontinental por satélite, promovido el domingo por una televisión francesa, entre participantes en el Foro Social Mundial, de Porto Alegre, y en el de Foro Económico Mundial, que se realiza en forma paralela en Davos, Suiza.

En esa teleconferencia participaron también desde Suiza un empresario sueco y dos funcionarios de la Organizaciones de las Naciones Unidas.

Cassen desafió a sus interlocutores en Davos a convencer a sus colegas empresarios y banqueros a firmar un documento en favor del tributo, la cancelación de la deuda externa de los países en desarrollo y a prohibir los llamados «paraísos fiscales».

Mientras no sean adoptadas esas medidas, los movimientos y organizaciones sociales y políticas reunidos en el foro de Porto Alegre tratarán de hacerlas posibles, promoviendo movilizaciones para modificar la correlación de fuerzas, afirmó.

El director de Le Monde Diplomatique se refirió así a las protestas realizadas durante las reuniones del Fondo Monetario Internacional, del Banco Mundial y de la Organización Mundial de Comercio en los dos últimos años. (FIN/IPS/mo/dm/dv/01

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