El juicio político contra el presidente de Filipinas, Joseph Estrada, se suspendió hoy tras una votación a su favor en el Senado que originó la renuncia de los 11 fiscales actuantes en el caso.
Los últimos acontecimientos agravaron la crisis política y originaron una multitudinaria protesta en la principal avenida de esta capital.
Decenas de miles de personas se congregaron en la avenida EDSA, el mismo lugar donde comenzó en 1986 la revuelta civil y militar que concluyó con la caída del dictador Ferdinando Marcos, para pedir la renuncia del presidente.
«La justicia murió» y «Estrada es culpable», rezaban algunas de las pancartas.
El Senado decidió, por 11 votos contra 10, mantener cerrados los registros bancarios en que constarían, según los fiscales, el depósito de 66 milllones de dólares obtenidos de manera ilegal por Estrada.
Los 11 fiscales renunciaron de inmediato como protesta y el juicio quedó aplazado de forma indefinida.
La inestabilidad política se reflejó este miércoles también en la caída del peso filipino a una cotización sin precedentes de 54.625 por cada dólar.
La votación a favor de Estrada, el primer jefe de Estado asiático sometido a juicio político, demostró que cuenta con el respaldo de la mayoría de los legisladores. Se necesitan dos tercios del Senado para declarar culpable a Estrada, según la Constitución.
«El juicio terminó», dijo este miércoles la senadora Miriam Defensor Santiago, partidaria de Estrada, cuando la cámara suspendió el proceso debido a la renuncia de los fiscales.
El congresista y fiscal Joker Arroyo calificó la votación a favor de Estrada de «una absolución vergonzosa». «Esto significa que hay 11 senadores en el bolsillo del presidente», agregó.
«La moral no es una materia de números», sostuvo el arzobispo de Manila, Jaime Cardinal Sin, famoso por sus llamados a la población a participar en la revuelta de 1986 contra Marcos. «La verdad se vuelve víctima de un pueblo inmoral. La moral no está determinada por votos: es una elección de conciencia», afirmó.
Activistas anunciaron que organizarán huelgas, manifestaciones y otras medidas de protesta para presionar por la renuncia de Estrada, elegido en 1989 tras una campaña en la que se declaró «amigo de los pobres».
El nombre de «José Velarde» fue uno de los principales temas del juicio.
Los fiscales afirman que Estrada usó el nombre «José Velarde» — el de uno de los personajes que encarnó cuando era un popular actor, en los años 60— para abrir sus cuentas bancarias. Allí acumuló dinero de sobornos para ayudar a sus socios y financiar la construcción de casas para sus amantes, según la acusación.
La suspensión del juicio significa que el Senado tendrá aun menos tiempo para las audiencias, que deberán terminar antes del 12 de febrero, cuando comience la campaña para las elecciones legislativas de mayo.
Este miércoles se agitaron rumores de golpe de Estado, pero el ex presidente Fidel Ramos afirmó que eran «una posibilidad, no una probabilidad». Otros temían que los izquierdistas y los grupos rebeldes musulmanes en el sur aprovecharan la crisis para avanzar.
El presidente del Senado, Aquilino Pimentel, renunció luego de la votación, pero aceptó continuar en el cargo hasta la elección de su sucesor. Consideró «ridícula» la votación a favor de Estrada y afirmó que la importancia de los documentos nunca podrá ser determinada si no se permite abrirlos.
Pero aun con Pimentel en el Senado, no hay más fiscales para presentar el caso contra Estrada, lo cual dificulta la continuidad del juicio.
La tensión continuará los próximos días. «Erap (sobrenombre de Estrada, que significa «amigote» en filipino) no robó el dinero de la gente. El gran delito de Erap fue robar la esperanza de la gente», escribió el analista Conrad de Quiros en el periódico en inglés Philippine Daily Inquirer. (FIN/IPS/ap-ip/km- js/rp/mj/ip/01
