La vicepresidenta de Filipinas, Gloria Macapagal Arroyo, asumió hoy la jefatura del país luego de que Joseph Estrada fuera obligado a dejar el cargo cuando las Fuerzas Armadas le retiraron el apoyo y la Corte Suprema declaró «vacante» la presidencia.
«Ahora que las Fuerzas Armadas, la policía y el pueblo son uno debe comenzar el proceso de curación», declaró Arroyo, de 53 años e hija de un ex presidente.
Arroyo se refería a que las Fuerzas Armadas retiraron su apoyo el viernes a Estrada, luego de las multitudinarias protestas callejeras contra el ahora ex presidente en los últimos cuatro días.
La decisión militar, así como la renuncia de la mayoría del gabinete de Estrada, decidieron la situación para Estrada, de 63 años, quien a fines del viernes era presidente sólo en teoría.
Arroyo prometió gobernar con el ejemplo y señaló que al país le hace falta una «nueva política» para limpiar la podredumbre de la política filipina, en referencia a las acusaciones de corrupción que condujeron al juicio político contra Estrada.
«Debemos mejorar la moral del gobierno y la sociedad», dijo a los cientos de miles de personas que presenciaron la ceremonia de juramento de la presidencia en el mismo lugar que en 1986 ocurriera la rebelión del «Poder Popular» contra el entonces dictador Ferdinando Marcos.
Entre la multitud presente se encontraban el arzobispo de Manila Jaime Cardinal Sin y los ex presidentes Corazón Aquino y Fidel Ramos.
Arroyo deberá recuperar la confianza de los inversores en la economía, descalabrada desde que un gobernador de provincia acusara a Estrada en octubre de haber aceptado más de 10 millones de dólares en sobornos.
Muchos filipinos festejan la caída de Estrada, un veterano político y ex actor que había sido elegido presidente en 1998 por abrumadora mayoría.
Pero también se preguntan si la presidencia de Arroyo será muy diferente, ya que la ex vicepresidenta pertenece al mismo sistema político del que procede Estrada.
«Veremos. Le doy seis meses para ver lo que puede hacer. Estrada debe marcharse, pero todos los políticos son iguales», dijo Mark de la Cruz, empleado del distrito financiero de Makati.
«Lo importante ahora es que haya estabilidad política que asegure la estabilidad económica», dijo el ex secretario de Defensa Orlando Mercado.
Arroyo es doctorada en economía y enseñó en universidades antes de incorporarse al gobierno como subsecretaria de Comercio.
Luego ingresó al Senado y en 1998 fue la candidata a la vicepresidencia de un candidato presidencial que perdió las elecciones frente a Estrada.
Esta mañana, la Corte Suprema resolvió que la Presidencia estaba vacante, lo cual permitió que Arroyo fuera jurada en el cargo a las 10:30 de la mañana hora local por el juez Hilario Davide, aunque Estrada no había renunciado.
Unas horas después, Estrada se mostró sonriente al abandonar el palacio presidencial de Malacanang junto a su familia en una lancha por el río contiguo.
Aunque hay rumores de que Estrada se exiliaría en Australia o Estados Unidos, el ex mandatario asegura que quiere permanecer en el país. Tanto Sin como Aquino declararon que sería mejor que se fuera.
Poco antes de partir, Estrada declaró que tenía «serias interrogantes sobre la legalidad» de la asunción de Arroyo, pero que no la disputaría.
La partida de Estrada pone fin a su gobierno después de tres años, sin concluir el período de seis años previsto por la Constitución.
El juicio político contra Estrada se suspendió el miércoles 17 cuando los fiscales renunciaron una vez que el Senado se negó a examinar documentos que presuntamente confirmaban la corrupción del presidente.
La suspensión desencadenó las multitudinarias protestas callejeras que comenzaron el miércoles y concluyeron con el retiro del apoyo militar y de los ministros el viernes. (FIN/IPS/tra-en/js-km/js/aq/ip/01
