CAMBIO CLIMATICO: Política de Bush preocupa a Unión Europea

La comisaria de Ambiente de la Unión Europea (UE) manifestó preocupación por la posibilidad de que el flamante presidente de Estados Unidos, George W. Bush, debilite los esfuerzos internacionales para reducir los gases invernadero.

Al presentar el miércoles el nuevo programa de acción de la Comisión Europea para el ambiente, que prevé recortes mundiales de 20 a 40 por ciento en las emisiones de gases de invernadero para 2020, la comisaria Margot Wallström, declaró a la prensa que Bush será juzgado por sus propias acciones.

Sin embargo, «estoy algo preocupada por algunas declaraciones que escuché», dijo, en referencia a la oposición de Bush durante su campaña presidencial a algunos elementos del Protocolo de Kyoto, el tratado sobre cambio climático negociado en una cumbre de las Naciones Unidas hace tres años.

El Protocolo de Kyoto exhorta a los países industrializados a reducir colectivamente sus emisiones de gases de invernadero (los derivados de la quema de combustibles fósiles, responsables del recalentamiento del planeta) en al menos cinco por ciento por debajo de los niveles de 1990 para 2012.

El acuerdo, que aún no ha sido ratificado por ningún país industrializado, establece que la reducción de Estados Unidos debe ser de siete por ciento, la de los miembros de la UE de ocho por ciento en promedio, y la de Japón de seis por ciento.

La propuesta de la Comisión anunciada el miércoles y titulada «Ambiente 2010: Nuestro futuro, nuestra elección», se concentra en cuatro grandes áreas de acción: cambio climático, salud y ambiente, naturaleza y biodiversidad, y administración de recursos naturales.

El objetivo del nuevo programa consiste en lograr la reducción de ocho por ciento entre 2008 y 2012, de acuerdo con el Protocolo de Kyoto.

No obstante, la Comisión también pidió reducciones del orden de 20 a 40 por ciento para 2020 y citó evaluaciones científicas según las cuales será necesaria una reducción de 70 por ciento en las emisiones para detener el cambio climático.

«Los científicos nos han dicho claramente que debemos enfrentar el cambio climático o sufrir sus dramáticas consecuencias. Poner en práctica el protocolo de Kyoto no es fácil, como todos saben, pero sólo sería un primer paso», dijo Wallstrom.

Ministros de ambiente y otros representantes de más de 180 países participaron en noviembre de la Sexta Sesión de la Conferencia de las Partes de la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la Haya.

Pero las negociaciones se suspendieron el 25 de noviembre ante la falta de un acuerdo sobre los mecanismos para reducir los gases de invernadero.

Estados Unidos y la UE no pudieron ponerse de acuerdo sobre varias disposiciones del protocolo, como cuántos créditos obtendría un país por invertir en proyectos de protección del clima en el exterior, y cuántos por la utilización de bosques para absorber dióxido de carbono.

Tampoco se resolvieron cuestiones políticas clave como un sistema internacional de intercambio de emisiones, las normas para contabilizar la reducción a partir de «sumideros» (como los bosques) y un régimen de sanciones.

Así mismo, están pendientes las normas para establecer el llamado Mecanismo de Desarrollo Limpio, que permitirá a los países industrializados cumplir parte de su reducción de emisiones mediante la financiación de proyectos de «energía limpia» en naciones en desarrollo.

Los delegados acordaron reanudar la sesión suspendida en La Haya el próximo mayo, en Bonn.

Jan Pronk, ministro de ambiente de Holanda y presidente de la conferencia, declaró el miércoles que Bush había solicitado una postergación de dos meses para dar tiempo a su gobierno a prepararse.

Bajo la administración de Bill Clinton, los negociadores estadounidenses habían presionado para lograr un intercambio ilimitado de emisiones, que permitiría a las grandes empresas comprar y vender créditos de carbono o invertir en tecnologías limpias en el exterior para alcanzar sus objetivos de reducción.

La UE, por otra parte, pretende que cada país reduzca la mayor parte de sus emisiones mediante políticas domésticas que recorten la quema de combustibles fósiles en centrales de energía, fábricas y automóviles.

«Ambiente 2010: Nuestro futuro, nuestra elección» señala la necesidad de cambios estructurales en la UE, en especial en los sectores del transporte y la energía, mayores esfuerzos en materia de eficiencia y ahorro de energía, y la creación de un sistema de intercambio de emisiones dentro del bloque.

Así mismo, exhorta a una mayor investigación y desarrollo tecnológico, y a educar a los ciudadanos para que ellos mismos puedan contribuir a la reducción de emisiones.

El documento también admite que habrá cierto grado de cambio climático, al cual la UE deberá adaptarse mediante ciertas medidas. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/mlm/en/01

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