/BOLETIN-DD HH/ COREA: Sobrevivientes a masacre piden indemnización de Washington

Sobrevivientes a una masacre cometida por tropas de Estados Unidos en los comienzos de la Guerra de Corea (1950-1953) rechazaron una declaración de arrepentimiento del presidente estadounidense, Bill Clinton, y pidieron una disculpa oficial más explícita acompañada de indemnizaciones.

En julio de 1950, más de 300 refugiados que escapaban de la guerra fueron abatidos por soldados y pilotos estadounidenses en un período de tres días en No Gun Ri, una aldea situada 200 kilómetros al sur de Seúl, según testimonios brindados hace poco por testigos oculares.

«No aceptamos las declaraciones (de Clinton) como una disculpa oficial», dijo Chung Koo-do, representante de los sobrevivientes y de familiares de las víctimas, quien anunció que se pedirá a la Corte Internacional de La Haya que condene a Washington a pagar una indemnización.

El gobierno estadounidense comete «una traición a la historia» al no admitir que sus tropas masacraron a «civiles inocentes», añadió.

«En nombre de Estados Unidos, expreso mi profundo pesar por la muerte de civiles coreanos en No Gun Ri a fines de julio de 1950», declaró por escrito Clinton, quien no ofreció indemnizaciones a los familiares de las víctimas.

El presidente anunció que Washington erigirá en No Gun Ri un monumento en memoria de quienes murieron allí «y de todos los demás civiles coreanos que fueron víctimas inocentes de la guerra», y creará un fondo de 750.000 dólares para dar becas de estudio en Estados Unidos a sudcoreanos, «como tributo a las víctimas».

«No hemos sido capaces de establecer con precisión lo que ocurrió en No Gun Ri, pero los gobiernos de Estados Unidos y de Corea del Sur reconocieron en la Declaración de Entendimiento Mutuo (SMU) que una cantidad no confirmada de refugiados coreanos murieron o fueron heridos allí», añadió.

Seúl tenía la esperanza de que Clinton asumiera mayor responsabilidad por las muertes en No Gun Ri, a la luz de evidencia obtenida el año pasado por el Pentágono (ministerio de Defensa estadounidense).

Esa evidencia respalda versiones previas de que tropas estadounidenses dispararon en los primeros días de la guerra contra columnas de refugiados en las cuales pensaban que podían haberse infiltrado agentes de Corea del Norte.

Algunos asesores del presidente electo de Estados Unidos, George Bush, han opinado que Clinton y el presidente sudcoreano Kim Dae Jung fueron «ingenuos» en sus negociaciones de los últimos años con Corea del Norte.

Kim puede enfrentar oposición de Washington a su política de distensión hacia Pyongyang, por la cual recibió el Premio Nobel de la Paz en 2000, y eso aumentaría el resentimiento en Corea del Sur contra Washington debido al episodio de No Gun Ri, comentaron especialistas estadounidenses en asuntos internacionales.

Desde el viaje sin precedentes de Kim a Pyongyang el año pasado, ha habido informes acerca del aumento del resentimiento popular en Corea del Sur contra la presencia de 37.000 soldados estadounidenses en ese país.

Washington trató de disminuir esos sentimientos de hostilidad el año pasado mediante un acuerdo con Seúl que otorga al gobierno de Corea del Sur mayor jurisdicción en denuncias de delitos cometidos contra sudcoreanos por soldados estadounidenses.

La declaración de Clinton y la SMU sobre la masacre de No Gun Ri fue el resultado de una amplia investigación conjunta del Pentágono y autoridades sudcoreanas a partir de un informe de la agencia de noticias Associated Press (AP) acerca de posibles atrocidades de tropas estadounidenses durante la Guerra de Corea.

Esa investigación incluyó el examen de miles de documentos y entrevistas con gran cantidad de veteranos de esa guerra, incluyendo a estadounidenses que admitieron haber disparado contra refugiados en No Gun Ri, y también con testigos sudcoreanos de la masacre.

La AP había afirmado que tropas estadounidenses que se retiraban en desorden ante el avance norcoreano dispararon en varias ocasiones contra una multitud de refugiados que buscaban protección bajo el puente ferroviario de No Gun Ri a fines de julio de 1950.

Tambien se indicó que aviones estadounidenses ametrallaron a esos refugiados.

La agencia difundió luego informes sobre otros incidentes similares en aquella época, y preguntó si habían existido órdenes superiores de disparar contra grupos de refugiados, pero esos informes fueron ignorados por la mayor parte de los medios de comunicación, a diferencia del referido a No Gun Ri.

En la SMU se afirmó que los investigadores oficiales de Estados Unidos y Corea del Sur no hallaron evidencia ni recogieron testimonios de veteranos acerca de órdenes específicas de disparar contra refugiados.

Esos investigadores estuvieron de acuerdo, según la SMU, en que tropas estadounidenses abrieron fuego contra refugiados en No Gun Ri, y concluyeron que «una cantidad no especificada de refugiados resultaron muertos o heridos».

También admitieron que los refugiados podían haber sido ametrallados por aviones, pero dijeron que no habían hallado evidencia de que eso hubiera ocurrido.

En la SMU se afirmó que las tropas de Estados Unidos tenían «legítimo temor a la infiltración de agentes norcoreanos que solían ocultarse entre los refugiados para atacar luego a los soldados estadounidenses desde la retaguardia».

Eso pareció respaldar la versión del Pentágono de que la masacre de No Gun Ri se debió al pánico de los soldados que la cometieron y no a órdenes de sus mandos.

Los autores de la SMU indicaron además que los soldados estadounidenses desplegados en Corea, antes integrantes de la fuerza de ocupación de Estados Unidos en Japón, «eran jóvenes mal entrenados, mal equipados y sin experiencia de combate».

Don Oberdorfer, un veterano periodista y uno de los ocho expertos independientes que supervisó la investigación oficial conjunta, dijo a IPS que creía que el Pentágono «hizo un sincero esfuerzo para llegar al fondo de lo ocurrido en No Gun Ri», pero no podía lograr ese objetivo con los criterios empleados.

Además, consideró necesario advertir a todos los veteranos de guerra entrevistados durante la investigación que podían guardar silencio, señaló.

Los investigadores estadounidenses buscaron pruebas concluyentes que ya no estaban disponibles, apuntó.

No era probable que hubiera quedado registro de órdenes de disparar contra refugiados, porque la unidad militar involucrada en la masacre «se caía a pedazos» cuando ocurrió el incidente, explicó.

Sin embargo, «numerosos documentos y testimonios sugieren que algunas unidades tuvieron autorización para disparar contra refugiados», indicó.

«A mi juicio, toda la cuestión de las órdenes es muy turbia. Algunos veteranos creen que esas órdenes existieron, aunque no haya pruebas de ello. El ejercito adoptó una posición muy legalista y despues de tanto tiempo quiso encontrar una pistola todavía humeante, lo cual era imposible», añadió. (FIN/IPS/tra- eng/jl/da/ego/mp/hd ip/01

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