ASIA-EEUU: Actitud de Bush hacia China anuncia tensión

Los países asiáticos esperan que el nuevo gobierno de Estados Unidos les preste mayor atención, aunque también temen que la administración de George Bush incremente la tensión con China.

No obstante, analistas políticos creen que el discurso anti- China utilizado por Bush durante la campaña electoral seguramente será atenuado por la «realidad del poder» durante su gobierno.

El gobierno estadounidense previo mantuvo relaciones comerciales normales con China, y está previsto que Beijing se incorpore a la Organización Mundial de Comercio este año, luego de haber llegado a un acuerdo con Washington.

A diferencia de su antecesor Bill Clinton, Bush considera a China un «rival estratégico» que «no será amenazada, pero sí controlada».

Aunque esos comentarios los hiciera durante la campaña electoral, los asesores elegidos por el presidente confirman que la «contención» de China será una prioridad en su política exterior, aseguran analistas asiáticos.

«El general Colin Powell (designado por Bush secretario de Estado) dijo claramente la semana pasada que China no es un socio estratégico, sino un competidor estratégico» de Estados Unidos, señaló Kavi Chongkittavorn, del diario en inglés The Nation, de Bangkok.

«Un tono tan firme de un secretario de Estado seguramente hará temblar a algunos en Beijing», agregó.

«Luego de haber experimentado idas y venidas durante un siglo, la relación sinoestadounidense finalmente ingresó al nuevo siglo en una postura tranquila», según el diario en inglés China Daily, de Beijing. Sin embargo, podrán haber «tormentas» en el futuro, advirtió.

Las relaciones entre China y Estados Unidos dependerán en gran medida del tratamiento que Washington brinde a Taiwan y si continuará con su política de fomentar la independencia de la isla, opinan intelectuales chinos.

Por su parte, a Japón le conviene el enfriamiento de las relaciones entre Estados Unidos y China, su histórico rival en la región.

«Bush y sus principales asesores representan la guerra fría. Las victorias de Powell en la guerra del Golfo y la guerra fría significan que Bush apoyará una política que le dé importancia a la expansión del capitalismo y la democracia», según Yoshinari Nakai, del diario japonés Mainichi Shimbun.

«Las relaciones entre Japón y Estados Unidos serán importantes en la política de Bush hacia Asia. Bush apoyará una sociedad más 'madura' con Japón, lo cual significa que el papel de Japón en Asia será más importante», agregó.

Para otros analistas, sin embargo, la cercanía de Washington y Tokio es uno de los factores que podrían desestabilizar las relaciones entre Estados Unidos y China. A diferencia de Clinton, Bush no tiene tanto interés en atraer a China a costa de las relaciones con Taiwan o Japón, aseguran.

La tensión con China podría ser la norma si el gobierno de Bush apoya a Taiwan y aprueba un polémico plan para instalar un escudo que proteja a Estados Unidos y sus aliados en Asia contra misiles nucleares procedentes de China.

El tema Taiwan-China, siempre delicado para los gobiernos de Estados Unidos, será «una de las mayores pruebas» de Bush, agregó la prensa china.

En su mensaje de felicitaciones al nuevo presidente estadounidense, el presidente chino Jiang Zemin se refirió a la necesidad de que Bush cumpla con el acuerdo entre Washington y Beijing y reconozca la existencia de «una sola China».

Aunque Washington no mantiene relaciones diplomáticas con Taipei, a la cual Beijing considera una provincia rebelde, está comprometido a garantizar la seguridad de Taiwan por la Ley Relaciones con Taiwan, de 1979.

«Dependerá del gobierno de Bush mostrarle a la tierra firme china el verdadero color de su actitud hacia» Taiwan, comentó Yan Xuetong, del Instituto de Estudios Internacionales de la Universidad de Tsinghua University, en el diario China Daily.

Beijing y Washington opinan en forma diferente sobre la estabilidad, ya que Estados Unidos cree que al apoyar el poder militar de Taiwan neutraliza a China, según Yan.

«El Partido Republicano (de Bush) suele prestarle más atención a los intereses militares que su rival Partido Demócrata», agregó Yan, quien señaló que el vicepresidente Dick Cheney es un ex secretario de Defensa.

«La realidad del poder en Estados Unidos y Asia hará que Bush… abandone parte de su discurso y sus políticas más severas que podrían desestabilizar la región de Asia Pacífico», dijo Jusuf Wanandi, del Centro de Estudios Estratégicos e Internacionales de Yakarta.

Poco después de que se anunciara el resultado de las elecciones estadounidenses, el ministro en jefe de Singapur, Lee Kuan Yew, declaró «estoy convencido de que después de probar el terreno, pronto volverán a la misma posición que Clinton sostenía. Pero hasta entonces podría haber algunas alarmas».

El gobierno de Bush debe enviar una señal fuerte e inmediata de que Washington seguirá apoyando el diálogo entre Corea del Norte y Corea del Sur, que por primera vez se reunieron en una cumbre presidencial en junio.

También se prevé que Washington seguirá instando a India y Pakistán a retomar las negociaciones por la disputada zona de Cachemira, que podría convertirse en un enfrentamiento mayor entre los dos países con capacidad bélica nuclear.

Países como Indonesia y Malasia esperan que el gobierno de Bush limite la «interferencia» en sus asuntos internos.

Las relaciones entre Yakarta y Washington se resintieron el año pasado por las críticas de Estados Unidos al manejo de problemas económicos y sociales por parte del gobierno indonesio.

El entonces vicepresidente Al Gore, en una reunión de Asia Pacífico celebrada hace dos años en Kuala Lumpur, respaldó al movimiento opositor dirigido por el ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, enemigo del primer ministro Mahathir Mohamad, lo cual irritó al gobierno. (FIN/IPS/tra-en/mu-sk-wy/js/aq/ip/01

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