AMAZONIA: Los bosques alimentan una industria diversificada

La Amazonia puede inundar el mundo de nuevos colores y productos, si sus recursos son aprovechados de modo sustentable y si el mercado verde crece al ritmo del recalentamiento de la Tierra.

Los pantalones vaquero Levi's, por ejemplo, ganaron un color adicional, con tinta de azaí, el fruto de una palmera cuyo consumo en forma de jugo o helado se difundió por Brasil en los últimos años.

Son muchos los colorantes y fijadores naturales empleados por los indígenas amazónicos en sus artesanías y que despiertan el interés del mercado.

Los kaxinawás tiñen de negro sus tejidos con un barro local y fijan el color con cáscara del árbol de caoba y secreciones del banano, dijo a IPS el empresario JoFo Augusto Fortes, propietario de Amazon Life, una empresa de Río de Janeiro especializada en productos ecológicos.

Otros frutos y semillas, como urucum, jenipapo y guaraná, también son fuente de tintas de variados colores en manos de los indígenas y pobladores tradicionales de la Amazonia, cada una con sus fijadores específicos, explicó Fortes.

El guaraná, una fruta energética, es la base de un refresco industrializado con que su principal productor, la empresa brasileña Ambev, quiere competir mundialmente con la Coca-Cola.

Derivados de caucho y castaña, aceites de uso cosmético, medicinal y combustible, frutas variadas con gran potencial de consumo, son otros bienes amazónicos que van conquistando mercado y ayudan a preservar los bosques, en lugar de destruirlos como ocurre con las actividades económicas convencionales.

Se trata de productos de la extracción sustentable, estimulada por un programa que cuenta con recursos del gobierno, del Grupo de los Siete países más ricos, y con apoyo de organizaciones no gubernamentales (ONG).

Las Reservas Extractivas, idealizadas por Chico Mendes, líder social y ambientalista asesinado en 1988, se multiplicaron en los últimos años. Ya fueron creadas 17 unidades, con participación de 30.000 personas, y hay 14 en gestación, según la Secretaría de Coordinación de la Amazonia.

«Conocemos la potencialidad de venta de algunos productos y lo que hay que hacer, pero faltan inversiones», puntualizó Juárez LeitFo dos Santos, presidente del Consejo Nacional de Seringueiros (recolectores de caucho), lamentando la escasez de recursos gubernamentales para las actividades sustentables.

La pulpa de azaí, por ejemplo, tiene «un mercado fantástico», como bebida o alimento para deportistas, pues aumenta la elasticidad muscular, señaló Dos Santos. Una red de centros de gimnasia se interesó en adquirir ese producto, pero es necesario invertir en un sistema de distribución, lamentó.

No obstante, a partir de este año habrá recursos de modo regular, con un mayor aporte oficial y financiación del Banco de Desarrollo Amazónico, aseguró Mary Alegretti, titular de la Secretaria de Coordinación de la Amazonia, del Ministerio de Medio Ambiente.

Los grandes desafíos de la producción extractiva son ahora la calificación tecnológica y la regularidad de la oferta.

El modelo para el desarrollo de la actividad, dijo Alegretti, fue adoptado en la Reserva de Xapurí, en el estado de Acre, para la madera. El proyecto comprende manejo forestal, pequeña industria con certificación ambiental, escuela de capacitación y entrenamiento en diseño en Italia.

Es decir, un ciclo completo para la venta de muebles y productos finales, con valor agregado.

El Instituto de Química de la Universidad de Brasilia contribuyó a esa orientación, al desarrollar una tecnología para procesar el látex extraído de la hévea. De esa forma el extractor vende el caucho de buena calidad, a mejor precio.

La técnica es «sencilla, sin gasto de energía», y favorece la producción familiar, con incremento del ingreso, resumió Floriano Pastore Junior, un investigador que encabeza el proyecto.

La «Sandalia d'Arbol» es un producto creado para un mercado de moda sofisticada y que contribuye a la preservación de los bosques amazónicos. Fue lanzada durante el festival Rock in Río, que atrajo a 1,2 millones de personas entre el 12 y el 21 de este mes bajo la consigna «por un mundo mejor».

«Diseño osado, comodidad, resistencia y belleza» caracterizan el calzado desarrollado por el Instituto de Econegocios de Amazonia, con apoyo financiero del Fondo Mundial para la Naturaleza, una ONG conocida por sus siglas inglesas WWF, dijo Moacyr Bittencourt, coordinador de mercadeo de productos naturales de WWF/Brasil.

El alto precio de la sandalia, 96 reales (49 dólares), se justifica por la calidad, que atiende exigencias europeas, y la remuneración a los pueblos que protegen los bosques, explicó Bittencourt.

Los insumos – caucho natural y cuero vegetal – proceden de asociaciones de seringueiros y de indígenas kaxinawás de Acre.

Las sandalias son hechas en una fábrica de calzados del sur del país y la producción inicial puede alcanzar hasta 4.000 pares al mes, límite determinado por la oferta de materias primas. Ya hay compradores interesados en Suiza, Holanda y Gran Bretaña.

En las ventas, además de la red internacional de WWF, participa Amazon Life, fundada hace 10 años por Fortes, inicialmente para el desarrollo y la comercialización del cuero vegetal, un tejido encauchado que sustituye el producto animal.

Amazon Life ya factura cerca de 1,5 millones de dólares anuales, dos tercios en exportaciones. Empezó ahora a diversificar sus productos, que incluyen bolsas, mochilas, ropas y calzado, y los divulga por el sitio www.amazonlife.com.br.

La empresa perfeccionó la tradicional técnica indígena de encauchar las telas mediante la vulcanización, y patentó el proceso, pero comparte las ganancias con los pueblos amazónicos, señaló Fortes.

El caucho también será industrializado en la misma Amazonia para la producción de condones, en un proyecto que une el gobierno estadual de Acre, la Secretaría de Coordinación de la Amazonia y el Ministerio de Salud. Este último asegura la compra de toda la producción.

Pero esos productos, como el cuero vegetal, los condones y los guantes, representan una limitada demanda de caucho, cuyo verdadero gran mercado es la industria de neumáticos, observó Atanagildo de Deus Matos, nuevo dirigente del gubernamental Centro de Desarrollo de las Poblaciones Tradicionales.

Por eso, las mayores esperanzas de Matos se concentran en un proyecto de la empresa Pirelli, el neumático «Xapuri», fabricado con caucho natural y anunciado para este semestre.

«Eso si absorberá la producción de caucho», afirmó Matos. Su costo será mayor que el de los neumáticos sintéticos, pero se trata de un «impuesto ambiental que la sociedad debe pagar por la preservación de los bosques amazónicos», señaló Matos. (FIN/IPS/mo/ff/en/01

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