La prensa independiente de Marruecos debe apelar a la red Internet para sortear las clausuras del gobierno, impuestas a pesar del proceso de democratización iniciado en 1999 con la coronación del rey Mohamed VI a la muerte de su padre, Hassan II.
Los semanarios marroquíes Le Journal, Demain y Asahifa fueron clausurados por el primer ministro, el socialista Abderrahman Yusufi, por supuestos ataques contra el ejército. Los directores de dos de esas publicaciones, Abubakr Jamai, de Le Journal, y Alí Lmrabet, de Demain, explicaron la situación a la prensa española.
Los acompañaron en la conferencia de prensa ofrecida en Madrid el presidente de la organización internacional Reporteros sin Fronteras, Fernando Castello, y Alejandro Fernández Pombo, presidente de la Federación de Asociaciones de la Prensa de España.
Lmrabet, de Demain, atribuyó las clausuras a la publicación de una carta en que otro dirigente socialista, Mohamed Basri, da a entender que el ex primer ministro Yusufi tenía conocimiento previo de un cruento golpe de Estado contra la corona que concluyó sin éxito en 1972.
La autenticidad de la carta de Basri, fechada en 1974, no recibió objeción alguna.
Lmrabet también mencionó como causa de las clausuras la publicación de una lista de militares acusados de haber cometido violaciones de derechos humanos en 1970, dada a conocer por la Asociación Marroquí pro Derechos Humanos.
En esa lista figuran los actuales jefes de la gendarmería y de los servicios secretos de información del reino.
Los periodistas marroquíes no se limitan a reclamar la reapertura de sus periódicos. La edición de sus semanarios se mantiene, pero ahora a través de la red informática mundial Internet.
Lmrabet dijo que seguirán informando a menos que los metan en la cárcel.
La organización no gubernamental francesa Samizdat facilitó a Demain su servidor electrónico para ubicar allí su página web. Por su parte, el semanario francés Courrier International le reservó a Le Journal un espacio en su sitio electrónico.
Por eso, Nouredinne Mittah, director del Assahifa, se considera un periodista refugiado y dice que el Courrier International es su tierra de asilo.
Castelló y Alvarez Pombo expresaron su solidaridad total con los medios y periodistas censurados en Marruecos y reclamaron al primer ministro Yusufi que sea consecuente con sus antecedentes de lucha contra la dictadura marroquí y que permita a los medios expresarse con libertad.
Los directores de las publicaciones clausuradas reclaman que su caso sea tratado en los tribunales marroquíes, ya que Yusufi simplemente aplicó una regulación administrativa. Lmrabet y Jamai anticipó, además, que van a crear dos nuevos títulos, para editar los periódicos bajo otro nombre.
Lmrabet confía en que la democratización en Marruecos siga avanzando. Allí todavía hay enclaves de poder que creen que todo sigue como antes de la muerte del rey Hassan, cuando una amenaza bastaba para acallar a los disidentes e independientes, dijo el periodista.
Mientras, el gobierno marroquí volvió a prohibir la distribución del Courrier International del 14 de diciembre, con cuya censura ya son 11 ediciones las prohibidas solo este año.
Esa edición del semanario contenía un reportaje especial sobre Marruecos, con cuatro páginas consagradas a reproducir artículos de los directores de los tres semanarios clausurados.
La represión contra los periodistas independientes no es sólo administrativa. Reporteros sin Fronteras informó que el 4 de octubre, en una reunión informativa sobre el Sahara Occidental, el ministro del Interior Ahmed Midaui amenazó en público a Jamai, de Le Journal.
Midaui se refirió entonces a una entrevista del semanario a un dirigente del Frente Polisario, el movimiento que reclama la independencia de la ex colonia española del Sahara Occidental, hoy bajo soberanía marroquí.
«Si vuelve a hacer una entrevista de esa índole con un miembro del Frente Polisario lo volveré a prohibir. Afortunadamente, no es mi hijo. Si no, le rompería la cara», le advirtió Midaui al director de Le Journal
Este año, las autoridades marroquíes prohibieron la circulación de siete periódicos, dos de ellos franceses. Tres periodistas de France 3, un canal francés de televisión, fueron puestos en vigilancia domiciliaria del 8 al 10 de octubre por haber filmado bases militares.
En noviembre, el Ministerio de Cultura y Comunicación retiró su acreditación a Claude Juvenal, jefe de oficina de la agencia AFP en Rabat.
También por recoger declaraciones de disidentes del régimen el Ministerio acusó a Juvenal de «haberse alejado de la ética y la deontología de la profesión tomando iniciativas hostiles a Marruecos y a sus instituciones». (FIN/IPS/td/mj/hd cr/00