MALASIA: Crisis de confianza debilita al gobierno

La coalición de gobierno de Malasia comenzará un nuevo año en medio de una crisis de confianza, mientras el movimiento opositor mantiene su presión y cosecha más respaldo popular.

El aura de invencibilidad de la coalición gobernante Barisan Nacional (Frente Nacional) desapareció cuando perdió una elección parcial seguida muy de cerca por observadores, el 29 de noviembre, exactamente un año después de su triunfo en las elecciones generales.

La derrota en la circunscripción de Lunas, situada en el norteño estado de Kedah (donde nació el primer ministro Mahathir Mohamad), privó a la coalición de una mayoría de dos tercios en la asamblea estadual y planteó interrogantes sobre el futuro político del jefe de gobierno, en el poder desde 1981.

Todo esto pese a que el principal rival de Mahathir, el ex viceprimer ministro Anwar Ibrahim, cumple una condena de 15 años de prisión por cargos de abuso de poder y sodomía. Anwar fue expulsado del poder en 1998, en medio de una disputa con Mahathir.

«Barisan Nasional está muy inquieta luego de su derrota en un distrito que controló por más de 40 años», comentó P. Ramakrishnan, presidente del grupo de reforma social Aliran.

Tampoco ayuda al gobierno el hecho de que el pronóstico de crecimiento económico para 2001 se haya reducido de siete a 5,8 por ciento debido a la prevista desaceleración de la economía de Estados Unidos.

«Lo que hay es una crisis de confianza», observó la analista política Maznah Mohamad, quien recordó varios rescates financieros de empresas privatizadas y la decadencia de la confianza de los inversionistas extranjeros.

«Mahathir debe estar rezando para que no haya más elecciones parciales. Si las hay, y Barisan Nasional pierde, el primer ministro estará en graves aprietos», dijo Ramakrishnan.

La derrota de la coalición gobernante en Lunas en favor del opositor keADILan (Partido de la Justicia Nacional), encabezado por la esposa de Anwar, Wan Azizah Wan Ismail, fue atribuida directamente a Mahathir y no a Barisan.

Otra amenaza al primer ministro, de 75 años, podría proceder de dentro de su propio partido, la Organización Nacional de Malayos Unidos (UNMO).

Algunos líderes del partido, como Shahrir Samad, culparon a Mahathir por la derrota en Lunas. Shahrir procede de Johor, un bastión de la UMNO.

«Si bien es improbable que Mahathir reaccione con dureza ante sus críticas dentro de la UMNO, podría verse obligado a actuar contra el frente opositor, dado el cuestionamiento de su autoridad», opinó Ramakrishnan.

Desde la elección parcial en Lunas, nueve políticos y partidarios de la oposición fueron detenidos y luego liberados bajo fianza, por cargos de disturbios e interferencia con el normal desarrollo de los comicios.

Pese a la victoria en Lunas, el opositor Barisan Alternatif (Frente Alternativo) tiene sus propios problemas internos, como las disputas por la asignación de escaños entre los cuatro partidos principales de la coalición.

Además, existen diferencias de opinión entre los miembros de diferentes etnias respecto del Estado islámico, el papel de los no musulmanes y la posición de la mujer en la sociedad.

Sin embargo, el movimiento de «reformasi» (reforma) parece determinado a mantener el éxito que alcanzó el último año, cuando logró reunir a enormes multitudes en varias manifestaciones.

La última fue la de la autopista Kesas, no lejos de la capital Kuala Lumpur, donde más de 50.000 personas se congregaron y obstaculizaron el tránsito en un intento por llegar a un sitio acordonado por la policía.

Los organizadores esperan repetir esa demostración de fuerza en el «Encuentro de Raya (Día del Festival) de 100.000 Personas», el próximo 20 de enero.

Mientras, algunos malasios esperan que mejore la credibilidad del sistema judicial tras el nombramiento de un nuevo presidente del Tribunal Supremo, Mohamed Dzaiddin Abdullah, y de la primera mujer fiscal general, Ainum Mohamed Saaid.

Si el Poder Judicial se reforma y se vuelve más independiente del gobierno, el panorama político nacional podría cambiar.

Entretanto, la propia UMNO se encuentra en un dilema con respecto a Anwar, que sigue siendo el icono de la oposición política y de los críticos del gobierno en general.

Numerosos miembros de la etnia malaya, el baluarte tradicional del partido de Mahathir, se han vuelto contra el gobierno desde el encarcelamiento de Anwar, al que la oposición consideró basado en motivaciones políticas.

«La única forma de redención de la UMNO sería idear un proceso para liberar a Anwar y luego trabajar por la reconciliación», sugirió Maznah.

Aunque eso es improbable, podría ser la última oportunidad de superar la división entre los malayos para la UMNO, opinó.

Para evitar una derrota en las elecciones generales de 2004, «la UMNO debe considerar todas las formas posibles de restaurar la confianza nacional, incluso si eso implica tragarse la medicina más amarga: la liberación de Anwar», concluyó la analista. (FIN/IPS/tra-en/an/js/mlm/ip/00

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