Es necesario regular el sistema multilateral de comercio para hacerlo más eficaz y más justo para los países en desarrollo, declaró hoy el comisario de Comercio de la Unión Europea, un año después de que fracasaran en Seattle las negociaciones para lanzar una nueva ronda ministerial de la OMC.
«Los países en desarrollo no hallaron que sus temores e inquietudes fueran tomadas en cuenta» entonces, dijo el comisario Pascal Lamy en conferencia de prensa.
Desde el fracaso de las negociaciones de la OMC (Organización Mundial de Comercio) celebradas en Seattle, Estados Unidos, en diciembre, la Unión Europea (UE) defendió la posibilidad de darle a los países en desarrollo asistencia técnica y mejorar su capacidad comercial, dijo Lamy.
El objetivo inmediato de la UE no es la reforma del sistema de la OMC, sino ayudar a los países de menor desarrollo a mejorar su participación en el mismo, agregó.
«Debemos concentrarnos… en los obstáculos que los más pobres hallan para vender a nuestros mercados», dijo.
En ese contexto, Lamy apunto a la iniciativa «Todo salvo las armas» presentada por la UE en septiembre, que otorgaría el acceso libre de impuestos y sin cuotas a la importación de productos no militares procedentes de los 48 países de menor desarrollo.
La alianza de organizaciones no gubernamentales (ONG) europeas Eurostep recibió con beneplácito la medida, aunque advirtió que no hay garantías de que los 15 países miembros de la UE vayan a aprobarla ya que los granjeros europeos libran una intensa campaña contra la misma.
La UE cree que el acceso libre de aranceles no basta para permitir que los países más pobres se beneficien del comercio liberalizado, aseguró Lamy.
«También hay problemas de capacidad, como la capacidad de los países en desarrollo para aplicar las reglas de la OMC», dijo a la prensa este lunes.
Esa capacidad llevará tiempo, dijo. «Estamos preparados para darles ese espacio. Pero la capacidad en sí no es razón para no pensar en una ronda futura. Debemos iniciar ese proceso».
La UE pretende una ronda que discuta no sólo la liberalización del mercado, sino las normas ambientales y laborales. Pero los países en desarrollo temen que los industrializados ocultan sus intenciones y que utilizarán esas normas para bloquear el ingreso a productos agrícolas y textiles baratos.
Lamy también habló de la transparencia y la participación equitativa dentro de la OMC, una preocupación de las ONG. «La preocupación por el proceso democrático y la transparencia deben empezar por casa. La OMC debe reformarse, eso es evidente. Y fomentaremos esa discusión en su debido momento», declaró.
El diálogo con la sociedad civil es parte de la garantía para una mayor transparencia y democratización en lo que respecta a la UE, agregó.
Lamy señaló este lunes que el brazo ejecutivo de la UE, la Comisión Europea, creó cuatro grupos con participación de la sociedad civil para analizar el acceso a la salud, los servicios, la agricultura, y el ambiente y el desarrollo sustentable.
Una cuarta ronda de consultas entre la Comisión, la sociedad civil y los representantes del sector privado se celebrará el miércoles y el jueves en Bruselas, que concluirá las consultas sobre los cuatro temas.
A partir de enero del 2001, la consultas se concentrarán en la competencia, la inversión y la reforma de la OMC.
«Creo que todos saben ahora que tenemos una estructura para debatir con la sociedad civil. Habíamos comenzado el proceso antes de Seattle y desde entonces lo hemos reforzado», dijo Lamy.
La mayor organización sindical del mundo, la Confederación Internacional de Organizaciones Sindicales Libres (CIOSL), pidió la semana pasada que la OMC elabore una agenda de trabajo para que los países en desarrollo se beneficien del comercio mundial.
«Esa agenda debe incluir, por ejemplo, un acuerdo sobre la reducción de la deuda, la reforma de las políticas de ajuste estructural del Fondo Monetario Internacional y el Banco Mundial, tratamiento especial y diferencial para los países en desarrollo y la revisión de las disposiciones sobre propiedad intelectual de la OMC para proteger a los pobres», declaró la CIOSL.
La UE intenta coordinar mejor las políticas comerciales, de desarrollo, salud y externa con el objetivo final de erradicar la pobreza. Lamy afirmó que acelerar la acción contra las enfermedades transmisibles, y por tanto, promover el acceso a las medicinas, es una de las prioridades de la Comisión.
«El problema más importante del momento en muchos de los países en desarrollo es el sida. La Comisión se plantea una política integrada basada en tres pilares: investigación, infraestructura de salud y acceso a medicinas», precisó.
En el ámbito político hay gran interés en lanzar una ronda incluso entre aquellos integrantes que se mostraban escépticos, pero las discusiones con los países en desarrollo revelan que toda ronda deberá centrarse en el desarrollo, agregó.
La UE debe concentrarse en «ayudar a los países más pobres a integrarse mejor y a no quedar marginados por la economía globalizada, a abrir sus posibilidades comerciales y a contribuir mejor con el buen gobierno, la estabilidad y el alivio de la pobreza», propuso. (FIN/IPS/tra-en/bk/da/aq/if-dv/00