/BOLETIN-AMBIENTE/ RUSIA: Desechos nucleares como regalo de Navidad

La Duma (Cámara de Diputados) de Rusia derogó normas que prohibían almacenar a largo plazo en territorio ruso desechos nucleares provenientes del exterior, y realizó así un poco deseable regalo de Navidad al país.

La decisión parlamentaria, adoptada el jueves, no tuvo en cuenta una intensa campaña de organizaciones ambientalistas y otros grupos de la sociedad civil, en la cual se acusó al gobierno de despreciar cuestiones ambientales y de salud púbica para obtener divisas.

«Rusia no debe convertirse en un basurero de sustancias radiactivass», enfatizó el vicepresidente de la Comisión de Ambiente de la Duma, pero sólo un tercio de los integrantes de ese organismo votaron en contra del proyecto aprobado.

La legislación vigente antes del jueves sólo permitía el envío a territorio ruso de desechos nucleares por parte de países que emplearan plantas nucleares construidas en Rusia.

Sin embargo, el ministro de Poder Nuclear, Yevgeny Adamov, había realizado intensas presiones para que se modificaran esas normas, que prohibían aceptar combustible nuclear usado proveniente del extranjero para su almacenamiento durante períodos prolongados.

Eso se debía a que el Ministerio de Poder Nuclear (Minatom) procuraba vender servicios de reprocesamiento de combustible nuclear usado en su planta de Chelyabinsk.

Mucho antes de la decisión parlamentaria del jueves, Adamov aseguraba a potenciales cientes que Rusia pronto iba a estar lista para entrar en el negocio del almacenamiento de sustancias radiactivas.

El almacenamiento de combustible nuclear usado de otros países permitiría a Rusia ganar 20.000 millones de dólares en los próximos 10 años, sostuvo el diputado Robert Nigmatullin durante el debate parlamentario.

«Rusia importará combustible usado de China, Taiwan, Irán y cualquier otro mercado disponible», añadió.

Adamov dijo a periodistas el jueves que el país no importa desechos nucleares, ya que el combustible usado será devuelto en plazos de entre 20 y 50 años a los países de los cuales provenga, pero ese argumento no convenció a algunos legisladores.

«El mundo entero llama a esas sustancias 'desechos nucleares' muy peligrosos, pero el Minatom insiste en denominarlas 'combustible usado'», comentó el diputado Sergei Mitrokhin.

Medios de comunicación rusos han sostenido que Adamov está vinculado con magnates que apoyaron el ascenso al poder del actual presidente, Vladimir Putin, y están interesados en el negocio de almacenar desechos nucleares.

En mayo, uno de los primeros decretos de Putin disolvió la Comision Estatal para la Protección del Ambiente, que se oponía a eliminar la prohibición de importar combustible nuclear usado.

El desmantelamiento de esa comisión se decidió por la presión de poderosos grupos económicos y con la complicidad del Minatom, aseguró a IPS Yevgeny Usov, portavoz de la filial rusa de la organización no gubernamental ambientalista internacional Greenpeace.

El año pasado, el Minatom presentó un proyecto de ley para permitir la importación de desechos nucleares, y el entonces presidente de la Comisión para la Protección del Ambiente, Viktor Danilov-Danilian, afirmó en una comunicación oficial al gobierno que esa iniciativa amenazaba «la seguridad ecológica» del país.

Grupos ambientalistas reunieron unos 2,5 millones de firmas en apoyo de la realización de referendo contra la modificación de las normas ambientales, en el cual se deseaba pedir la opinión de la ciudadanía sobre la restauración de una agencia ambiental estatal independiente.

Sin embargo, a fines de noviembre la Comisión Electoral Central rechazó unas 700.000 de las firmas presentadas, porque halló en ellas imperfecciones de escasa entidad.

Esos rechazos determinaron que las firmas consideradas válidas fueran 200.000 menos que los dos millones exigidos por la Constitución para que obligatoria la realización de un referendo.

Los ambientalistas sostuvieron que el gobierno ordenó a la Comisión Electoral que bloqueara la iniciativa.

También alegan que el país sólo puede almacenar en condiciones adecuadas el combustible nuclear usado extranjero en la mayor de sus instalaciones para desechos radiactivos, llamada Krasnoyarsk- 26, con capacidad ociosa para unas 3.000 toneladas, pero que el Minatom quiere importar más de 10.000 toneladas.

Moscú planea construir un nuevo depósito de desechos nucleares en el septentrional archipiélago de Novaya Zemlya o en la nororiental península de Chukotka, pero aún no definió cuál de esas remotas ubicaciones elegirá, no terminó el cálculop previo de capacidad y costos, ni fijó una fecha de inicio de las obras. (FIN/IPS/tra-eng/sb/mu/mp/en ip/00

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