AMERICA LATINA: OIT señala desventajas laborales de la mujer

Las oportunidades de empleo y la remuneración de las mujeres latinoamericanas siguieron siendo menores que las de los hombres en el año que concluye, según el Panorama Laboral anual elaborado por la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

Este año se caracterizó por cierta mejoría laboral en términos de poder de compra de los salarios, pero el leve crecimiento económico en los países de América Latina y el Caribe no se refleja en una disminución del desempleo, que sigue siendo muy elevado.

En ese marco general, la situación laboral de los principales sectores en condición desventajosa -los trabajadores jóvenes y las mujeres- no evolucionó equitativamente.

El documento, elaborado por la oficina regional de la OIT, señala que la remuneración de las mujeres es, en promedio, 36 por ciento inferior que la de los hombres que desempeñan trabajos similares.

«Las oportunidades de empleo siguen siendo diferenciadas por razón del sexo de los postulantes», expresa una de las conclusiones del documento.

Destaca también que si bien el mejor nivel educativo aumenta las posibilidades de conseguir empleo, esto no ocurre en la misma proporción entre los jóvenes y las mujeres que entre los adultos varones.

Al concluir la década del 90, la ocupación de las mujeres jóvenes (37 por ciento) es inferior a la de los hombres (61 por ciento), según el informe, que sin embargo destaca un aumento de la población económicamente activa (PEA) femenina de 2,8 por ciento, mayor al crecimiento demográfico en la región.

«Esto significó que por cada 10 nuevas mujeres en edad juvenil, siete se incorporaron a la fuerza de trabajo y tres quedaron en condición de inactivas en ese periodo», señala.

«Si a eso se agrega que la tasa de expansión de la fuerza laboral masculina joven fue de sólo 1,2 por ciento, muy inferior a la tasa de expansión demográfica (1,8 por ciento), se puede entender por que la proporción de mujeres en la PEA juvenil haya superado levemente el 40 por ciento en ese periodo», añade.

El estudio señala también que las mujeres jóvenes alcanzan al 37 por ciento del total de la PEA juvenil, en tanto que las mujeres adultas son sólo el 34,8 por ciento de la PEA general.

El informe registra el comportamiento del sector juvenil femenino por edades: la expansión de la PEA femenina entre 15 y 19 años es muy moderada: 1,9 por ciento, levemente por encima de la tasa demográfica general, en contraste con el tramo de 20 a 24 años, que se expande en 3,3 por ciento.

Por otro lado, en el segmento que corresponde a dos quintas partes más pobres de la PEA juvenil femenina, la expansión alcanza a 3,2 por ciento, en tanto que se advierte un virtual estancamiento en las dos quintas partes superiores, con 0,1 por ciento.

«Esto parece indicar que en la población femenina de los estratos más pobres predomina el efecto trabajador agregado, dado que las familias más pobres tienden a incorporar a más mujeres jóvenes a la búsqueda de empleo», dice el estudio.

La OIT abordó un aspecto especial del trabajo femenino: los llamados sobrecostos laborales generados por los dispositivos legales de protección a la maternidad y al cuidado infantil.

Las organizaciones que promueven el desarrollo de los derechos humanos en general, y las feministas en particular, han conseguido leyes proteccionistas para las trabajadoras, pero estos beneficios constituyen en cierto modo obstáculos para las mujeres en busca de empleo.

A pesar de que su remuneración es inferior en 36 por ciento a la de los hombres, los empresarios sostienen que la mano de obra femenina es más costosa porque las empresas deben compensar las licencias especiales por maternidad, lactancia y permisos para cuidar niños enfermos.

La OIT realizó un estudio de los llamados costos laborales de la protección a la maternidad y el cuidado infantil en los cuatro países de mayor desarrollo económico relativo de la región: Argentina, Brasil, Chile y México.

La investigación incluye sólo a los trabajadores asalariados y efectúa una comparación entre los costos laborales asociados a la contratación de hombres y mujeres.

Los resultados de la investigación desmienten el extendido prejuicio empresarial contra el trabajo femenino, pues la diferencia entre los costos para el empleador no son significativos: 0,2 por ciento en México, uno por ciento en Argentina, 1,2 por ciento en Brasil y 1,8 por ciento en Chile.

Este bajo costo está relacionado con dos factores. En primer lugar, los salarios de las trabajadoras en licencia por maternidad son asumidos directamente por el Estado (Chile) o por los institutos de seguridad social (Argentina, Brasil y México).

Por otro lado, la investigación constató que la incidencia anual de embarazos entre las trabajadoras asalariadas es muy reducida: 2,6 por ciento en Argentina, tres por ciento en Brasil, 4,5 por ciento en Chile y 7,5 por ciento en México.

Los gastos por concepto de sala-cuna representan el componente más importantes de los costos directos por la contratación de mujeres, entre 0,8 y 1,3 por ciento de la remuneración bruta en Argentina, Brasil y Chile, en tanto que en México son asumidos íntegramente por el instituto de seguridad social. (FIN/IPS/al/ag/lb hd/00

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