RUSIA: El país más grande del mundo carece de himno nacional

Los deportistas rusos que ganan torneos internacionales deben recibir su premio con los labios apretados, porque la melodía del siglo XIX utilizada como símbolo nacional carece de letra. Una solución a estudio es imponer, otra vez, el himno soviético.

El himno de la Unión Soviética, considerado exaltador y solemne, cayó en el olvido en Rusia, arrastrado por el colapso institucional que concluyó con la disolución de la superpotencia en 1991.

Hoy, muchos rusos creen que la búsqueda para reemplazarlo tarda demasiado. Las autoridades sugieren que podría retornar el viejo himno soviético, adoptado en 1944 por el extinto dictador José Stalin (Josef Visarianovich Dugashvili).

El director de banda militar Aleksandr Alexandrov, célebre durante la primera guerra mundial (1914-1918) por su canción patriótica «Adiós Slavyanka», compuso la música del himno soviético, y los poetas Anatoly Mijalkov y Al-Registan escribieron la letra.

Tres años después del colapso de la Unión Soviética en 1991, el primer presidente de Rusia, Boris Yeltsin, decretó el uso de la «Canción patriótica» de Mijail Glinka, un compositor del siglo XIX, como símbolo nacional.

La «Canción patriótica» suena solemne pero no ganó popularidad en estos siete años. Además, carece de letra, lo que impide que encienda el patriotismo ruso.

El último concurso, realizado dos años atrás, atrajo a más de 5.000 propuestas de letra. Pero los jurados rechazaron todas por considerarlas inapropiadas.

Deportistas internacionales, como los jugadores de la poderosa selección nacional de fútbol, se declaran desmoralizados ante la imposibilidad de cantar un himno antes de competir. Los ganadores de medallas de oro olímpicas se han visto obligados a cerrar la boca en el podio cuando suena la melodía.

La situación refleja «no sólo la carencia de una conciencia heroica sino también de gente con autoridad moral para convencer al resto de Rusia de elegir un himno», dijo Gleb Pablovsky, presidente de la Fundación de Políticas Eficaces y principal asesor del presidente Vladimir Putin en materia de imagen.

Casi la mitad de los rusos están en desacuerdo con el retorno del viejo himno soviético, si bien menos del 20 por ciento acepta la «Canción patriótica» de Glinka.

A raíz de los Juegos Olímpicos, Putin nombró una comisión especial encabezada por el gobernador de San Petesburgo, Vladimir Yakovlev, para examinar la cuestión.

Ocho piezas musicales fueron examinadas, incluyendo una compuesta por la estrella de música pop Alla Pugachyova. La mayoría de los miembros de la comisión se mostró favorable a volver a instaurar el himno soviético.

El argumento fue que su música, por lo menos, resultaba familiar, al menos para aquellos que crecieron antes del colapso de la Unión Soviética.

El himno fue también objeto este mes de análisis en la primera sesión del Consejo de Estado, un grupo asesor de líderes regionales creado por Putin hace dos meses y presidido por él mismo para discutir importantes cuestiones nacionales.

Tras examinar las ocho composiciones propuestas, el Consejo señaló dos, la «Canción patriótica» de Glinka y el «Himno soviético». Yakovlev expresó su confianza que Rusia entre en 2000 con una nueva canción patria.

Yakovlev negó que el himno de Aleksandrov estuviera asociado al pasado totalitario soviética. El Consejo de Estado, sin embargo, evitó la responsabilidad de la decisión final. En cambio, sugirió que la Duma, la cámara baja parlamentaria, eligiera entre los himnos de Glinka y de Aleksandrov.

La iniciativa de preservar el legado soviético tiene cierta popularidad, porque muchos rusos sienten que su vida ha empeorado más despues del derrumbe del campo socialista.

El Partido Comunista promueve hace tiempo la reposición del Himno de la Unión Soviética, así como la sustitución de la actual enseña tricolor por una bandera roja, con la hoz y el martillo amarillos en lugar de la actual águila bicéfala.

Para concretar esas reformas de carácter constitucional se necesitan dos tercios de los votos de la Duma. Ya lo intentaron, pero fue en vano.

Pero, la Asamblea Parlamentaria de la Unión Rusia-Belarús, que incluye a diputados de la Duma y sus pares de Soviet Supremo de Belarús, votaron que la música de Aleksandrov sea el himno nacional de la alianza binacional.

En caso de que Rusia restaure el himno de Aleksandrov como propio, no se sabe qué su sucederá con el himno de la Unión.

La coalición liberal Yabloko y la Unión de Fuerzas de Derecha (SPS) emitieron una declaración conjunta de oposición al viejo himno soviético.

«En términos generales, la mayoría de la Duma es partidaria del himno de Aleksandrov. Los comunistas insisten en un completo retorno a la simbología soviética. Nosotros creemos que es necesaria una fórmula de compromiso», admitió Viktor Pojmelkin, segundo jefe del bloque parlamentario del SPS.

Por otra parte, aunque el gobierno y el parlamento al fin coincidan sobre la música del himno ruso, seguirán enfrentando la difícil tarea de elegir la letra.

Los críticos arguyen que el himno soviético está manchado con recuerdos del totalitarismo. «Stalin nos inspiró a disfrutar del trabajo», expresan los versos originales. (FIN/IPS/tra- eng/sb/sm/ego/mj/ip cr/00

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