ESTADOS UNIDOS-VIETNAM: Sólo importan los negocios

El presidente de Estados Unidos, Bill Clinton, regresó hoy a su país desde Vietnam, donde dijo que los estadounidenses «desean ser socios» del antiguo enemigo comunista y evitó toda referencia a cuestiones de derechos humanos.

La misión fue planificada cuidadosamente para no herir susceptibilidades y concentrarse en el futuro. Tanto las autoridades vietnamitas como las estadounidenses evitaron confrontaciones públicas sobre cuestiones demasiado sensibles para ambas partes.

Sin embargo, la primera visita oficial de un presidente de Estados Unidos fue interpretada en Vietnam como una recompensa por haber ayudado a ubicar los cuerpos de más de 1.000 soldados estadounidenses desaparecidos en acción, 25 años después de la guerra entre ambos países (1960-1975).

La visita de Clinton constituyó un acto simbólico de reconciliación entre dos antiguos enemigos, pese a algunos intentos por estropear el ambiente de calidez, por ejemplo una lluvia de panfletos contra el régimen en la ciudad de Ho Chi Minh, el viernes.

Antes del viaje, Clinton había recibido mucha presión para plantear cuestiones de derechos humanos al discutir sobre relaciones económicas y comerciales con las autoridades vietnamitas.

Cinco senadores estadounidenses, incluidos los veteranos de guerra John McCain y Charles Robb, exhortaron en una carta a Clinton a presionar para obtener «progresos significativos y tangibles en materia de derechos humanos» durante su misión en Vietnam.

Pero el presidente prefirió evitar los temas sensibles cuando se reunió con el primer ministro vietnamita Phan Van Khai, el viernes, y con el secretario general del Partido Comunista Le Kha Phie, en la tarde del sábado.

Para calmar a la oposición en su país, funcionarios de Washington aseguraron que Clinton plantearía cuestiones de derechos humanos de manera delicada, en conversaciones privadas con líderes vietnamitas.

En efecto, el mandatario nunca se refirió abiertamente a los disidentes políticos y religiosos de Vietnam, e incluso reconoció que, en algunos aspectos, las condiciones para la libertad religiosa habían mejorado en el último año.

«Es un buen diplomático. Me gusta porque vino como un amigo», declaró Nguyen Van Ba, un conductor de triciclo de 45 años. Ba fue uno de los miles de residentes de Hanoi que se agolparon en las calles el pasado jueves por la noche para recibir a Clinton.

Ba expresó su esperanza en que «las cosas mejoren luego de la visita» en Vietnam, el país que en 1975 humilló a la superpotencia al derrotarlo en una guerra que mató a tres millones de vietnamitas y 58.000 estadounidenses.

Por su parte, Hanoi no habló de la pretendida compensación de Estados Unidos por su agresión bélica y los efectos del desfoliante tóxico Agente Naranja, que los estadounidenses rociaron sobre la selva vietnamita para descubrir a los guerrilleros del Vietcong, y que hasta hoy causa deformidades congénitas.

Aunque Vietnam lanzó su campaña legal por una compensación de guerra de Estados Unidos en una conferencia internacional realizada en La Habana hace dos semanas, las autoridades vietnamitas no mencionaron el asunto en sus reuniones con sus homólogos estadounidenses.

Más de un millón de vietnamitas han sido afectados por los compuestos tóxicos rociados por las fuerzas estadounidenses, y cientos mueren o quedan mutilados cada año debido a las bombas y las minas sembradas en una guerra que terminó hace 25 años.

El gobierno vietnamita no solicitó una disculpa formal ni una compensación de guerra, y en cambio pidió ayuda humanitaria.

«Vietnam necesita con urgencia una ayuda mayor y más rápida de Estados Unidos para hacer frente a las graves consecuencias de la guerra», dijo el canciller Nguyen Dy Nien.

De las declaraciones de los dos gobiernos se desprende que ambos pretenden dejar atrás la guerra y comenzar una nueva era de vínculos bilaterales.

Muchos vietnamitas consideran que Clinton es la persona adecuada para iniciar ese nuevo capítulo, debido a su oposición a la guerra de Vietnam durante su juventud y sus esfuerzos por normalizar las relaciones.

La administración de Clinton trabajó durante seis años para normalizar los lazos con Vietnam. En 1994 levantó un embargo comercial, y al año siguiente forjó vínculos diplomáticos.

En julio, ambos países firmaron un acuerdo comercial que podría integrar a Hanoi a la economía mundial.

De hecho, el comercio y las inversiones fueron el centro de la visita de Clinton. En charlas con líderes vietnamitas, el presidente discutió el pacto comercial alcanzado en julio y el propuesto ingreso de Vietnam a la Organización Mundial del Comercio.

Así mismo, fue testigo de la firma de un acuerdo marco sobre cooperación científica y tecnológica entre ambos países.

Clinton también habló a empresarios vietnamitas e inversores estadounidenses sobre los obstáculos al comercio, en sendos seminarios en Hanoi y Ho Chi Minh.

Unos 50 empresarios deseosos de hacer negocios en Vietnam acompañaron a Clinton en su misión. También llegaron a Vietnam, aunque no en carácter de invitados, empresarios de origen vietnamita establecidos en Estados Unidos y otros países, en busca de nuevas oportunidades.

Tanto los empresarios vietnamitas como los estadounidenses manifestaron optimismo sobre el crecimiento de las inversiones.

«Vietnam, con casi 80 millones de habitantes, es un mercado muy interesante. Desde la firma del pacto comercial, aumentó notablemente el número de firmas estadounidenses interesadas en invertir aquí, en particular en publicidad, fabricación de televisores y de calzado», declaró John Beeman, director del Citibank en Vietnam.

El sector empresarial vietnamita también espera que el acuerdo bilateral produzca nuevas oportunidades de negocios en el mercado estadounidense.

Interrogado sobre sus expectativas sobre la visita de Clinton, el empresario Ngo Xuan Loc, de 34 años, dijo que su único interés es saber cuándo los aranceles estadounidenses a las importaciones vietnamitas se reducirán del actual 40 por ciento a cuatro por ciento, en virtud del pacto comercial de julio.

Estados Unidos es uno de los mayores socios comerciales de Vietnam. Aun sin el estatuto de relaciones comerciales normales (antes conocido como «nación más favorecida»), Vietnam aumentó sus exportaciones a ese país de 12 a 15 por ciento al año en los últimos años.

En los primeros ocho meses de este año, el comercio bilateral totalizó 783 millones de dólares, frente a 510 millones de dólares en el mismo período de 1999.

«Vuelvo a mi país decidido a continuar esta sociedad, por un futuro mejor para el pueblo de Vietnam y para el de Estados Unidos», declaró Clinton a la Cámara de Comercio en la ciudad de Ho Chi Minh, antes de partir. (FIN/IPS/tra-en/tdtl/js/mlm/ip- if/00

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