EEUU: Jueces dirigen próximo episodio de telenovela electoral

El destino de las elecciones presidenciales de Estados Unidos pasó a manos de los jueces, representantes de la rama del gobierno más aislada de la opinión pública, que recién la semana próxima darán a conocer su decisión.

Incluso si los jueces no deciden quién fue el vencedor de los 25 votos electorales de Florida y por tanto el próximo presidente, si el republicano George W. Bush o el demócrata Al Gore, su fallo habrá de tener un gran impacto en la opinión pública.

Eso, a su vez, creará una nueva realidad política que podría obligar a uno de los candidatos a reconocer su derrota.

Mientras tanto, Bush, el ganador «certificado» por las autoridades de Florida, y Gore reforzarán sus campañas publicitarias.

La guerra de palabras y de imágenes se librará por la prensa, la televisión, la radio y la Internet para persuadir al público de que es el otro el que intenta robarse la presidencia.

Ninguno muestra señales de dar marcha atrás. Por el contrario, ahora que el equipo de Bush se acerca a la victoria, los ataques contra Gore seguramente habrán de aumentar en los próximos días.

Por otra parte, los demócratas parecen ahora más dispuestos a la pelea que antes de que la republicana Secretaria de Estado de Florida, «certificara» a Bush como ganador de los 25 votos electorales la noche del domingo.

Como ha hecho prácticamente desde el día de las elecciones, el 7 de noviembre, el equipo de Bush intentará hacer parecer a los demócratas como malos perdedores y crear la sensación de que la victoria republicana es inevitable.

El leit motiv republicano es que los votos de Florida han sido contados una y otra vez, con máquina y a mano, y que Bush siempre venció. Es hora de declarar la conclusión del proceso para que el país pueda seguir adelante, sostienen los partidarios de Bush.

Por otra parte, el equipo demócrata sostendrá, como lo ha hecho con creciente precisión en los últimos días, que Gore superará fácilmente los 537 votos de ventaja de Bush certificados por las autoridades de Florida si se cuentan por segunda vez los miles de votos que restan.

«Ignorar votos es ignorar a la democracia misma», dijo Gore en un mensaje televisado al país la noche del lunes. Sus seguidores argumentan que Florida aún no presentó un «escrutinio completo y preciso» de los votos emitidos el día de las elecciones.

Mientras, los equipos jurídicos de ambos se prepararán para lo que podría ser el enfrentamiento final ante la Corte Suprema este viernes y el comienzo del juicio en un tribunal estatal de Florida en Tallahassee, la capital del estado, cuyo fallo será seguramente apelado ante el máximo tribunal del estado.

Hasta que alguna de las cortes se pronuncie, muy poco habrá de cambiar hasta la próxima semana.

La mañana del viernes, la Corte Suprema habrá de escuchar argumentos orales sobre una apelación de Bush para revocar una decisión del tribunal máximo de Florida que permitió a varios condados contar manualmente los votos después de la fecha máxima fijada por las autoridades del estado para certificar el resultado final.

Los republicanos argumentan que el tribunal excedió la autoridad que le otorga la Constitución, que reserva la determinación de los electores del estado a la legislatura estatal.

Los abogados de Gore responderán que el tribunal «interpretó» disposiciones conflictivas de la ley estatal de manera constitucional.

Es probable que la decisión de los nueve integrantes de la Corte Suprema se sepa el lunes. Si falla a favor de Bush, la presión para que Gore reconozca la derrota será mayor. Si es a favor de Gore, es probable que éste salga fortalecido con un mayor apoyo público para el recuento de los condados cuestionados.

Por otra parte, la Corte podría rechazar el caso porque los hechos sucedidos desde que Bush presentó la apelación, incluso la certificación de Florida y el cuestionamiento formal de Gore de los resultados certificados, dan por superada la situación.

En todo caso, la ofensiva de Gore en las cortes de Florida tiene la atención de los medios. Su campaña argumenta que el escrutinio es incompleto o impreciso en tres condados.

Gore asegura que perdió 225 votos en el condado de Palm Beach cuando la Secretaria de Estado se negó a aceptar el escrutinio manual porque fue entregado dos horas después de la hora límite fijada por la Corte Suprema.

También argumenta que el condado adoptó un criterio demasiado riguroso al contar votos disputados y que habría obtenido 800 votos más si se hubiera empleado el criterio utilizado en otro condado.

En el condado de Miami-Dade, según Gore, 157 votos conseguidos por él en un conteo manual fueron omitidos del resultado certificado.

Así mismo, unos 10.000 votos rechazados por las máquinas no fueron contados manualmente aún, lo cual le daría a Gore 600 votos más, según los demócratas.

Los demócratas también protestan porque el consejo electoral de Miami-DADE detuvo el recuento la semana pasada cuando decenas de activistas de Bush, incluso varios funcionarios republicanos del Congreso enviados a Florida en un viaje pagado por un dirigente para conseguir apoyo para Bush, invadieron las oficinas del condado.

La horda empujó a supuestos demócratas y golpeó las puertas y las ventanas del lugar donde se contaban los votos.

El incidente, así como la negativa de la Secretaria de Estado a aceptar el resultado del escrutinio manual en Palm Beach, causaron la ira de los demócratas, incluso de dirigentes del Congreso que antes habían sugerido que Gore reconociera la victoria de Bush.

Finalmente, Gore sostiene que el condado de Nassau actuó mal al certificar el resultado del escrutinio el 7 de noviembre y no el recuento dos días después, cuando ganó 51 votos más. (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip/00

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