ECONOMIA: Once países son la elite del libre comercio

Sólo 11 países, entre los que se cuentan Chile y Estados Unidos, están en condiciones de ingresar a la Asociación de Libre Comercio, una propuesta que la estadounidense Fundación Heritage presentó como respuesta al estancamiento de las negociaciones multilaterales comandadas por la OMC.

La propuesta está incluida en el «Indice 2001 de Libertad Económica» elaborado por la fundación y publicado el miércoles por el diario estadounidense Wall Street Journal.

Se trataría de una «asociación voluntaria de las naciones que comparten cometidos comunes», en respuesta a la incapacidad de la Organización Mundial de Comercio (OMC) de abrir el mercado internacional, afirmó el vicepresidente de la fundación, Kim Holmes.

Holmes explicó que el grupo se guiaría por el principio de «libertad de comercio ante todo».

La fundación Heritage se define a sí misma como una organización sin fines de lucro cuya misión es promover políticas conservadoras basadas en los principios de libertad de empresa, gobierno limitado y libertad individual.

Ha tenido una importante influencia en el Congreso estadounidense y se caracteriza por sus propuestas radicales.

La fundación elabora anualmente, desde hace siete años, el Indice de Libertad Económica, que califica a 155 países según la apertura de sus mercados. Con ese fin analiza sus políticas monetarias, flujo de capitales, grado de intervención gubernamental, derechos de propiedades y otros datos.

La propuesta de crear la Asociación de Libre Comercio es quizás la más radical de la fundación.

Además de Chile y Estados Unidos, los demás países que completan el grupo inicial de 11 son República Checa, Dinamarca, Estonia, Gran Bretaña, Hong Kong, Irlanda, Luxemburgo, Nueva Zelanda y Singapur.

Estos países aportan 32 por ciento del producto interno bruto del mundo y poseen las economías más abiertas, de acuerdo con el estudio.

«Se trata de una broma», afirmó Maurice Schiff, del Grupo de Investigación para el Desarrollo del Banco Mundial. Schiff sostuvo que la idea será no tiene futuro puesto que implicaría la anulación de acuerdos existentes, como el bloque de la Unión Europea.

Sin embargo, admitió que la amenaza de que las economías más poderosas se unan en perjuicio de otras es una realidad. De hecho, «Bangladesh, India, Pakistán e incluso China ya corren el riesgo de quedar aisladas si los acuerdos de libre comercio proliferan», afirmó.

El especialista prevé que la Unión Europea se expandirá a Europa Oriental y al Mediterráneo, en tanto que el Tratado de Libre Comercio de América del Norte lo hará a América Latina y el fortalecimiento del área de libre comercio de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático.

En Africa subsahariana se creó esta semana un mercado común para los países del sur y el este del continente, pero sus frágiles economías, que juntas tienen un producto interno bruto similar al de Bélgica, nunca contarán con posibilidades de enfrentar a la Asociación de Libre Comercio.

Ninguno de los 42 países de Africa subsahariana evaluados en el informe de la fundación recibieron la calificación de «libres» y sólo seis fueron considerados «mayormente libres»: Botswana, Benin, Malí, Mauricio, Namibia y Zambia.

Para los países en desarrollo, el incremento del comercio no siempre se traduce en mayor cantidad de ingresos para su población, señaló Vice Yu, de la no gubernamental Amigos de la Tierra de Filipinas.

Yu sostiene que la propuesta de la fundación Heritage pone de nuevo en el tapete el debate sobre la falta de beneficios para los pobres en el proceso de globalización.

«Para nosotros, la libertad de comercio no es la respuesta. La liberalización del mercado sólo ha ampliado la brecha entre ricos y pobres y ha estimulado la presión de las empresas internacionales, que desplazan a comunidades enteras de sus tierras para obtener más recursos», agregó.

Organizaciones no gubernamentales en los países en desarrollo no dejan de manifestar su malestar contra la OMC. El organismo es visto en las partes más pobres del planeta como un organismo sumamente centralizado y poco transparente, que beneficia a una minoría de países, elites y empresas trasnacionales.

«Las naciones en desarrollo ni siquiera deberían preocuparse por reformar la OMC, ya que siempre será una institución imperfecta, que no representará a sus intereses», afirmó el activista Walden Bello.

En un artículo publicado en el periódico Ecologist Report, Bello sostiene que los países en desarrollo deberían trabajar juntos para reducir de manera radical el poder de la OMC. (FIN/IPS/tra-en/gm/da/rp/aq/if/00

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