DROGAS-CUBA: Aumentan las requisas

Unos 11.000 kilogramos de drogas fueron incautados en los primeros 10 meses de este año en Cuba, 3.000 más que en 1999, según información oficial.

«Aunque los narcotraficantes utilizan medios navales y aéreos cada vez más modernos, desde 1994 hemos capturado más de 53 toneladas de drogas en aguas jurisdiccionales cubanas», afirmó el teniente coronel Guillermo Valdés, experto de la Dirección Nacional Antidrogas de la Policía Nacional Revolucionaria.

Entre julio y octubre las autoridades se incautaron de 5.884 kilogramos de drogas, entre ellos 1.719 de cocaína y 4.165 de marihuana, según informes de la prensa oficialista cubana. El último informe no explicita cuánta cocaína, marihuana u otro tipo de estupefaciente, fue requisada desde enero.

Valdés sostuvo que la lucha contra el tráfico de drogas constituye una prioridad para el Estado cubano, que considera esta actividad «una amenaza para la seguridad nacional» por el «irreparable daño» que podría provocar el aumento del consumo interno.

Valdés fue uno de los principales expositores en un taller nacional sobre combate al narcotráfico celebrado el lunes y martes en La Habana, con la participación de autoridades y expertos nacionales y representantes de Canadá y Gran Bretaña.

En el taller se analizó el tráfico aéreo de drogas a través de Cuba, el tratamiento médico a los casos de consumo de drogas y el trato policial a los detenidos por narcotráfico.

El ministro de Justicia cubano, Roberto Díaz Sotolongo, reconoció la existencia de venta y consumo de estupefacientes dentro del país, aunque los calificó de mínimos en comparación con otras naciones.

Esto no significa que las autoridades puedan desentenderse de eso, aseguró.

Para Díaz, la clave en la batalla contra las drogas es la prevención. «Tenemos que ser capaces de hacer que la población, y sobre todo nuestra juventud, ante la disyuntiva de consumir (drogas) o no, la decisión sea no consumir», opinó.

Las drogas en Cuba quedaron reducidas durante décadas a una presencia muy marginal de marihuana. Pero estupefacientes como la cocaína han ido penetrando en Cuba en los últimos años de forma lenta, en muchos casos para satisfacer la demanda de turistas extranjeros.

Aun cuando oficialmente no se considera un problema social de gravedad, el Ministerio del Interior aumentó los recursos destinados a la prevención y enfrentamiento de este fenómeno, según se informó en el taller.

En Cuba siempre se ha consumido marihuana y psicofármacos, pero ese fenómeno ha estado asociado por lo general a grupos marginales. Las autoridades han mantenido durante décadas una fuerte ofensiva contra las plantaciones de la hierba.

Cualquier persona que sea sorprendida cultivando marihuana en la isla pierde de inmediato su tierra y puede ser sancionado de cuatro a 20 años de cárcel, según la ley.

Versiones sobre el aumento del consumo y venta de cocaína y crack en La Habana surgieron a inicios de la década del 90 y aumentaron en los últimos años, pero se carece de todo tipo de información especializada u oficial al respecto.

«El 'cambolo' (variante cubana de crack) está a 80 y 90 dólares (por dosis), pero ahora está perdido. La que está al orden del día es la marihuana», comentó a IPS una vecina del Los Sitios, uno de los barrios del casco histórico de La Habana.

El gramo de cocaína también se está cotizando a unos 80 dólares, 50 más que en 1995, pero, según la mujer de 52 años, el alza de los precios responde a que en los últimos meses «se ha vuelto muy escasa».

El consumo de marihuana y otras drogas entre minorías en Cuba fue reconocido oficialmente por primera vez en 1996 por Carlos Amat, entonces ministro de Justicia y ahora embajador en la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Como minorías, las autoridades mencionan a prostitutas, proxenetas y delincuentes. Pero, según expertos, el rango tendría que abrirse más e incluir habitantes de barrios marginales, aficionados a la música rock e, incluso, algunos sectores del estudiantado.

Mientras fuentes oficiales afirman que la droga no tiene futuro en Cuba por el rechazo que provocan dentro de las familias, expertos en salud alertan sobre el alto consumo de alcohol, al que consideran una puerta de acceso a otros estupefacientes.

Pero, a medida que aumentan los vuelos aéreos hacia y desde Cuba y el uso de este país como puente del narcotráfico, será casi inevitable la introducción de drogas en el territorio nacional, advirtieron expertos.

Fuentes de Estados Unidos aseguran que 50 por ciento de la marihuana introducida desde América del Sur en ese país, el principal consumidor de drogas del mundo, pasa a través del Caribe, mientras que 65 por ciento de la cocaína destinada a Europa pasa también por el área.

Aunque como norma, Cuba no está considerada entre los países productores o consumidores, su posición geográfica en el Mar Caribe la coloca en una situación estratégica en las rutas del narcotráfico, tanto hacia América del Norte como hacia Europa.

Valdés mencionó como herramientas de tráfico el uso de «mulas tragonas» (personas que introducen la droga en su aparato digestivo), así como el uso de lanchas rápidas, buques comerciales y aviones ligeros para evadir la acción de las agencias antidrogas en la región.

Un informe presentado por la Dirección Nacional Antidrogas el día 16 en un congreso internacional de ciencias penales en La Habana reveló que en los primeros 10 meses de 2000 fueron detenidos 21 personas en los aeropuertos de Cuba.

En total, 175 extranjeros están presos en este país por narcotráfico.

Fuentes oficiales aseguran que las autoridades pretenden impedir que se arroje desde aviones y embarcaciones cargamentos de droga en aguas cubanas para evitar que recalen en las costas y puedan ser introducidos en el mercado interno.

El gobierno procuró mejorar la capacidad técnica y profesional de su personal antidrogas con el aporte de agencias de la ONU y de países como Canadá y Gran Bretaña.

Con el mismo fin, se fortalece la cooperación con agencias de otros países. Cuba tiene acuerdos sobre drogas y narcotráfico con 27 naciones y relaciones de colaboración con 12 servicios antidrogas en el mundo, según Díaz.

Cuba y Estados Unidos, países enfrentados hace más de 40 años, realizan acciones conjuntas concretas, pero aún no se logró la firma de un acuerdo de cooperación en la lucha antidrogas.

El Código Penal cubano fue modificado el pasado año para endurecer determinadas condenas, que en el caso del narcotráfico pueden llegar a la pena de muerte si el culpable es un funcionario público.

En tanto, las autoridades estudian un proyecto de ley que incluye medidas contra el lavado de dinero, la producción, oferta, tráfico, distribución, consumo y tenencia de drogas, según informó una emisora de radio estatal. (FIN/IPS/da/mj/ip/00

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