Amnistía Internacional censuró a Israel por lo que considera «uso excesivo de fuerza letal» en su actual enfrentamiento con los palestinos, que hasta hoy dejó 178 muertos, todos palestinos o árabes israelíes salvo 28.
Los abusos cometidos durante los últimos choques son tan graves que hasta podrían ser considerados crímenes de guerra, acusó la organización defensora de los derechos humanos, con sede en Londres.
El informe de Amnistía, lanzado el miércoles en una conferencia de prensa, es resultado del trabajo de dos delegaciones del grupo en Israel y los territorios palestinos ocupados, donde se reunieron con autoridades, abogados, víctimas y familiares de éstas el mes último.
En las últimas cinco semanas, las tropas israelíes respondieron a las piedras y cócteles Molotov de manifestantes palestinos con una fuerza desmedida, que incluye desde gases lacrimógenos hasta fuego abierto, denunció la organización.
Esos hechos constituyen «graves violaciones a los derechos humanos que pueden constituir crímenes de guerra», según Claudio Cordone, director del programa de investigación de Amnistía y jefe de la última delegación a la zona de guerra.
«La vida humana pierde importancia debido a una mentalidad que parece considerar las matanzas… como una consecuencia inevitable y aceptable de la crisis actual», lamentó Cordone.
En los choques producidos en Cisjordania y la Franja de Gaza desde el 28 de septiembre, las acciones de los soldados israelíes han sido claramente violatorias de códigos de conducta nacionales e internacionales.
Los Principios Básicos sobre el Uso de la Fuerza y Armas de Fuego por Agentes de la Ley prohíben el uso de armas letales excepto cuando sea «absolutamente inevitable para proteger la vida».
Además, las normas del propio Israel sólo justifican el uso de la fuerza «cuando sea imposible defenderse del atacante de otra forma que con un arma», y establecen que los disparos «deben dirigirse únicamente contra el atacante».
Amnistía reclamó la creación de una comisión independiente para examinar los cargos y denunció que la violencia continúa en parte «por la falta de investigación del gobierno israelí sobre casos pasados de uso excesivo de la fuerza y por no llevar a los culpables ante la justicia».
El grupo también criticó a los palestinos por no mantener a los niños al margen de las protestas y por usar armas durante algunas manifestaciones, lo cual, a su criterio, dio motivos a Israel para responder con fuerza, y condenó los ataques contra asentamientos judíos en territorios palestinos.
Por otra parte, las tropas israelíes también interfirieron con los intentos de médicos y enfermeros de ofrecer tratamiento a los heridos.
El 30 de septiembre, el conductor de una ambulancia de la Sociedad de la Media Luna Roja Palestina fue muerto por soldados israelíes, y una enfermera que trabaja para la misma organización declaró a Amnistía que le dispararon en la mejilla el 6 de este mes mientras colocaba a un herido sobre una camilla.
Además, el grupo constató que en Nablús, Ramallah y Belén, donde se produjeron varias manifestaciones, hay agujeros de balas en casas de los alrededores, lo cual indica que los israelíes dispararon indiscriminadamente contra la multitud e hirieron y mataron a personas que no participaban de las protestas.
Amnistía Internacional no está sola en su condena al gobierno israelí por su comportamiento en esta guerra. Le acompañan la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas y el grupo Human Rights Watch, con sede en Washington.
Una cumbre de líderes árabes realizada en octubre culminó con una exhortación a las Naciones Unidas a establecer un nuevo tribunal de crímenes de guerra para investigar los abusos de Israel en los últimos meses.
Amnistía recomendó que Israel revise sus tácticas y evite muertes innecesarias en el futuro, además de juzgar a cualquier sospechoso de las matanzas y compensar a las familias de las víctimas.
El grupo también pidió a Gran Bretaña el día 24 que deje de proveer equipos y servicios para los helicópteros que Estados Unidos suministra a Israel hasta que éste ofrezca pruebas razonables de que los vehículos no se usarán en ataques que puedan poner en peligro la vida de inocentes.
Las críticas aceleraron los esfuerzos diplomáticos para resolver la crisis. El primer ministro de Israel, Ehud Barak, convocó una reunión de emergencia de su gabinete para buscar una solución.
Mientras, el negociador palestino Saeb Erekat partirá hacia Washington hacia fines de esta semana para reunirse con la secretaria de Estado (canciller) de Estados Unidos, Madeleine Albright.
Esta no es la primera vez que Amnistía critica a Israel por violaciones a los derechos humanos.
El grupo también denunció el bombardeo el 7 de febrero por la Fuerza Aérea israelí de tres centrales de energía cerca de Trípoli y Beirut, que dejó a 18 civiles heridos.
Así mismo, Amnistía denunció la matanza de manifestantes y simples residentes palestinos durante la intifada de 1987-1993, en septiembre-octubre de 1996 y el pasado mayo. (FIN/IPS/tra-en/jg/da/mlm/hd/00
