CUBA: Víctimas exigen extradición de terrorista

Familiares de víctimas de atentados contra Cuba esperan como «un acto de justicia» la extradición de Luis Posada Carriles, un exiliado cubano acusado por La Habana de varios crímenes y detenido el viernes pasado en Panamá por un supuesto complot para matar a Fidel Castro.

«Posada Carriles debe ser juzgado en Cuba, donde hay demasiado luto acumulado por su culpa», dijo Olvaldo Pélaez, hermano de Milagros Pélaez, una de las víctimas del sabotaje perpetrado en octubre de 1976 contra un avión de la compañía Cubana de Aviación cuando despegaba en un aeropuerto de Barbados.

Un total de 73 personas, entre ellas todos los integrantes del equipo juvenil de esgrima cubano, murieron en el atentado, recordado en este país como uno de los momentos más tristes de los últimos 40 años y del cual se acusa directamente a Posada Carriles.

De ser extraditado, el hombre de 72 años podría enfrentar la pena de muerte, prevista por el Código Penal para los culpables de actos de terrorismo. El plazo para que Cuba presente pruebas a las autoridades de Panamá es de 60 días.

La Policía Técnica Judicial de Panamá confirmó este miércoles que Posada Carriles y otros tres cubanos —Pedro Remón, Manuel Díaz y Guillermo Nomo— permanecerán detenidos hasta que concluya la extradición solicitada por La Habana.

Posada Carriles admitió con orgullo sus acciones contra Cuba en 1998, entrevistado por el diario estadounidense The New York Times. Fue detenido en Panamá el viernes junto con tres de sus colaboradores y está acusado de planear un atentado contra el presidente cubano Fidel Castro.

Los planes fueron revelados a las autoridades panameñas por el propio Castro poco después de su llegada a Panamá para participar en la X Cumbre Iberoamericana de Jefes de Estado y de Gobierno, que se celebró los días 17 y 18 de noviembre.

La presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, confirmó este miércoles que una persona que transportaba a Posada Carriles y a su grupo «en un automóvil descubrió un maletín que habían dejado, y que estaba lleno de explosivos».

Informes de prensa aseguraron que la Policía Técnica Judicial habría descubierto un cargamento de ocho kilogramos de explosivo plástico C-4 y siete cápsulas de Semtex cerca del aeropuerto internacional de Tocumen, en la capital de Panamá.

A la lista se suman, según el diario cubano Granma, portavoz del gobernante Partido Comunista, otros 20 kilogramos de explosivo C-4 junto a un croquis de la Universidad de Panamá, en cuyo paraninfo Castro brindó el sábado pasado una conferencia a miles de estudiantes.

Los terroristas «sabían que con este tipo de explosivos no solamente asesinarían a Fidel Castro, sino también a todas las personas que se encontraran presentes», alertó el legislador panameño Miguel Bush, del opositor Partido Revolucionario Democrático (PRD).

Posada Carriles ingresó a Panamá el 5 de este mes pasado con pasaporte salvadoreño a nombre de Franco Rodríguez Mena. En el documento, que portaba al momento de su detención, constan 59 viajes por América Central, México y Estados Unidos.

El viceministro del Interior salvadoreño, Gabriel Carranza, aseguró que Posada Carriles obtuvo un primer pasaporte salvadoreño en 1991, a nombre de Ramón Medina Rodríguez. Después, en 1995 y 1998, sacó pasaporte bajo el apellido Rodríguez.

Enemigo acérrimo de Castro, Posada Carriles participó en la invasión a Cuba por bahía de Cochinos efectuada en 1961 por cubanos exiliados en Estados Unidos. Es buscado por la inteligencia cubana desde que en 1985 escapó, vestido de sacerdote, de una cárcel venezolana.

Posada Carriles cumplía una condena de 27 años por su responsabilidad en el sabotaje contra el avión cubano. El gobierno de Castro aseguró que pudo huir gracias al apoyo de la Agencia Central de Inteligencia de Estados Unidos (CIA) y de autoridades de la cárcel.

Cuba solicitó formalmente la extradición de Posada Carriles, decisión que también estudia Venezuela, aunque el canciller de ese país, José Vicente Rangel, reconoció que Cuba tendría prioridad en la reclamación por tratarse de un ciudadano de origen cubano que ha cometido delitos en su propio país.

Mientras, la televisión estatal cubana repite sistemáticamente desde inicios de esta semana las imágenes del sepelio de las víctimas y los testimonios de los familiares que piden justicia para el que consideran «autor intelectual» y «principal culpable» del atentado contra el vuelo de Cubana de Aviación.

La extradición fue solicitada también por Alexandra Galallena, quien acusó a Posada Carriles del secuestro y asesinato el 9 de agosto de 1976 de su hermano, Crecencio Galallena, cuando era custodia de la embajada cubana en Argentina.

Crecencio y su compañero, Jesús Sejas, «están sepultados en una pared debajo de un edificio», afirmó la joven.

«Para la Iglesia (Católica) no se trata de estar a favor o en contra (de la extradición). Este es un problema legal, de tipo internacional, que debe seguir su curso de acuerdo con las leyes de los países», afirmó el miércoles el arzobispo de La Habana, cardenal Jaime Ortega.

Por su parte, Justino Di Celmo, padre del turista italiano Fabio Di Celmo, muerto al estallar una bomba colocada en el hotel habanero Copacabana en 1997, solicitó un juicio honesto e imparcial contra «uno de los asesinos» de su hijo.

«Hago un llamado a la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, de no soltarlo por ningún motivo. Yo pido justicia, nada más que justicia», dijo el hombre de 80 años en una conferencia de prensa realizada en el mismo lugar donde murió el joven.

En la entrevista otorgada al The New York Times, en 1998, Posada Carriles reconoció ser el organizador de una ola de atentados contra la industria turística cubana que ocasionó la muerte de Di Celmo, además de serios daños a la economía.

«Ese italiano estaba donde no debía cuando no debía», dijo entonces a la periodista Ann Louise Bardach.

«Habrá noticias emocionantes pronto», había prometido Posada Carriles, quien defendió la violencia como el mejor medio para ponerle fin al socialismo en Cuba. «Castro no va a cambiar jamás. Hay varias maneras de hacer una revolución, y yo me he estado ocupando de algunas», dijo. (FIN/IPS/da/mj/ip/00

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