AMBIENTE-EUROPA: Riesgo de contaminación marina al Norte y al Sur

El hundimiento de un barco con carga tóxica en el Canal de la Mancha y la presencia de un submarino nuclear averiado en el Peñón de Gibraltar, al Norte y al Sur de Europa respectivamente, alarman a ambientalistas, políticos y científicos de los países afectados.

Un submarino nuclear británico sufrió una avería en su reactor ante las costas de la isla meridional italiana de Sicilia, en el Mar Mediterráneo, y fue trasladado a la colonia británica de Gibraltar, sobre el estrecho de que separa España de Africa, donde está desde el 19 de mayo, a la espera de ser reparado.

Los seis municipios españoles del Campo de Gibraltar, la zona que rodea el Peñón, así como diversas organizaciones ambientalistas, pidieron que el submarino no sea reparado en Gibraltar, sino retirado en forma inmediata de allí para evitar peligros mayores.

Otros 12 submarinos británicos similares fueron inmovilizados en puertos de Gran Bretaña, por orden del gobierno de ese país, para que fueran reacondicionados, con la intención de evitar otras averías.

Por otra parte, el martes se hundió en el Canal de la Mancha, que separa a Francia de Gran Bretaña y comunica el Mar del Norte con el Océano Atlántico, el carguero italiano de productos químicos Ievoli Sun, el cual había sufrido desperfectos y era arrastrado semihundido por un remolcador.

Informaciones procedentes de la zona indicaron este jueves que se advertían manchas irisadas de unos 800 metros de largo en la superficie del mar, sobre el lugar en el cual se hundió la embarcación.

El carguero contiene 4.000 toneladas de estireno, un material tóxico e insoluble en agua, así como 1.000 toneladas de propanol y otras 1.000 de metil-etil-acetona. Las dos últimas sustancias son menos tóxicas que el estireno pero solubles en agua, y por lo tanto más peligrosas como contaminantes.

En los últimos tiempos, «un barco-basura circula cada cuarto de hora por la zona (del Canal de la Mancha) y nuestros gobernantes no hacen nada», afirmó Philippe de Villiers, un diputado opositor francés y presidente del Consejo General del municipio de La Vendée.

El propio presidente de Francia, Jacques Chirac, expresó su preocupación por el asunto, afirmó que la Unión Europea (UE) debe acelerar la adopción de normas de seguridad para los transportes marítimos, y a tal efecto pidió al Parlamento Europeo que disponga el tratamiento de urgencia de esa cuestión.

Romano Prodi, presidente de la Comisión Europea, el órgano ejecutivo de la UE, responsabilizó a los Estados miembros de ese bloque de demorar sus propuestas en la materia.

Prodi subrayó que no está dispuesto a rebajar las exigencias de seguridad, pese a que algunos países de la UE arguyen que no disponen de recursos humanos y económicos para asegurar el cumplimiento de normas más estrictas.

Las organizaciones ambientalistas Greenpeace y Los Verdes destacaron que el naufragio del Ievoli Sun se produjo al borde de la fosa marítima de Casquets, a la cual calificaron de depósito de basura.

A esa fosa «han ido a parar residuos radiactivos, restos químicos e incluso municiones de la Segunda Guerra Mundial», señaló Didier Anugers, dirigente de Los Verdes en la zona francesa afectada.

Las opiniones de los ambientalistas sobre la cuestión del submarino británico están divididas.

Los activistas de la zona cercana a Gibraltar reclaman que el submarino sea retirado de allí y reparado en un puerto seguro, pero Xavier Pastor, director ejecutivo de Greenpeace en España, no está seguro de que eso sea lo mejor.

Pastor sostuvo que «el traslado sólo sería una buena solución si expertos independientes determinan que entraña menos riesgos para la población y el ambiente que la reparación en Gibraltar».

Los alcaldes y los concejales de todos los partidos de los seis municipios españoles de la zona del Peñón coincidieron en reclamar «Submarino nuclear, fuera del Campo de Gibraltar», y se trasladaron a Madrid para colocar un cartel con ese lema frente al Palacio de la Moncloa, sede del gobierno nacional.

Pero no existe unanimidad política sobre el asunto más allá de la zona afectada, y tampoco dentro del gobierno.

La primera reacción del canciller Josep Piqué fue reclamar explicaciones a Londres, pero el ministro declaró luego que comprendía al gobierno británico, con el cual España comparte la alianza defensiva de la Organización del Tratado del Atlántico Norte.

Los jefes de gobierno Tony Blair, de Gran Bretaña, y José María Aznar, de España, coincidieron en restar importancia al asunto y en afirmar que todo se resolverá con normalidad.

El opositor Partido Socialista Obrero Español exige que el gobierno aclare ante el Parlamento sus contradicciones.

El presidente socialista del gobierno de Andalucía, región en la cual está enclavada la colonia de Gibraltar, subrayó que lo más preocupante es el desconcierto que muestran los gobiernos español y británico ante el problema.

El alcalde de Algeciras, municipio que limita con Gibraltar, presentó ante los tribunales del Peñón una denuncia contra el Ministerio de Defensa británico y la exigencia de que el submarino sea retirado de la bahía de Algeciras. (FIN/td/mp/en ip/00)

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