COLOMBIA: El conflicto ya no tiene fronteras

La crisis humanitaria en el departamento de Putumayo, en el suroeste de Colombia, atravesó la frontera con Ecuador al recrudecer los combates entre el ejército, la guerrilla izquierdista y paramilitares de derecha.

Los tres bandos en pugna procuran aumentar el territorio bajo su control ante la inminente puesta en marcha del Plan Colombia del presidente Andrés Pastrana.

Esa situación genera tensiones en la frontera con Brasil, Ecuador y Perú, al sur, y con Panamá al norte, donde los últimos combates entre las rebeldes Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y las fuerzas del gobierno en los departamentos de Antioquia y Chocó dejaron más de 50 militares muertos.

Mientras, en el sur, a los combates entre las rebeldes FARC y la organización paramilitar Autodefensas Unidas de Colombia (AUC), que cumplieron el jueves la cuarta semana, se sumó la intervención del ejército que busca recuperar el control del Bajo Putumayo.

Cerca de 50 guerrilleros que huyeron del acoso militar llegaron hasta Teteyé, en la frontera con Ecuador, y se internaron en ese país, según un militar no identificado citado por el diario El Espectador.

Los guerrilleros aprovechan la circunstancia de que no pueden ser perseguidos por el ejército más allá de la frontera «porque una bala disparada de nuestros helicópteros en tierra ecuatoriana podría desatar un problema de grandes dimensiones», según el militar.

Unos 1.200 efectivos del ejército lanzaron el jueves la primera etapa de una ofensiva para la recuperación del Bajo Putumayo al desalojar a las FARC de la localidad de Puerto Vega.

Según el alcalde de Puerto Asís, Manuel Alzate, al menos 1.500 personas se han desplazado en estas cuatro semanas a Ecuador para escapar de los choques entre los grupos armados y el ejército. Localidades como Puerto Vega, La Hormiga y La Dorada se convirtieron en pueblos fantasma.

La Red de Solidaridad, un programa estatal de asistencia, indicó este viernes que el número de desplazados forzados llega en todo el departamento unos 4.300, evacuadas por aviones militares o que han salido por sus propios medios evadiendo los puestos de control de guerrilleros o paramilitares.

La televisión mostró esta semana imágenes de pobladores de Puerto Asís haciendo fila en el aeropuerto local para tratar de que los trasladen a otras localidades o para recibir alimentos, ya que ni las FARC ni los paramilitares permiten el ingreso de víveres por vía terrestre en las zonas que dominan.

Las FARC y los paramilitares de las AUC libran en el Bajo Putumayo una lucha encarnizada para fortalecer su presencia ante la inminente entrada en vigencia del Plan Colombia, un programa del presidente Pastrana para erradicar el narcotráfico y pacificar el país con ayuda internacional.

El Plan Colombia, criticado por organizaciones no gubernamentales por su componente militar, 70 por ciento del cual es financiado por Estados Unidos, tiene como epicentro de la lucha antidrogas el departamento de Putumayo, que representa el mayor sembradío del mundo, según el gobierno de Bill Clinton.

Para los organismos de seguridad, el principal objetivo de los grupos armados es el control de esta zona, que abastece con cerca de 520 toneladas de cocaína introducidas cada año al mercado mundial.

Jaime Zuluaga, del Instituto de Estudios Políticos y Relaciones Internacionales de la Universidad Nacional, dijo a IPS que lo que esta sucediendo en el Putumayo «es una muestra de lo que se espera en los próximos meses».

«Una vez que se inicie el programa de erradicación de cultivos del Plan Colombia, se incrementarán los combates no sólo entre las AUC y las FARC, sino con el ejército», agregó Zuluaga.

El recrudecimiento de la guerra civil originará un éxodo de campesinos hacia «diferentes regiones del país y en particular hacia la frontera con Ecuador y Perú», países que ya han aumentado la vigilancia militar para evitar el ingreso de desplazados a su territorio, sostuvo el experto.

La investigadora independiente Ligia Galvis dijo a IPS que en Putumayo «se está viviendo una situación bastante anunciada en función de todos los antecedentes que presenta la región».

Los acontecimientos en Putumayo constituyen «un fenómeno propio de la guerra», según el cual «los diferentes actores se aseguran posiciones estratégicas» antes de la implementación del Plan Colombia», agregó Galvis.

«Los civiles son los que resultan sacrificados», dijo la experta.

El departamento de Putumayo, con 280.000 habitantes y 24.000 kilómetros de superficie, es una de las regiones más vulnerables a la violencia que responde a la guerra civil y al narcotráfico.

Según Galvis, en 1996 la región estaba prácticamente dominada por las FARC y había «escasísima presencia de fuerzas institucionales», lo que abrió paso «a un tercer factor, el de los paramilitares que se han apoderado de los centros urbanos de Puerto Asís, La Hormiga, San Miguel y Bajo Putumayo» .

Según la no gubernamental Consultoría para los derechos Humanos y el Desplazamiento, el Plan Colombia ocasionará en Putumayo y el sudeste colombiano el desplazamiento de unas 150.000 personas que se sumarán a 1,9 millones que ya desplazó la guerra civil desde 1985.

Se prevé que esa situación agrave la crisis humanitaria en las fronteras. Eso genera preocupación en Brasil, Ecuador, Panamá y Perú.

Brasilia y Lima han intensificado la vigilancia militar en la frontera con Colombia. Mientras, la presidenta de Panamá, Mireya Moscoso, se entrevistará esta sábado con Pastrana en Cartagena para analizar el asunto.

Moscoso afirma que el Plan Colombia es un asunto entre Colombia y Estados Unidos», pero el programa preocupa a Panamá. «Estamos en la frontera y todos los días tenemos desplazados» desde Colombia ingresando a su país, afirmó. (FIN/IPS/yf/mj/ip pr/00

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