Estados Unidos calificó hoy de «buen comienzo» para fortalecer la democracia en Perú el llamado a elecciones generales y la desactivación del Servicio de Inteligencia Nacional (SIN) por el presidente Alberto Fujimori.
«Esto representa un buen comienzo en ese sentido, y seguiremos de cerca los pasos siguientes» del gobierno peruano, declaró un portavoz del Departamento de Estado (cancillería) estadounidense.
Así mismo, la dependencia oficial instó a todos los actores políticos peruanos a retornar lo antes posible al diálogo con la supervisión de la Organización de Estados Americanos (OEA).
Washington le había exigido a Fujimori que destituyera al director del SIN Vladimiro Montesinos, pero fuentes del gobierno aseguran que el llamado del sábado a elecciones anticipadas sin la participación de Fujimori sorprendió al gobierno de Bill Clinton.
«Creo que nadie, ni siquiera en Perú, se lo esperaba», dijo un funcionario. Washington tampoco está seguro sobre los hechos que provocaron la decisión de Fujimori, agregó.
Sin embargo, parecería que la presión de Estados Unidos para destituir a Montesinos -un abogado que otrora habría trabajado para la Agencia Central de Inteligencia (CIA) y, según el propio Fujimori, seguiría en contacto con ella- desató una reacción en cadena que acabó con el presidente excluyéndose del poder.
Una teoría manejada por los expertos en Washington es que Montesinos amenazaba con divulgar información perjudicial para Fujimori y sus colaboradores, obtenida de los miles de expedientes que reuniera el SIN sobre la elite peruana.
Otra es que Fujimori temía un golpe de Estado de los altos mandos militares cuyos integrantes fueron elegidos personalmente por Montesinos en el correr de los años.
«Quizá Fujimori decidió superar la tormenta por su cuenta», dijo Cynthia McClintock, de la Universidad de Georgetown.
Fujimori no logró reavivar la economía ni atraer la inversión extranjera, en el contexto del aislamiento internacional que sufrió tras la condena general de las elecciones presidenciales que ganara en mayo, consideradas fraudulentas, agregó.
Montesinos, un asesor presidencial que muchos creen tenía más poder que Fujimori, representaba una carga cada vez mayor para el gobierno.
El jefe del SIN participó en un negocio de tráfico de armas con guerrilleros colombianos y un video lo descubrió sobornando al legislador opositor Alberto Kouri para que se pasara al oficialismo, entre otros escándalos que irritaron a la opinión pública y a la misión de la OEA que trabaja desde las elecciones de mayo para promover la democracia peruana.
Luego de que el video se divulgara el sábado, la misión de la OEA exigió a Fujimori que suspendiera a Montesinos en consideración de la «suma gravedad» del caso de soborno.
La declaración sucedió a una reunión entre el secretario general de la OEA César Gaviria y el embajador canadiense Peter Boehm con Alejandro Toledo, el candidato presidencial opositor que se retiró de la primera ronda de las elecciones presidenciales de mayo.
El comunicado de la OEA tuvo el respaldo del Departamento de Estado. Este consideró el soborno «un asunto de suma gravedad» y exigió «pasos claros y drásticos para restaurar la confianza del público en los servicios de inteligencia mientras avanza la investigación» respectiva.
Pero Washington exigió la destitución de Montesinos antes de que el video se hiciera público. La semana pasada, la secretaria de Estado Madeleine Albright le solicitó personalmente a Fujimori que destituyera al jefe del SIN cuando se reunió con él en la Organización de las Naciones Unidas.
Para el gobierno de Estados Unidos, «el quid de la cuestión fue el escándalo del tráfico de armas», dijo Colletta Youngers, de la organización de derechos humanos Oficina en Washington para Asuntos Latinoamericanos (WOLA).
La evidencia de que Montesinos ha suministrado armas a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) en los últimos años, posiblemente a cambio de drogas, es cada vez mayor, aseguró.
El SIN habría arreglado la venta de 10.000 armas del gobierno jordano a las FARC, según esa evidencia.
«Hasta la CIA estaría harta de Montesinos», dijo McClintock.
Existen pruebas de que Montesinos trafica con armas y drogas desde hace años, aseguró Youngers. El ex jefe del SIN defendió como abogado a narcotraficantes en los años 80 y fue acusado por uno de ellos de recibir 50.000 dólares mensuales por concederle derechos de aterrizaje en una pista aérea fuera de una base militar en la selva.
«Los servicios de inteligencia de Estados Unidos debían saber que esto ocurría», según Youngers.
El poderoso presidente de la Comisión de Relaciones Exteriores del Senado, Jesse Helms, tiene interés en investigar el caso de tráfico de armas.
Washington «tenía miedo de lo que pudiera salir a relucir, y presionar a Fujimori quizá haya sido un intento de cortar el problema de raíz», opinó Youngers. Helms y otros legisladores tenían previsto reunirse con Toledo en la capital estadounidense cuando Fujimori hizo su sorpresivo anuncio, agregó.
La mayoría de los analistas de Estados Unidos creen que Fujimori cumplirá su promesa y celebrará las elecciones sin participar en ellas. Pero existe preocupación por cuándo se harán, cuáles instituciones las supervisarán y el papel que le tocará a la OEA.
La organización de derechos humanos Human Rights Watch propuso este lunes que Fujimori ceda el lugar inmediatamente a «un presidente interino que tenga la confianza de todos los sectores políticos». (FIN/IPS/tra-en/jl/aq/ip/00