Organizaciones no gubernamentales (ONG) de México conformarán un consejo para vigilar que las acciones del próximo presidente Vicente Fox se ajusten a la máxima: «la sociedad manda y los gobernantes obedecen».
Enfrentadas en más de una ocasión al gobierno de Ernesto Zedillo por hacer críticas y presentar denuncias, las ONG buscan que el nuevo mandatario las escuche, dialogue con ellas y las acepte como representantes de la sociedad.
El Consejo Mexicano de Organizaciones Sociales, que estará integrado por los grupos civiles más poderosas e influyentes del país, será creado ante un notario público a más tardar en octubre.
El consejo será conformado por Alianza Cívica, Prodemocracia, Movimiento Ciudadano por la Democracia, Grupo Feminista Milenio, Convergencia de Organizaciones Civiles por la Democracia y Academia Mexicana de Derechos Humanos.
También formarán parte Diálogo México, Barra Mexicana de Abogados, Vértebra, Centro Mexicano para la Filantropía y una sección del Club de Rotarios.
Su objetivo central es convertirse en un medio para que la población sea escuchada e influya en las acciones del gobierno de Fox, que asumirá el 1 de diciembre, indicaron portavoces de Alianza Cívica, una de las 12 organizaciones involucradas en el proyecto.
Las ONG que funcionan en México, la mayoría de las cuales reciben financiamiento externo, jugaron un papel importante en la vigilancia de los últimos procesos electorales y en la promoción de la democracia, la tolerancia y el respecto de los derechos humanos.
También investigaron y condenaron al gobierno de Zedillo por matanzas de opositores, la supuesta guerra de baja intensidad contra el rebelde Ejército Zapatista de Liberación Nacional, la militarización de zonas del país, amenazas contra periodistas, la presunta explotación de trabajadores e impunidad de delincuentes.
El presidente electo, el primero que proviene de las filas de la oposición en 71 años, señaló en varias ocasiones que respetará y apoyará el trabajo de las ONG, con algunas de las cuales se reunió ya varias veces luego de su triunfo electoral en julio.
Cercado por denuncias de violaciones de los derechos humanos y por su presunta falta de autoridad y transparencia, el presidente saliente acusó a los grupos de la sociedad civil de «inventar una causa supuestamente de carácter humanitario, para desde esa causa no decir, sino hacer y promover su causa política».
Las ONG, con presencia en México desde el siglo pasado y que trabajan en todos los ámbitos sociales en múltiples actividades, registran un crecimiento exponencial desde la década de 1980.
La presencia de las organizaciones no gubernamentales fue proporcional a la apertura del sistema político, controlado por décadas por el Partido Revolucionario Institucional (PRI), antes monolítico e imbatible, pero ahora derrotado, explicó Sergio Aguayo, fundador del grupo Alianza Cívica.
Esa organización, vinculada a partidos opositores, es una de las de mayor importancia en el país y sólo entre 1994 y 1997 recibió financiamientos de Europa y Estados Unidos por más de 600.000 dólares, según reconocen sus dirigentes.
Alianza Cívica ha dirigido sus principales baterías a la observación electoral y a la promoción de la democracia, pero también ha organizado diversas consulta a la ciudadanía, entre ellas una promovida por la guerrilla zapatista.
El actual gobierno del PRI acusó a varias ONG de ser fuerzas opositoras camufladas.
En México existen alrededor de 1.500 de estos grupos, pero algunos expertos independientes elevan esa cifra hasta 10.000. Nadie sabe con certeza las cantidades de dinero que manejan, aunque algunas investigaciones hablan de varios millones de dólares al año.
Muchas ONG fueron observadoras y promotoras del voto en las últimas elecciones de julio, pero ahora ese papel debe cambiar, expresó Pedro Pinzón, uno de los promotores de la conformación del Consejo Mexicano de Organizaciones Sociales.
«Ahora debemos vigilar que el próximo gobierno de Fox, por el que votó la mayoría, cumpla con sus funciones con apego a la ley y el respeto a lo ofrecido a la población», declaró.
Pinzón agregó que la sociedad civil debe retomar su lugar en la vida nacional, pues ya pasaron los tiempos en que la palabra pertenecía sólo al gobierno.
El nuevo presidente deberá gobernar pensando que la sociedad es la que manda, precisó. (FIN/IPS/dc/dm/ip/00