CHILE: Violento epílogo del 27 aniversario del golpe de Pinochet

La conmemoración en Chile del 27 aniversario del golpe de Estado que encabezó el general Augusto Pinochet tuvo un violento epílogo en la madrugada de hoy en barrios periféricos de esta capital, donde hubo nueve heridos y 201 detenidos.

Barricadas, cortes parciales de energía eléctrica mediante sabotajes y saqueos de locales comerciales dieron la pauta del cierre de esta jornada del «once», como le llaman aquí, marcada también por la ya habitual polarización entre los seguidores del derrocado presidente Salvador Allende y del ex dictador Augusto Pinochet.

La conmemoración de este nuevo aniversario del golpe de Estado del 11 de septiembre de 1973 tuvo lugar un mes después de la histórica resolución del 8 de agosto de la Corte Suprema de Justicia, que por 14 votos a seis despojó a Pinochet de su inmunidad legislativa como senador vitalicio.

El ex dictador de 84 años, que puede ser procesado ahora por violaciones de los derechos humanos, adujo problemas de salud para no asistir a una misa en la Escuela Militar, de homenaje a los militares muertos durante el golpe militar.

El presidente Ricardo Lagos dijo que los incidentes registrados durante la noche del lunes y la madrugada de este martes fueron «lamentables y representativos de etapas ya superadas» en Chile.

El viceministro del Interior, Jorge Burgos, y el general Francisco Smith, de la policía de Carabineros, destacaron que pese a la magnitud de los desórdenes en 11 comunas (municipios) de la capital no se produjeron muertes, como en otros aniversarios del golpe de 1973.

La jornada transcurrió con una relativa tranquilidad, alterada sólo por manifestaciones de estudiantes universitarios, hasta que en horas de la noche comenzaron las movilizaciones en las barriadas periféricas.

Hubo enfrentamientos entre civiles y policías en torno a barricadas levantadas en calles periféricas de Santiago, con un resultado de siete carabineros lesionados, incluyendo a uno que recibió un impacto de bala en una mano.

Burgos informó que además se registraron dos civiles lesionados en los incidentes y aclaró que una tercera persona, alcanzada por una bala en un ojo, sufrió la herida en un enfrentamiento delictivo, al margen de las manifestaciones.

En cinco comunas fueron objeto de sabotaje líneas de transmisión de electricidad, lo cual provocó apagones parciales que fueron aprovechados por delincuentes para saquear locales comerciales, señaló el general Smith.

En la comuna de Peñalolén, al sudeste de Santiago, una veintena de personas atacó un local de expendio de gasolina y robó las mercancías del supermercado anexo, además de destruir las estanterías del local.

Otro incidente grave tuvo lugar en el conjunto habitacional denominado Villa Francia, en el sector oeste de la capital chilena, donde supuestos militantes de extrema izquierda detuvieron un autobús, obligaron a descender a todos los pasajes y luego incendiaron el vehículo.

Los actos vandálicos opacaron el cierre de la jornada conmemorativa del golpe de Estado de 1973, luego de una masiva y pacífica «velatón» (concentración con velas) en el Estadio Nacional.

Unas 700 personas se dieron cita en el frente del estadio, que sirvió de campo de prisioneros políticos después del golpe, y encendieron miles de velas en recuerdo de los fusilados por los militares.

También hubo manifestaciones similares frente a la casa central de la Universidad Católica, en la facultad de Derecho de la Universidad de Chile y en el Parque por la Paz, levantado en el antiguo predio de Villa Grimaldi, un centro de detención y torturas de la dictadura de Pinochet.

Los activistas de derechos humanos insistieron en que la reconciliación se alcanzará en Chile en la medida de que se establezca la verdad y se haga justicia en los casi 3.000 crímenes represivos atribuidos a la dictadura.

El enjuiciamiento del ex dictador Pinochet fue también una demanda central en este aniversario del golpe, cuando resta menos de un mes para que éste comparezca por primera vez ante el juez Juan Guzmán, el 9 de octubre.

«Hace mucho tiempo que los chilenos queremos oír por una vez que Pinochet pida perdón, que ojalá derramara una lágrima, porque todos los demás hemos llorado tanto», dijo Hortensia Bussi, la viuda de Allende.

Bussi formuló declaraciones al término del acto religioso realizado en el palacio presidencial de la Moneda, en memoria del mandatario que se quitó la vida durante el golpe y de las demás personas fallecidas el 11 de septiembre de 1973.

En una virtual respuesta a la viuda de Allende, el general retirado Guillermo Garín, ex vicecomandante del Ejército, sostuvo que para los militares «no es digno» pedir perdón por las violaciones de los derechos humanos.

«No tiene sentido hacer ese tipo de gestos. No creo que (pedir perdón) tenga mayor incidencia en la vida del país ni que contribuya a nada, especialmente cuando se trata aquí de ver, en alguna medida, humilladas a algunas autoridades que tienen que mantener su dignidad», dijo Garín.

Según el ex vicecomandante, a los militares de Argentina «no les sirvió de mucho» la autocrítica por la llamada guerra sucia en ese país, ya que los mandos castrenses perdieron autoridad ante sus subordinados «que es lo más importante para poder mantener la institucionalidad que corresponde».

Garín es uno de los principales ejecutivos de la estrategia de apoyo a Pinochet entre los altos oficiales retirados de las Fuerzas Armadas, quienes sostienen que el ex dictador es objeto de un juicio político. (FIN/IPS/ggr/dm/ip hd/00

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