RUSIA-JAPON: Putin visitará Tokio en busca de inversiones

El presidente de Rusia, Vladimir Putin, procurará afianzar los vínculos económicos con Japón durante su visita a Tokio, del domingo al martes próximos, pero la falta de acuerdo sobre las disputadas islas Kuril será un obstáculo, advirtieron analistas.

Las conversaciones serán "un paso importante en las relaciones bilaterales", destacó el canciller ruso Igor Ivanov, y anunció la firma de varios acuerdos, pero sin ofrecer detalles.

Un equipo económico encabezado por el viceprimer ministro Viktor Jristenko viajó este jueves a Tokio para terminar de elaborar la agenda económica de la visita de Putin, que procurará fundamentalmente obtener inversiones japonesas en el extremo oriental de Rusia.

En cuanto a la disputa territorial de las cuatro islas Kuril, conocidas en Japón como las Islas del Norte, es improbable que el encuentro produzca algún acuerdo, pronosticaron observadores.

"No podemos esperar resultados significativos de la visita de Putin porque Rusia no está dispuesta a hacer concesiones", dijo a IPS Valery Zaitsev, director del Centro de Estudios del Pacífico de la Academia Rusa de Ciencias.

La antigua Unión Soviética ocupó las islas en los últimos días de la segunda guerra mundial, pero Moscú y Tokio no firmaron un tratado de paz al final del conflicto.

"Los japoneses no deben olvidar que las cuatro islas forman parte de Rusia de acuerdo con la Constitución, y que cualquier acuerdo exigiría una reforma constitucional", advirtió Vladimir Lukin, vicepresidente de la Duma, o cámara baja del parlamento ruso.

El desastre del submarino nuclear Kursk y el incendio de la principal torre de comunicaciones de Rusia, este mes, son precedentes desagradables para la visita de Putin a Japón y debilitan la capacidad negociadora de Moscú, además de asestar un duro golpe al orgullo nacional de la ex superpotencia.

"Aun la medida más insignificante hacia un acuerdo sobre las islas Kuril sería interpretada como una nueva humillación", y ello sería "absolutamente inaceptable para Putin", advirtió Zaitsev.

Antes del desastre del Kursk, que costó la vida a 118 marinos, "las posibilidades de un acuerdo territorial eran escasas, pero ahora son casi inexistentes", agregó.

Tokio se negó durante algunos años a ampliar sus vínculos con Moscú debido a la disputa de las islas, pero en 1997, el entonces primer ministro japonés Ryutaro Hashimoto propuso un plan para mejorar las relaciones bilaterales en base a "la confianza y el beneficio mutuos, con una visión de largo plazo".

Hasta ese entonces, los sucesivos gobiernos japoneses habían advertido que no ampliarían las relaciones económicas con Rusia, incluso la ayuda para el desarrollo y las inversiones a gran escala, sin una solución a la disputa territorial.

Sin embargo, las esperanzas de salvar las diferencias y firmar un tratado de paz antes del fin del siglo no se materializaron, y hoy en día son cada vez menores.

El Kremlin se encuentra atrapado entre la opinión pública, que se niega a cualquier rendición en la disputa territorial, y la necesidad económica de atraer inversiones extranjeras hacia el extremo oriental de Rusia.

El talón de Aquiles de Rusia son los problemas económicos de su extremo oriental, dado que Moscú carece de los recursos necesarios para desarrollar las islas disputadas.

Japón es visto como un actor potencialmente muy importante en el desarrollo de recursos energéticos de Siberia y el extremo oriental.

Por ejemplo, para la explotación de los yacimientos de gas natural y petróleo de las regiones de Irkutsk y Yakutia, se precisan decenas de miles de millones de dólares que Moscú no tiene.

Los analistas opinan que la falta de acuerdo sobre las islas Kuril no puede bloquear la aproximación ruso-japonesa en otras áreas.

Por ejemplo, Japón dejó de llamar a Rusia una "amenaza militar latente", calificativo que usaba durante la guerra fría para justificar su fortalecimiento militar en el marco de una alianza de seguridad con Estados Unidos.

Además, hay otras razones para desarrollar los vínculos bilaterales, observaron analistas.

Se prevé que la agenda de Putin en Tokio incluirá una discusión sobre Corea del Norte, cuyo programa nuclear y de misiles preocupa a Japón, señaló Zaitsev.

Putin visitó Pyongyang en julio, y se convirtió en el primer presidente ruso en hacerlo. Rusia es uno de los pocos países que tiene representación en Corea del Norte, y Putin ya anunció su intención de jugar un papel importante en la dividida península.

El parlamento ruso ratificó en julio un nuevo tratado de amistad con Corea del Norte.

El presidente norcoreano Kim Jong-Il ofreció a Putin abandonar su programa de misiles si Estados Unidos acepta lanzar satélites norcoreanos, pero los medios surcoreanos posteriormente citaron a Kim diciendo que la oferta era solo una broma.

Corea del Norte sorprendió a sus vecinos hace dos años al lanzar su misil Taepodong I, que voló sobre Japón antes de estrellarse en el océano Pacífico.

La amenaza de los misiles norcoreanos es una de las razones por las que Estados Unidos planes crear un sistema nacional antimisiles pese a la fuerte oposición de Rusia, China y otros gobiernos, que temen una nueva carrera armamentista.

Sin duda la cuestión de Corea del Norte será discutida en Tokio, pero Moscú no está en condiciones de cambiar la actitud de Pyongyang y por lo tanto no podrá hacer aportes significativos, vaticinó Zaitsev.

Luego de la visita a Tokio, Putin planea viajar directamente a Nueva York para participar de la Cumbre del Milenio de las Naciones Unidas. (FIN/IPS/tra-en/sb/ral/mlm/ip-if/00

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