La visita a Nigeria esta semana del presidente estadounidense Bill Clinton puede cobrar significado si Washington anuncia que suspenderá su ayuda militar a Abuja, cancelará deuda bilateral nigeriana o lanzará una nueva política contra el sida en Africa, opinaron analistas.
Será la primera visita a Nigeria de un mandatario estadounidense desde la de Jimmy Carter en 1978. En esa ocasión el actual presidente nigeriano, Olosegun Obasanjo, también estaba en el poder.
Las expectativas son altas, en especial tras la restauración de la estabilidad financiera lograda por Obasanjo en sólo un año de gobierno. Sin embargo, la Casa Blanca no ha dado detalles acerca de la naturaleza de la visita, excepto para informar que Clinton pretende una mayor cooperación económica con Nigeria.
Muchos analistas opinaron que la visita sólo tendrá importancia si Washington corrige la creciente militarización en sus relaciones con Nigeria, rompe su silencio ante la brutal represión de ambientalistas en los yacimientos petrolíferos del Delta del Níger y accede a aliviar la deuda de Abuja.
"Si Clinton se propone con seriedad apoyar la democracia, debe cancelar de inmediato la deuda bilateral con Nigeria y presionar en forma pública a Europa para que haga lo mismo", afirmaron las organizaciones no gubernamentales (ONG) Fondo Africano, con sede en Nueva York, y Centro de Información de Política y Finanzas de Africa (APIC), con sede en Washington.
"Hay evidencia de que bancos estadounidenses poseen depósitos de fondos robados por anteriores gobernantes nigerianos, pero investigadores que tratan de lograr la restitución del dinero dijeron que funcionarios de la policía y el Departamento del Tesoro de Estados Unidos se negaron a cooperar", agregaron ambas ONG en un comunicado conjunto.
En el comunicado se pidió que Washington brindara en ese caso el mismo nivel de asistencia que prestó a la investigación sobre el paradero de oro robado por el nazismo en Alemania.
"La Casa Blanca debería restituir los fondos robados y llevar a juicio a los empleados de bancos involucrados en el 'lavado' de ese dinero", se añadió.
Abuja sigue abrumada por una deuda de unos 30.000 millones de dólares, y Estados Unidos es acreedor de casi 1.000 millones. Obasanjo pide el alivio de esa deuda desde que asumió el gobierno, pero no ha tenido éxito.
Nigeria no logró ser calificada como país pobre fuertemente endeudado, para acceder a un programa de alivio de su deuda, y tampoco está en condiciones de refinanciarla, porque aún debe ponerse al día con los pagos tras décadas de dictaduras militares.
"Clinton no debe condicionar el alivio de la deuda nigeriana a exigencias del Fondo Monetario Internacional (FMI)", afirmó Mobolaji Aluko, un profesor de la Universidad Howard en Washington.
"Mencionar las iniciales FMI produce sarampión en los países en desarrollo", acotó.
El FMI otorgó hace poco a Nigeria un crédito "stand-by" (fondos disponibles para un préstamo de emergencia en ciertas circunstancias) de 1.000 millones de dólares, y Abuja se comprometió a cambio a adoptar medidas contra la corrupción, reducir la inflación y realizar ajustes estructurales.
Las condiciones impuestas por el FMI son impopulares entre los pobres de países en desarrollo, ya que suelen incluir la disminución del control de precios, la privatización de servicios sociales como los de salud y educación, y en general el recorte del gasto público.
"No creemos que las reformas económicas exigidas por Washington y por instituciones financieras internacionales puedan resolver los problemas fundamentales de los africanos, hasta que éstos tengan gobiernos democráticos que representen los intereses populares", señaló Salih Booker, del APIC.
Durante décadas, compañías petroleras multinacionales como Shell, Exxon, Mobil y Chevron dieron apoyo económico a dictadores militares en Nigeria, mientras extraían grandes beneficios de yacimientos en el Delta del Níger, que es en la actualidad una de las regiones del mundo más contaminadas por el petróleo.
"La situación en el Delta del Níger aún es una de las crisis más graves que afronta el gobierno de Obasanjo", señaló la Red de Defensa de Africa, una ONG con sede en Washington.
Los residentes en la región fueron víctimas de brutal represión de fuerzas de seguridad cuando pidieron compensaciones por la contaminación ambiental.
Muchos de ellos exigen que cese la explotación del crudo y han dirigido ataques contra instalaciones petroleras y obreros, a los cuales siguieron violentas represalias del gobierno.
Pocas semanas después de que el gobierno nigeriano arrasara la población de Odi, en el Delta del Níger, el secretario estadounidense de Defensa, William Cohen, anunció la reanudación de las relaciones militares entre Washington y Lagos.
Esos antecdentes harán que la visita de Clinton sea observada con gran atención por organizaciones de la sociedad civil que piden que Wasington se desvincule de los militares nigerianos.
Este mes, Estados Unidos anunció que armará y entrenará a 4.500 soldados de cinco batallones nigerianos, que serán desplegados para operaciones de pacificación en Sierra Leona.
Es difícil no asociar las operaciones policiales en el Delta del Níger con la provisión de cañoneras rápidas a Nigeria por parte de Estados Unidos, mientras el país africano necesita escuelas y hospitales para reconstruir sus servicios sociales, comentó Michael Fleshman, del Fondo Africano.
Washington aporta asistencia al desarrollo en Nigeria por valor de 100 millones de dólares anuales, y destina 1.300 millones por año a Colombia, uno de sus principales aliados en América Latina.
Los datos oficiales acerca de la ayuda militar estadounidense a Nigeria indican un monto de 10 millones de dólares por año, pero muchos analistas piensan que la cifra real es mayor.
Algunos observadores sugirieron que los candidatos a la presidencia en las elecciones estadounidenses de este año consideraran la posibilidad de aportar cinco por ciento del superávit anual del presupuesto del país (unos 9.500 millones de dólares este año) a un fondo mundial de emergencia sanitaria.
Gran parte de esa suma debería destinarse a combatir la pandemia de sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida) en Africa, que ha causado la muerte de unos 14 millones de personas, apuntaron.
La cifra es escasa en relación con el esfuerzo santitario requerido, pero mayor que los 325 millones de dólares que Clinton pidió al Congreso para combatir el sida en el mundo.
Hace poco, Estados Unidos propuso prestar a Africa 1.000 millones de dólares por año, con intereses comerciales, para la adquisición de medicamentos contra el sida de origen estadounidense.
La iniciativa implicaba "una extorsión cruel y un claro ejemplo de subsidio gubernamental a corporaciones", apuntó el APIC.
Clinton realizó una gira por Africa en 1998 que incluyó a Botswana, Ghana, Ruanda, Sudáfrica y Uganda, pero evitó visitar Nigeria, entonces bajo gobierno militar. Esta vez, el apoyo al gobierno democrático de Obasanjo es una prioridad para Washington.
Tras su visita a Nigeria, Clinton visitará la ciudad nororiental tanzania de Arusha, donde se han desarrollado conversaciones de paz entre los participantes en el conflicto de Burundi, y luego viajará a Colombia. (FIN/IPS/tra- eng/gm/da/ego/mp/ip/00)