El presidente de Guyana, Bharrat Jagdeo, se propone llevar a la Cumbre de América del Sur, el jueves y el viernes en la capital brasileña, los contenciosos fronterizos con Venezuela y Suriname, que han impedido a este país la explotación de cuantiosos recursos naturales.
La cumbre de Brasilia será la primera oportunidad de Jagdeo, de 36 años, de entrevistarse con el mandatario venezolano Hugo Chávez, quien ha dicho que no cederá ni «a un centímetro» de la histórica reclamación nacional del Esequibo, que ocupa tres quintos del territorio de 216.000 kilómetros cuadrados de Guyana.
Colaboradores de Jagdeo anunciaron que éste intentará discutir con Chávez la cuestión del Esequibo para evitar tensiones bilaterales.
Jagdeo enfrenta presiones de sus vecinos del este y del oeste por problemas de límites desde que hace un año se hizo cargo de la Presidencia, al renunciar Janet Jagan.
Si Suriname y Venezuela logran los territorios que reclaman, la superficie de Guayana se reducirá drásticamente. Las áreas de la discordia contienen importantes reservas de petróleo, según se cree.
Varios contenciosos territoriales persisten en América Latina. Ecuador y Perú resolvieron en octubre de 1998 un conflicto fronterizo que los había llevado a la guerra tres años antes, pero los problemas entre Honduras y Nicaragua por límites marítimos han congelado la integración centroamericana.
La cumbre de Brasilia tendrá seguramente de eje central la integración del subcontinente y se ignora si habrá lugar en la agenda para la discusión de cuestiones fronterizas.
Venezuela revivió hace 40 años su reclamación del Esequibo, un área en que se concentran la mayoría de los proyectos del gobierno de Guyana para atraer inversiones extranjeras.
Según Venezuela, su territorio llegaba por el oriente hasta el río Esquibo, al independizarse de España. El río Esequibo atraviesa Guyana de sur a norte, hasta desembocar en el océano Atlántico.
Pero Gran Bretaña, potencia colonial de Guyana, avanzó hacia el oeste durante el siglo XIX, hasta que en 1899, un tribunal de cinco jueces —ninguno venezolano— reunido en París fijó la actual frontera, se señala en Caracas.
El ministro de Relaciones Exteriores de Guyana, Clement Rohee, viajó la semana pasada a Caracas para entrevistarse con el canciller venezolano José Vincente Rangel, como conversación previa a la cumbre de América del Sur.
Mientras, Jagdeo se preparaba este lunes para reunirse con Ronald Venetiaan, el nuevo mandatario de Suriname. Venetiaan, de 64 años, fue investido presidente a principios de este mes, luego de su triunfo en las elecciones del 25 de mayo.
No hay tratado formal de límites entre Guyana y Suriname y los dos países estuvieron en junio al borde de la guerra por el conflicto acerca de la localización en el océano de una concesión del gobierno guyanés a la firma canadiense CGX para perforación petrolera.
Suriname entendió que la concesión se hallaba en sus aguas y el 3 de junio envió buques de guerra para impedir la instalación de la plataforma petrolera. Los militares guyaneses presionaron al gobierno de Jagdeo en procura de responder a Suriname, pero el presidente optó por la vía diplomática.
Cinco rondas de negociaciones realizadas en cinco países han fracasado desde entonces y CGX, una pequeña empresa de la ciudad de Toronto, debió abandonar la zona, llevándose las esperanzas de Guyana de hallar petróleo.
Partidos de oposición, académicos y medios de prensa critican al gobierno por mantener mal equipado al ejército y por despedir a algunos de los diplomáticos más experimentados con que contaba el país. Pero las autoridades rechazan esas acusaciones.
El principal partido de oposición, el Congreso Nacional del Pueblo (PNC), advirtió que hará del contencioso con Suriname uno de los ejes de su campaña para las elecciones de enero.
Mientras, la empresa CGX destacó que, según sus cálculos, el área que se disputan Guyana y Suriname podría contener 875 millones de barriles de petróleo, y dijo que regresará una vez resuelto el contencioso de límites.
Guyana mantiene también otra disputa con Suriname, por la zona conocida como el Triángulo del río Nuevo, en el sudeste. Tropas guyanesas desalojaron en 1969 a los soldados y civiles surinameses que ocupaban esa zona.
«Tenemos que garantizar la integridad (territorial) de este país, cueste lo que cueste. Este es el mensaje que debemos transmitir», afirmó Jagdeo la semana última en una guarnición militar de las afueras de Georgetown.
Por su parte, el canciller Rohee dijo antes de viajar a Caracas que advertiría al gobierno de Chávez que Guyana no estaba dispuesta a considerar ninguna propuesta de explotación conjunta de recursos con Venezuela en el Esequibo.
«La explotación conjunta con Venezuela de recursos en el mar o en tierra firme no está en consideración», aseguró Rohee a la prensa guyanesa.
Venezuela amenaza con otorgar licencias para la búsqueda de petróleo en el vasto territorio que reclama como propio.
Así mismo, Chávez ha dicho que se opondrá a la construcción de la base de lanzamiento de satélites que la empresa estadounidense Beal Aerospace Technologies ha previsto en el noroeste de Guyana.
Las objeciones de Venezuela determinaron a Exxon y a otros compañías petroleras a prescindir de planes en el Esequibo.
También una empresa estatal de China ha postergado hasta que el panorama político de la región se aclare su plan de explotación maderera en Guyana. (FIN/IPS/tra-en/bw/cr/ff/ip/00