La escasez de gasolina agravó la situación de la economía de Zimbabwe, caracterizada por la baja demanda, las altas tasas de interés, la elevada inflación y la falta de divisas.
La Confederación de Industrias de Zimbabwe (CZI), una asociación que representa a la industria y el comercio en el país, declaró este martes que la falta de gasolina complica la adquisición de insumos y la distribución de productos.
Una encuesta de CZI reveló que 38 por ciento de los empresarios encuestados confirmaron que la escasez redujo la producción de sus compañías.
Las exportaciones descendieron 40 por ciento desde 1996 y las importaciones bajaron 50 por ciento desde 1997, según una investigación del banco Standard Chartered.
La gasolina diesel, fundamental para la industria y el comercio, escasea desde hace 10 meses, causando largas filas de conductores en busca del preciado líquido.
La mayoría de las estaciones de servicio de Harare carecen de diesel, y las pocas que aún lo tienen están rodeadas de largas filas de automóviles.
Los economistas atribuyen la escasez de gasolina a la falta de divisas para importarla, pero algunas de las razones dadas por el gobierno rayan en lo ridículo.
El presidente Robert Mugabe acusó en el pasado a los bancos internacionales y a la minoría blanca del país de causar la escasez artificial de las divisas y acusó a los automovilistas de acopiar la gasolina.
El gobierno también asombró al país al acusar a Gran Bretaña de comprar a un precio más elevado la gasolina destinada a Zimbabwe sólo para perjudicar al país.
Muchos dudan de la capacidad del gobierno para obtener el apoyo financiero de la comunidad internacional.
"En promedio, la industria funciona a la mitad de su capacidad. Al único sector que le va relativamente bien es al de los alimentos, cuya producción es alta", dijo Bernard Mufute, economista del CZI.
El banco Standard Chartered señala que el producto interno bruto se contraerá hasta 10 por ciento este año.
La producción industrial descendió 4,2 por ciento en el primer trimestre del año y actualmente es inferior a la de 1980. Los economistas calculan que se reducirá más de siete por ciento en todo el año.
La producción minera también se redujo. La Cámara de Minas pronostica que la producción de oro se contraerá entre 10 y 15 por ciento este año y la producción en general aproximadamente 10 por ciento.
La producción agrícola descenderá 15 por ciento el próximo año. La mayoría de los subsectores industriales debieron reducir su personal debido a la situación económica.
La Confederación de Empleadores de Zimbabwe señala que 50.000 empleos, o 3,5 por ciento del empleo en el sector formal, se perdieron en el primer semestre del año. La entidad calcula que la cifra se duplicará a fin de año.
El ministro de Finanzas Simba Makoni anunció el mes pasado medidas para estimular la economía, como la devaluación de 24 por ciento de la moneda, y para impulsar las exportaciones.
Aunque los economistas concuerdan en que estas iniciativas son positivas, sólo podrán tener éxito si existe la voluntad política para aplicarlas.
"Se debe restaurar la confianza en la economía mediante la implementación consistente de medidas creíbles de estabilización macroeconómica. Es la única manera en que podemos conseguir el apoyo de los donantes e inversores internacionales", dijo Mufute.
Los donantes internacionales suspendieron la ayuda financiera al país debido a la falta de seguridad jurídica que provocó la muerte de 32 opositores durante la campaña electoral de los comicios parlamentarios en junio y las invasiones de granjas propiedad de blancos por parte de veteranos negros de la guerra de independencia.
El gobierno se opone a la iniciativa de Estados Unidos de aprobar la "Ley por la Democracia en Zimbabwe" que prohibiría la ayuda financiera directa al país y se opondría a la misma en los organismos financieros multilaterales que integra Washington.
Las compañías que dependen exclusivamente del diesel para realizar su labor comenzaron a despedir trabajadores hasta que mejore la situación.
El sector más golpeado de la economía es el de equipos de transporte, afectado adversamente por la depreciación del dólar de Zimbabwe que encareció en forma prohibitiva a los automóviles.
La agricultura, el sector más importante de la economía, también pagó por la ineficacia del sector de energía.
"La crisis de la tierra tendrá sus consecuencias en el rendimiento de este subsector en la próxima zafra agrícola", dijo Mufute.
Los veteranos de guerra ocupan desde febrero unas 1.500 granjas propiedad de blancos. En algunas de ellas la producción se contrajo porque sus propietarios huyeron de la violencia de los invasores. (FIN/IPS/tra-en/lm/sm/aq/if-ip/00