El Senado de Estados Unidos se convirtió en aliado de quienes desean ayudar a los niños del Sur en desarrollo que quedaron huérfanos a raíz del sida (síndrome de inmunodeficiencia adquirida).
La semana pasada, el órgano legislativo aprobó un proyecto de ley que autoriza el gasto de 600 millones de dólares en los próximos dos años para la prevención del sida.
El Departamento del Tesoro creará un fondo fiduciario con el Banco Mundial para facilitar programas que ayuden a impedir la propagación del sida y a tratar a los huérfanos, explicó el coautor de la iniciativa, el senador Jesse Helms.
"Los niños son los más afectados" por esta enfermedad, dijo Helms a los medios de comunicación de Estados Unidos poco después de la aprobación de la iniciativa.
Diversos estudios revelaron que los huérfanos por sida corren mayores riesgos de padecer desnutrición y desarrollo incompleto, según Onusida, la agencia de la Organización de las Naciones Unidas dedicada a combatir la enfermedad.
Así mismo, este tipo de niños también son víctimas del estigma asociado con la enfermedad mortal, por lo cual con frecuencia se les niega el acceso a la escuela, agrega Onusida.
En algunos países incluso se les niega la atención médica básica ya que se supone que "sus enfermedades son intratables".
Estos niños deben ser protegidos de la explotación sexual porque también es más probable que sufran abusos y que se los obligue a participar en "situaciones de explotación" como la prostitución, "como medio de supervivencia", señaló el Centro Nacional de Recursos Pediátricos y Familiares contra el VIH, de Estados Unidos.
Se deben aplicar programas que los ayuden a tomar "decisiones sólidas sobre las relaciones sexuales", consejos sobre cómo "resistir a la presión de tener sexo o tomar drogas", información sobre "servicios de salud" y ayuda concerniente a "derechos humanos, incluso derechos jurídicos como la herencia", sostiene.
Onusida propone que se realicen iniciativas basadas en la comunidad en países con huérfanos por el sida.
"Los expertos argumentan que los orfanatos son más caros que los enfoques basados en la comunidad y que pueden ser culturalmente inadecuados si marginan a los niños de sus orígenes sociales", indicó Dominique De Santis, portavoz de Onusida.
Esta opinión es confirmada por el éxito de programas aplicados en varios países africanos, como Malawi, Uganda y Zimbabwe.
"Los niños huérfanos por el sida necesitan un ambiente familiar en su propia cultura para vivir y crecer", observó Bruce Harris, director ejecutivo de Casa Alianza, el equivalente en América Latina de la estadounidense Covenant House.
Según su experiencia, el mejor ambiente para este tipo de niños es el hogar de un familiar o de una familia adoptiva en la comunidad del niño o niña.
En América Central, el niño huérfano es "absorbido de manera tradicional por la familia restante", explicó.
Pero el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) cree que estas iniciativas deben tener una base más amplia, con el apoyo del gobierno, la comunidad internacional, el sector privado y organizaciones de la sociedad civil, ya que la enfermedad ejerce "gran presión" sobre el sistema tradicional de apoyo.
Eso es verdad, según Carol Bellamy, directora de Unicef, si uno se fija en la presión que sufren los abuelos. "Los abuelos, que en muchos casos cuidan de sus nietos huérfanos, tienen recursos limitados. No lo pueden mantener para siempre", agregó.
En la 13 Conferencia Internacional sobre el Sida, celebrada este mes en Durban, Sudáfrica, se planteó la inquietud con respecto al número creciente de huérfanos por la enfermedad.
En ese foro, la Agencia Estadounidense para el Desarrollo Internacional (USAID) calculó que, para el 2010, "al menos 44 millones de niños habrán perdido uno o ambos padres… en los 34 países más severamente afectados por la pandemia de sida".
De esa cantidad, "68 por ciento de sus padres morirán ambos de sida", lo cual representa un gran incremento desde 1990, cuando el sida causaba 16,4 por ciento de las muertes de los padres de niños huérfanos.
La crisis de los húerfanos es más grave en Africa subsahariana, donde se encuentran 12,1 millones de los 13,2 millones de niños que perdieron a sus padres debido al sida, agregó USAID.
"En al menos ocho países de esta región, entre 20 y 35 por ciento de los niños menores de 15 años perdieron uno o ambos padres. Para el 2010, 11 países habrán igualado esta cifra", advirtió el organismo.
Estas predicciones exigen recursos locales e internacionales para ayudar a los niños, según Onusida. "Aunque hemos visto que algunos gobiernos africanos avanzaron en respuesta a la crisis de los huérfanos, hace falta mucho más", dijo De Santis.
Lo que hacen falta son políticas nacionales que busquen la reforma del sector educativo para ayudar a estos huérfanos y sus comunidades, además de cambios en la salud, que debe garantizar atención de calidad para las necesidades de los niños y las comunidades afectadas por el sida, agregó.
De igual importancia para los huérfanos, sostiene, son las leyes. Se deben aplicar para "proteger los derechos de estos niños", dijo. (FIN/IPS/tra-en/mmm/da/aq/he/00