INDONESIA: Líderes de Molucas piden intervención de ONU

Líderes de la comunidad molucana en el exterior denunciaron que el ejército de Indonesio no puede ni desea evitar la violencia sectaria que impera en su ancestral patria insular.

Por esa razón, pidieron a la comunidad internacional que envíe una fuerza de paz a las islas Molucas para terminar con la actual "carnicería".

El conflicto entre las comunidades cristiana y musulmana en las Molucas, conocidas anteriormente como Islas de las Especias, estalló en enero de 1999.

Decenas de miles huyeron de sus aldeas para buscar la relativa seguridad de los campamentos de refugiados sobre las islas o en otras partes de Indonesia.

El lunes, autobuses cargados de manifestantes llegaron a Bruselas desde Holanda, sede de la mayor comunidad molucana en Europa (50.000), para pedir a los ministros de la Unión Europea (UE) que, por lo menos, pusieran a la isla en la agenda de los asuntos del Consejo de Asuntos Generales.

Vestido con sus traje tradicional y con la cabeza envuelta con la banda roja usada por la mayoría de los cristianos de las Molucas, el organizador de la manifestación, Willem Sopacua, pidió que la lucha de su grupo fuera escuchada y luego se unió a sus connacionales para pedir la intervención internacional, y la independencia.

"El mundo habla de Timor Oriental, pero nuestra gente está muriendo en mayor cantidad. Las víctimas son más de las que admiten los funcionarios de Jakarta", dijo a IPS, mientras acariciaba el mango del puñal tradicional que pendía de su cintura y trataba de hacerse oír sobre el ruido de los manifestantes.

Sopacua es secretario del Congreso Nacional Molucano y coordinador del Centro de Acción de la República de Molucas del Sur, dos organizaciones que, según dijo, representan a la diáspora en Europa, "incluidos muchos musulmanes". Sin embargo, no había musulmanes entre los manifestantes en Bruselas.

Indonesia es la nación musulmana más grande del mundo, con más de 90 por ciento de sus 200 millones de habitantes fieles al Islam, pero en las Molucas no hay una mayoría significativa.

El grupo de defensa de los derechos humanos Human Rights Watch (HRW), con sede en Nueva York, estimó que más de 3.000 personas perecieron desde que estallaron las hostilidades regionales hace 18 meses, pero en las últimas semanas, la cantidad de muertos subió constantemente.

La escalada de violencia fue atribuida a la llegada de 2.000 seguidores de Laskar Jihad (Guerra Santa Laskar), una organización paramilitar islámica con sede en Java.

El líder de Laskar Jihad advirtió repetidamente que su grupo enviaría a 10.000 miembros para librar una guerra santa contra los cristianos. Militantes radicales de Sumatra lanzaron idénticas amenazas.

Según informes de la agencia de noticias estatal desde Ambon, la capital regional, más de 10.000 refugiados cristianos esperan ser evacuados y muchos están amenazados de inanición.

Al menos 22 personas de la vecina aldea cristiana de Waai fueron asesinadas el martes. Otro 500 refugiados cristianos escaparon de la isla molucana de Halmahera mediante un trasbordador, pero perecieron ahogados cuando la sobrecargada embarcación zozobró en alta mar.

La organización Amnistía Internacional, con sede en Londres, señaló que ambos bandos del conflicto acusaron a la policía local y el ejército de tomar partido e intervenir en la lucha, pero esas denuncias son difíciles de comprobar.

Un representante de la Sociedad para los Pueblos Amenazados (GFBV), un grupo humanitario alemán que ayudó a organizar la protesta y ha estado activo en las Molucas por varias décadas, dijo a IPS que Laskar Jihad tuvo estrecho contacto con el ex dictador indonesio Suharto y goza del apoyo de los militares.

"El hecho más alarmante de los últimos meses es la directa participación de las fuerzas de seguridad en el conflicto. Los militares admiten ahora que soldados y policías tomaron partido en lugar de tratar de detener la violencia", dijo.

"Además, los militares han apoyado llamamientos de los militantes musulmanes para librar una 'guerra santa' contra los cristianos en las Molucas", dijo Ulrich Delius, un experto de GFBV en cuestiones asiáticas.

Indonesia celebró sus primeras elecciones parlamentarias libres en décadas el 7 de junio de 1999. Según BFVB, Laskar Jihad, con el respaldo de Suharto, "ha inflamado deliberadamente la situación para desestabilizar la incipiente democracia en esa nación insular".

El 26 de junio, el presidente indonesio, Abdurrahaman Wahid, declaró una emergencia civil en la región, una medida que precede a la ley marcial, y envió tropas adicionales en un intento de sofocar la violencia.

Sin embargo, a pesar de la prohibición de ingreso de no residentes a la isla, ordenada por Wahir, las tropas no han impedido el acceso de los paramilitares.

Mientras existe "la necesidad urgente de una fuerza neutral que detenga el baño de sangre, las tropas estacionadas en la región virtualmente carecen de credibilidad en las áreas donde urge la acción de unidades de interposición", dijo Joe Saunders, vicedirector de HRW para Asia.

"La declaración de un estado civil de emergencia carece de significado si las fuerzas de seguridad no son neutrales" agregó Saunders, y señaló que gran cantidad de armas del ejército y municiones han ido a manos de los paramilitares.

Debido a esas circunstancias, la comunidad molucana en Europa pide una intervención internacional.

En junio, el Congreso Nacional Molucano y el Centro de Acción de la República de Molucas del Sur iniciaron una campaña para lograr que la Comisión de las Naciones Unidas sobre Derechos Humanos "tome posición" en el problema.

Los líderes comunitarios enviaron 10.000 tarjetas postales al secretario general de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), Kofi Annan, demandando que el Consejo de Seguridad autorice una misión de paz.

Como parte del esfuerzo de "toma de conciencia", grupos de jóvenes molucanos que actúan en Holanda han hecho circular fotos "perturbadoras" de víctimas de la violencia, incluso de aquellas que fueron decapitadas, apuntó Sopacua.

Anunció que los manifestantes viajarán también a Ginebra en la tercera semana de agosto, cuando se reúna la Comisión de Derechos Humanos de la ONU, para pedir la intervención. Además, los activistas realizarán una protesta por semana hasta que sus demandas sean escuchadas.

El gobierno de Wahid rechazó el pedido de una fuerza internacional de paz, si bien un vocero militar dijo la semana pasada que gran cantidad de tropas desplegadas allí (en total 19 batallones), serán reemplazadas porque están demasiado involucradas emocionalmente en el conflicto.

Un portavoz de Chris Patton, el comisario ejecutivo de la UE para Relaciones Exteriores, dijo a IPS que ni la Comisión Europea ni "nadie en Occidente", quiere cuestionar tan pronto la integridad territorial de Indonesia, ahora que Timor Oriental alcanzó la autonomía.

Las elecciones y la posible declaración de independencia de Timor Oriental están previstas para alguna fecha entre el 30 de agosto y comienzos de diciembre del 2001. El vocero dijo que el tema no fue discutido aún por el Consejo de Asuntos Generales, que debe establecer la agenda de la UE para los próximos 30 días.

En esa sesión, el Consejo deberá determinar las prioridades de la UE respecto de la 55 Asamblea General de la ONU.

Según Frieda Souhuwat, una integrante del grupo que se autodenomina gobierno molucano en el exilio y perdió varios familiares en el conflicto, la renuencia de la comunidad internacional a involucrarse directamente es "inexcusable".

Un representante de GFBV dijo a IPS que Francia, que asumió la presidencia rotativa de la UE el 1 de julio, se negó a conceder una audiencia a la delegación molucana.

No obstante, un representante de Javier Solana, el representante de la UE para Seguridad Común y Política Exterior, aceptó escuchar las demandas.

Jozias van Aartsen, el ministro de Asuntos Exteriores de Holanda, ex dominador colonial de Indonesia, dijo la semana pasada que el conflicto debía ser considerado un problema interno.

La respuesta europea más severa hasta ahora provino del Parlamento de Estrasburgo, el único organismo entre las instituciones de la UE elegido por voto popular.

Una resolución conjunta patrocinada por grupos políticos de izquierda, adoptada por el parlamento el 6 de julio, pidió a la Comisión Europea y los ministros de exteriores "insistir para que el gobierno indonesio dé todos los pasos posibles para poner fin a la violencia en las Molucas".

Si bien la resolución deja abierta la posibilidad de enviar observadores internacionales a la región, se abstiene de pedir una fuerza de paz. Cautamente, pide que la comunidad internacional examine cómo puede contribuír "para restaurar la calma en las islas".

Los parlamentarios pidieron también a las autoridades indonesias la creación de corredores humanitarios y el establecimiento de estrictos controles sobre entrega de armas dentro y fuera de las Molucas. (FIN/IPS/tra-en/bk/sm/ego-mlm/ip-hd/00

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