GUINEA ECUATORIAL: Nada mejor que el petróleo para atraer a EEUU

El petróleo descubierto en Guinea Ecuatorial en 1995 despertó el interés de compañías estadounidenses que invirtieron más de 5.000 millones de dólares en el país africano desde entonces.

Esas reservas que, gracias a los avances en la tecnología de la perforación, resultan lucrativas, convirtieron a Malabo, la capital, en un puerto de mar que atrae multimillonarias inversiones estadounidenses.

Exxon Mobil halló petróleo en el país en 1995, paradójicamente pocas semanas después que Washington cerrara su embajada en Malabo para reducir costos. Desde entonces, Estados Unidos se convirtió en el mayor inversor en la ex colonia española de 350.000 habitantes.

"Están sentados sobre una riqueza fenomenal. Económicamente, Guinea Ecuatorial se hizo muy importante para Estados Unidos, como el resto de Africa Occidental", señaló Stephen Hayes, presidente del Consejo Corporativo sobre Africa (CCA), agregando que Washington debe abrir la embajada una vez más.

Funcionarios estadounidenses dijeron que la reapertura tomará algún tiempo debido a falta de presupuesto en el Departamento de Estado (cancillería), pero no negaron que los intereses del país en Guinea Ecuatorial aumentaron vertiginosamente.

La producción petrolera del país podría eclipsar la de Congo y Camerún en pocos años. Pasó de cero en 1997 a 130.000 barriles diarios en la actualidad, y llegaría a 200.000 para el 2005, según los últimos cálculos.

Además de Exxon Mobil, el mayor productor hasta ahora, Triton Energy, que descubrió en octubre último otra reserva de 500 millones de barriles, comenzó a bombear el mes pasado. Tres empresas estadounidenses más, Samedan Oil, CMS Energy y Vanco, también están presentes en el país.

Dondequiera que se encamina el capital petrolero estadounidense, el gobierno, a pesar que Malabo deja mucho que desear en materia de derechos humanos, no le pierde pisada.

En junio, la Corporación de Inversiones Privadas en el Exterior (OPIC), con sede en Washington, aprobó el mayor paquete de la historia para un proyecto en Africa subsahariana: 373 millones de dólares en garantías y seguros para construir y operar una planta de metanol de 450 millones de dólares en la isla de Bioko.

Diez días después, el Departamento de Estado aprobó una solicitud pendiente desde hacía tiempo de la compañía Military Professional Resources Inc. (MPRI) para hacer un estudio de factibilidad pedido por Malabo sobre un servicio de guardia costera capaz de defender sus aguas, ahora ricas en petróleo.

Ambas iniciativas confirman un cambio notable en la política estadounidense hacia el antiguo estado paria, de indiferencia y aislamiento a una de compromiso, al menos tentativo.

"Queremos vincularnos con (el presidente Teodoro) Obiang, y creemos que él tambien quiere venir a nuestro encuentro", dijo un funcionario, indicando que las reformas introducidas en 1998 por el gobierno africano han hecho mucho más atractiva a Guinea Ecuatorial para las inversiones estadounidenses.

De todos modos, muchos observadores, en especial grupos de derechos humanos, temen que Estados Unidos olvide la pésima situación humanitaria imperante en el país, como hiciera en Arabia Saudita o Nigeria, en aras del acceso al petróleo.

El gobierno de Bill "Clinton parece ignorar los informes que dispone sobre la situación de derechos humanos en Guinea Ecuatorial y pone las ganancias antes de los principios", según Adotei Akwei, un investigador africano de Amnistía Internacional (AI).

La ley impide que OPIC, por ejemplo, respalde proyectos en países que sistemáticamente violan derechos laborales recononocidos en el ámbito internacional, "a menos que den los pasos para adoptarlos e implementarlos"

En su informe de 1999 sobre derechos humanos en Guinea Ecuatorial, el Departamento de Estado señaló que "el gobierno coninúa restringiendo derechos laborales, no existen sindicatos de trabajadores y las huelgas están prohibidas".

El abuso de esos derechos, según el informe, "es un problema particular en la industria petrolera".

Sin embargo, funcionarios del Departamento de Estado insisten que el gobierno mejoró en ese aspecto.

"Una ONG (organización no gubernamental) o dos pudieron ingresar al país, y se ha permitido a las empresas extranjeras aplicar las normas de la Organización Internacional del Trabajo (OIT) con sus propios trabajadores", apuntó un funcionario.

Además, Malabo pidió a Washington asistencia técnica para mejorar los derechos laborales, según el mismo funcionario, quien agregó que el paquete de OPIC también contempla la cooperación entre agencias estadounidenses, OIT y Guinea Ecuatorial.

La situación general de derechos humanos, si bien no es tan brutal como en la época del dictador Francisco Macías, hace 30 años, siguen siendo terribles, según el Departamento de Estado y supervisores independientes.

Asesinatos, torturas, maltrato y extorsión de prisioneros, así como otros abusos de las fuerzas de seguridad, continúan siendo denunciados por grupos humanitarios internacionales. Pertenecer a partidos políticos opositores o poseer artículos críticos de diarios foráneos se castiga con la cárcel, según Amnistía. (FIN/IPS/tra-eng/jl/da/ego/aq/if-ip/00

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