Duplicar la asistencia actual a Africa durante una década sería suficiente para salvar a las economías del continente sumidas en el marasmo, afirmó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre Comercio y Desarrollo (UNCTAD) en un nuevo informe.
En el informe, titulado "Flujos de capital y crecimiento en Africa", se sugirió duplicar durante 10 o 20 años la ayuda oficial al desarrollo que recibe el continente, cuyo monto es 10.000 millones de dólares anuales en la actualidad, para que los países africanos dejen de depender de ese apoyo y mejoren la calidad de vida de su población.
El aporte de la comunidad internacional pedido para insertar a Africa en la economía mundial equivale a sólo cinco centavos por cada 100 dólares gastados por los consumidores en los ricos países de la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE).
"La necesidad de fondos externos es más acuciante en Africa que en cualquier otra región en desarrollo, en especial en Africa subsahariana, donde los bajos niveles de ingreso no permiten acumular recursos locales suficientes para alcanzar modestos objetivos de inversión y crecimiento", afirmó la UNCTAD.
"La única manera factible de terminar con la dependencia africana de la asistencia externa es lanzar un masivo programa de ayuda y sostener un rápido crecimiento por un período cuya duración permita el ahorro local y la captación de inversión extranjera", aseguró.
El informe estudió la relación entre flujos de capital y crecimiento económico en Africa, y sus conclusiones se basan en gran medida en la experiencia de los llamados "tigres" del sudeste de Asia, que rompieron el círculo vicioso de la pobreza y de los inadecuados recursos locales durante los años 60 y 70.
La UNCTAD enfatizó que reducir la dependencia de la asistencia y el peso de la deuda es la mejor vía para fortalecer la capacidad africana de hacer negocios, aportar fondos necesarios para estimular un crecimiento rápido y sustentable, y atraer flujos de capital privado que reemplacen la ayuda oficial.
Según datos de la UNCTAD, el capital privado en Africa subsahariana aún es escaso, y representa dos por ciento del ingreso nacional en la región, en promedio.
Más de la mitad de la población de Africa subsahariana, de 700 millones en total, vive con menos de un dólar diario, y eso es muy insuficiente para generar un nivel de ahorro local mínimo.
El estudio se elaboró con datos recogidos entre 1994 y 1998, los cuales indican que la región sólo captó en ese período inversión extranjera equivalente, en promedio, a 18 por ciento de sus ingresos nacionales, mientras el ahorro local fue 13,2 por ciento de esos ingresos, en promedio.
Para lograr un crecimiento sustentable de seis por ciento anual, la captación de inversión extranjera debe aumentar a 22 por ciento de los ingresos nacionales, y el ahorro a 18 por ciento, según la UNCTAD.
En el informe, de 39 páginas, se señaló que los países de Africa subsahariana sólo lograron, en promedio, un crecimiento económico de tres por ciento durante los últimos 15 años.
Ghana y Uganda, que en un tiempo fueron los preferidos de los donantes, lograron al comienzo de ese período un impresionante crecimiento económico, que llegó a siete por ciento anual a comienzos de los años 90, pero luego su desempeño cayó a niveles decepcionantes.
Los precios de productos básicos que son las principales exportaciones subsaharianas cayeron 25 por ciento en los últimos 15 años, mientras Africa subsahariana afrontaba también grandes disminuciones del ahorro y depreciaciones de sus monedas por una combinación de factores.
Algunos de esos factores fueron términos desfavorables de intercambio comercial, problemas de balanza de pagos y efectos de la liberalización del comercio.
Al mismo tiempo, el flujo de capitales externos disminuyó, y la región no logró participar en la recuperación de aportes privados a los mercados emergentes que se produjo a comienzos de los años 90.
El resultado de todos los procesos mencionados fue un crecimiento lento y errático, que no permitió adecuados niveles de vida y de ahorro local.
Los esfuerzos para atraer capitales e inversión privada mediante una acelerada liberalización dieron como resultado una gran volatilidad de los escasos recursos de capital.
"Africa no puede depender eternamente de la caridad, pero es necesario bombear algunos recursos para que aumente el ingreso", dijo Delphin Rwegasira, director del Consorcio Africano de Investigaciones Económicas, un grupo de estudios de políticas de desarrollo.
Sin embargo, la UNCTAD advirtió que ayuda no es lo único que se necesita.
En el informe se pidió tambien "repensar" políticas internacionales y locales para evitar "errores" que causaron el fracaso de los programas de ajuste estructural para el crecimiento sustentable en el continente, a comienzos de los años 80.
Ningún país africano cumplió con éxito esos programas ni logró un proceso de crecimiento sostenido, indicó la UNCTAD.
"El fracaso en el intento de iniciar un proceso de acumulación y crecimiento, pese a los significativos volúmenes de ayuda exterior recibidos, es atribuido por lo general a errores políticos. Tambien parece ser la principal razón de la 'fatiga' de los países donantes", apuntó.
Los gobiernos africanos deberán comprometerse a resolver los problemas actuales de conflictos armados y desperdicio de recursos, advirtió Rwegasira.
"Deberemos limpiar nuestra propia casa y usar nuestros recursos en forma adecuada", expresó.
También será necesario que las naciones de Africa subsahariana planifiquen en sectores estratégicos como la agricultura, y desarrollen su propio sector empresarial para que reinvierta ahorros en los mercados locales. (FIN/IPS/tra- eng/ja/sm/ego/mp/dv/00)