DERECHOS HUMANOS-COREA: Más evidencias de masacres en la guerra

Nuevas masacres de civiles cometidas por el ejército de Estados Unidos en la guerra de Corea (1950-1953) salen ahora a la luz, cinco decenios después, cuando los bandos entonces en conflicto tratan de sellar la paz definitiva.

Denuncias y desgarradores testimonios de testigos que describieron el sufrimiento de los refugiados civiles fueron revelados en un foro realizado en Nueva York para conmemorar los 50 años de la guerra.

Hwang Gae Il, un obrero surcoreano de 57 años, narró el bombardeo estadounidense que mató a sus familiares y amigos en la mañana del 20 de agosto de 1950, cuando un avión de reconocimiento estadounidense voló sobre el campo de juncos donde buscaban refugio unos 2.000 civiles.

Diez minutos después, cuatro bombarderos llegaron desde el sur y comenzaron a disparar metralla y a lanzar bombas sobre la gente.

"Los cadáveres estaban por todas partes. Brazos amputados, cabezas destrozadas, piernas sangrando… Lo que vi no puede reproducirse con palabras", dijo Hwang, que entonces tenía siete años de edad.

El padre de Hawng intentó huir con él en brazos, pero una bala le atravesó el mentón y dio en el ojo derecho del pequeño.

El sobreviviente dijo que nunca pudo superar la incapacidad y sus heridas físicas y psicológicas.

Unos cinco millones de personas, más de la mitad de ellas civiles, murieron en la guerra que enfrentó a Corea del Sur y Estados Unidos con Corea del Norte y China.

En las semanas previas al aniversario del inicio de la guerra, el 25 de junio, la prensa estadounidense se refirió al conflicto como "la guerra olvidada", y reveló nuevas denuncias sobre masacres de civiles coreanos.

Otro testigo de los acontecimientos del 24 de junio, Kim Sun Joon, profesor de caligrafía de 60 años, hizo un relato similar. La metralla le arrancó el brazo izquierdo el 10 de agosto de 1950.

Kim, entonces de 10 años de edad, recordó cómo los aviones estadounidenses se precipitaron sobre un campo en el que se encontraban cientos de aldeanos, vestidos de blanco para mostrar que eran civiles.

"Los aviones volaron tan bajo que incluso algunos niños hicieron contacto visual con los pilotos. Cuando el bombardeo y los disparos comenzaron, todos creyeron que se trataba de un error", contó Kim, quien nunca pudo encontrar una explicación a la matanza de la que fue testigo.

"¿Por qué los soldados estadounidenses me dispararon? Yo sólo era un niño inocente. ¿Por qué mis familiares y vecinos murieron sin razón?", se preguntó.

El reverendo Kiyul Chung, uno de los organizadores del foro, dijo que los hechos narrados por los dos surcoreanos no eran incidentes aislados ni el resultado de un error. "Los militares de Estados Unidos cometieron asesinatos sistemáticos de civiles", dijo.

"Los comandantes de la Fuerza Aérea consideraron a todas los civiles como fuerzas enemigas", agregó.

Chung, pastor metodista, es secretario general de la nueva Comisión de la Verdad sobre masacres de civiles a manos de militares estadounidenses radicada en Washington. La comisión busca realizar una "investigación independiente sobre los crímenes de guerra estadounidenses".

El ejército de Estados Unidos investiga denuncias, reveladas por la agencia de noticias Asociated Press en septiebre, de que en julio de 1950 sus tropas abrieron fuego de metralla contra refugiados surcoreanos acorralados en un puente cerca de la aldea de No Gun Ri.

La investigación no ha tenido resultados hasta ahora, a pesar de que funcionarios del Pentágono (Departamento de Defensa) admitieron en mayo al diario The New York Times que soldados estadounidenses dispararon a civiles desarmados y que cientos fueron asesinados.

Activistas vinculados a la Comisión de la Verdad rechazaron la investigación oficial. "No podemos confiar en el Pentágono para que conduzca una investigación sobre sus propios crímenes de guerra", dijo John Kim, abogado y presidente del grupo de Veteranos para la Paz de Nueva York.

"Es importante que el pueblo estadounidense exija al Congreso legislativo la creación de una comisión investigadora independiente", sostuvo.

Por su parte, Scott Scheffer, miembro del Centro de Acción Internacional que auspició el foro, dijo que a diferencia de masacres cometidas en la guerra de Vietnam (1955-1973) como la de My Lai (marzo de 1968), los asesinatos de civiles coreanos no fueron revelados entonces al público estadounidense.

La razón de ello es que la guerra de Corea ocurrió en la era de la "caza de brujas" anticomunista liderada por el senador Jospeph McCarthy, "y no hubo ningún movimiento contra la guerra", explicó.

Miembros de la Comisión de la Verdad también señalaron que los sobrevivientes de las masacres lucharon durante 50 años por obtener una defensa y compensación por parte del gobierno estadounidense, pero las denuncias fueron rechazadas por el Pentágono.

Sin embargo, ahora parece que la tendencia está cambiando, gracias a la estabilidad de la democracia en Corea del Sur, el impacto de las denuncias de No Gun Ri y el mejor relacionamiento entre las dos Coreas, afirman los activistas.

El acontecimiento más importante en ese acercamiento fue la histórica cumbre entre los presidentes Kim Dae Jung, de Corea del Sur, y Kim Jong Il, de Corea del Norte, en Pyongyang, celebrada los días 13, 14 y 15 de junio.

"Algunos expertos estiman que dos millones de norcoreanos y un millón de surcoreanos fueron asesinados en bombardeos indiscrimniados" estadounidenses, dijo John Kim.

El abogado también mencionó un documento de la Fuerza Aérea desenterrado de los Archvios Nacionales. El documento, un memorándum escrito por un coronel, confirmó que la Fuerza Aérea fue obligada por el ejército a "bombardear a todos los civiles".

La cadena CBS News, que publicó el documento el 6 de junio en su página de Internet, señaló que constituía "la primer gran evidencia" de que los soldados estadounidenses recibieron órdenes de matar a civiles.

Associated Press informó en diciembre que, de acuerdo con documentos secretos de la Fuerza Aérea, se ordenó a los pilotos que dispararan sobre "la gente vestida de blanco", en la sospecha de que los soldados norcoreanos podrían estar entre ellas.

Los sobrevivientes Hwang y Kim aseguraron que nunca vieron soldados norcoreanos cerca de sus aldeas, situadas en la provincia sureña de Kyong Sang, de donde las fuerzas estadounidenses y surcoreanas se retiraron en los primeros días de la guerra.

"Los militares estadounidenses veían a las poblaciones civiles como enemigos o como obstáculos que debían ser sacados del camino", dijo el periodista Deirdre Griswold, uno de los ocho miembros de una delegación internacional que viajó a esa provincia en mayo.

"Muchas personas tenían quemaduras de napalm y heridas de metralla", contó, por su parte Brian Wilson, veterano de la guerra de Vietnam y activista por la paz que también integró la delegación.

Willson comparó la guerra de Corea con la de Vietnam. En ambos casos Estados Unidos intervino en una guerra civil asiática para apoyar el estableciento de un régimen tiránico y anticomunista, dijo.

La Comisión de la Verdad creó un comité nacional en Corea del Sur y establece comisiones de investigación también a nivel provincial.

También procura ubicar fosas comunes que contendrían los cuerpos de miles de prisioneros políticos ejecutados por soldados surcoreanos y la policía en las primeras semanas de la guerra.

Documentos militares desclasificados revelan que las autoridades del ejército estadounidense, incluyendo altos mandos, sabían de las ejecuciones y no hicieron nada para detenerlas, informó Associated Press en abril.

"La verdadera reconciliación sólo llegará luego de que se diga la verdad sobre estas masacres", dijo Chung. (FIN/IPS/HD/sw/da/rp/mj/ip hd/00

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