/REPETICION/ BOSNIA-HERZEGOVINA: Ardua reconstrucción de servicios sociales

Aiska Huskic, de 78 años, es un ejemplo viviente de la tragedia de Bosnia-Herzegovina. Su hijo luchó y murió en el bando serbio durante la guerra (1992- 1995), y por eso la anciana musulmana no fue bien recibida en su región natal, también de mayoría musulmana.

Finalmente terminó como persona desplazada en Prijedor, en la parte serbia, o República Srpska, de Bosnia-Herzegovina. La ciudad padeció la limpieza étnica durante la contienda y se hizo casi enteramente serbia.

Huskic, que padece problemas de hipertensión y de la vista, vive en un cuarto alquilado y trata de sobrevivir con su mísera pensión de 15 dólares por mes. El peor impacto de la guerra fue el desplazamiento de la mitad de 4,5 millones de bosnios. Alrededor de 1,2 millones todavía siguen alejados de sus casas.

Prijedor es una de las dos ciudades que integran un proyecto de cooperación al desarrollo financiado por el gobierno de Finlandia. Este comprende un grupo móvil que actúa desde la oficina local de seguridad social y ofrece ayuda a Huskic y otros ancianos.

El grupo móvil, que consiste en un médico y asistentes sociales, hace llamados a domicilio dos veces por semana para comprobar el estado de Huskic. Se le examina su estado de salud y se le brinda alimentación básica.

«Como el dinero es escaso, las oficinas sociales deben elegir a quién ayudar. Ahora la prioridad son los ancianos, porque muchos de ellos quedaron solos por la guerra que dividió a las familias», dijo el coordinador finlandés del proyecto, Raani Haapamaeki.

Agregó que en una sociedad con dirección centralizada, la seguridad social fue burocrática y centrado en las oficinas. La gente que necesitaba ayuda debía concurrir a los despachos para solicitarla. Los menesterosos no eran buscados afuera ni tampoco existían grupos móviles para ayudar a la gente en sus casas.

Finlandia aportó 1,8 millones de dólares al proyecto de desarrollo del sector social. El proyecto lo implementa el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) y la organización Oficina Independiente de Asuntos Humanitarios (IBHI).

El doctor Zarko Papic dirige el proyecto desde Sarajevo. Señaló que, además de Prijedor, se implementa otro proyecto en la ciudad de Travnik, que está situada en la Federación Bosnia formada por croatas y musulmanes.

Durante la guerra en Bosnia-Herzegovina todos los grupos étnicos, musulmanes, croatas y serbios lucharon entre sí. El Acuerdo de Paz de Dayton, mediado por Estados Unidos en 1995, garantizó la independencia de Bosnia y Herzegovina pero dividida en dos entidades. Una principalmente serbia y, la otra, croata y musulmana.

Según Papic, los ejemplos ofrecidos por las dos ciudades piloto están destinados a formar las bases para un nuevo sistema de seguridad social para toda Bosnia-Herzegovina.

Agregó que el objetivo es «una red local de protección social sustentable» para cada municipio. Su realización incluye reconstrucción material de las instalaciones y su reequipamiento, formación de personal y apoyo directo a los beneficiarios y grupos vulnerables.

Papic dijo que Bosnia halló la manera de financiar su seguridad social. De todos modos, eso no será fácil porque el 61 por ciento de la población vive bajo el nivel de pobreza. El experto observó que la transición del socialismo a la economía de mercado se demoró 10 años debido a la guerra.

El producto interno bruto (PIB) por persona en Bosnia- Herzegovina asciende a menos de 1.000 dólares, lo cual resulta inferior a la cifra anterior a la guerra. El desempleo se calcula en 40 por ciento.

Papic indicó que es positivo comprobar que la cuota de autofinanciación para el sector de servicios sociales aumentó este año tanto en Prijedor como en Travnik.

Añadió que el apoyo internacional para la reconstrucción de Bosnia-Herzegovina resultó opacado porque muchas organizaciones no se percataron que el país necesitaba un tipo diferente de ayuda respecto a otras naciones en crisis.

«No vieron que todavía teníamos personal entrenado y organizaciones capaces, y todo lo que necesitábamos eran construcciones sustentables», aseguró. (FIN/IPS/tra-en/ms/sm/ego/aq/dv/00

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