El debate internacional acerca de la gobernabilidad en los países más pobres cede paso tímidamente a una discusión cada vez menos eufemística sobre por qué la democracia no ha resultado siempre una herramienta útil para reducir la pobreza.
El Banco Mundial y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD) auspiciaron este mes la realización de un foro en Estocolmo a fin de que los participantes planteen cuáles son las barreras y cuáles las estrategias que se deben seguir para reducir la pobreza en democracia.
Un amplio grupo de académicos, políticos y líderes de la sociedad civil procedentes de distintas regiones del mundo, elaboraron así una serie de recomendaciones para, entre otras ideas, luchar contra la corrupción y promover una mayor participación de los pobres en gobiernos democráticos.
Convocados por el Instituto para la Democracia y la Asistencia Electoral (IDEA), dirigentes de Europa oriental, Asia, Africa y America Latina identificaron trabas que impiden a los más pobres gozar de los beneficios de la democracia y trazaron estrategias para aumentar su participación.
Pero antes de las recomendaciones tuvieron un amplio debate.
"Ya no quedan enemigos en el mundo", situó el secretario general de IDEA, Bengt Save Soderbergh, al abrir el V Foro por la Democracia de esa organización. "Ahora vemos una gran amenaza por la brecha alarmante que se abre entre los ideales de la democracia y su puesta en práctica", remarcó.
El Foro, que realiza IDEA cada año, tuvo esta vez como consigna "Democracia y pobreza: ¿un eslabón perdido?", y al finalizar dos días de exposiciones, debates y talleres, Save-Soderbergh consideró que ante la gran cantidad de propuestas de los participantes, el interrogante podía ser quitado del título.
Save-Soderbergh expresó a IPS su satisfacción con los resultados del encuentro. "Elaboramos una agenda interesante de temas y desafíos futuros sobre una relación que, como lo señalábamos en el título, no es fácil", reconoció.
De acuerdo con IDEA, en las dos últimas décadas creció dramáticamente el número de países que adoptaron la democracia y en la última se registró un total sin precedentes de naciones en las que los ciudadanos votaron por primera vez o lo hicieron después de largas dictaduras.
Sin embargo, la pobreza sigue incrementándose en casi todo el mundo. Más aun, Save-Soderbergh admitió que hay países que lograron aliviar la pobreza sin el marco de la democracia, y en cambio modernas democracias en las que se ve un aumento del número de pobres, de excluidos, de violencia y de corrupción.
En los pasillos, el debate se dividió en dos grandes grupos. Los que consideraban que era necesario promover mayores índices de participación mediante programas de apoyo a los más pobres, y los que sostenían que el problema era macroeconómico y respondía a los condicionamientos de los gobiernos.
No faltaron quienes acusaron de favorecer a los dictadores a quienes plantearon el desafío que representa ver disminuir el número de pobres o atender mejor las demandas sociales en países donde no se elige democráticamente a las autoridades desde hace décadas.
En este sentido, uno de los asistentes, el ex presidente ecuatoriano Oswaldo Hurtado, comentó a IPS que el foro tuvo mayor representación de organismos de la sociedad civil que de políticos, y por lo tanto hubo una "falta de realismo" en propuestas que desconocen las presiones fiscales que sufren los gobiernos.
Del lado de las organizaciones no gubernamentales se respondía a estos cuestionamientos señalando, en cambio, los grados de corrupción que se registran en muchos gobiernos de países pobres, en tanto algunos otros acusaban por la corrupción a las empresas de las "democracias maduras" que sobornan.
La cita contó además con la presencia de funcionarios a cargo de la cooperación internacional de diversos gobiernos, y de representantes del PNUD y del Banco Mundial, dos instituciones que en sus últimas publicaciones plantean la vinculación entre democracia y pobreza.
Los funcionarios de cooperación de Suecia, Holanda y Canadá se manifestaron decepcionados por la falta de resultados de muchos de los programas de reducción de la pobreza, y reconocieron su desorientación respecto de cómo participar en la resolución de estos problemas de forma más eficiente.
Deepa Narayan, compiladora del libro "Voces de la Pobreza" publicado por el Banco Mundial, comentó en Estocolmo que el trabajo del organismo responde a la necesidad de conocer en forma directa los reclamos de los más desposeídos. El trabajo abarcó a 60.000 personas en 60 países.
El banco y el PNUD apoyaron la realización de este foro porque comparten esta misma preocupación acerca de la falta de participación de los más pobres en las democracias, y coincidieron en el diagnóstico acerca de las dificultades prácticas de este sistema para resolver los problemas sociales.
Incluso en el último informe del PNUD se plantea el tema de la pobreza atravesado por el de la democracia y el buen gobierno, y lanza la idea —que retomó el foro como tema clave— de un "eslabón perdido" entre los gobiernos democráticos y la reducción de la pobreza.
Narayan comentó a IPS su preocupación por los buenos resultados en crecimiento económico y reducción de pobreza que consiguen países como China, Cuba u otros del sudeste asiático, mientras los de Europa oriental, que se abrazaron a la democracia, ven aumentar su número de pobres.
En este sentido, Federica Mogherini, del Foro Mundial de la Juventud, trazó durante el encuentro un triste panorama acerca de la falta de oportunidades de los jóvenes que viven en Europa oriental y la ex Unión Soviética y de su desinterés por participar en un sistema político que no parece incluirlos.
El propio vicepresidente del Banco, Matt Karlsson —que participó del cierre del Foro el viernes— reconoció que la receta del crecimiento económico, la educación y la salud no fueron suficientes para revertir la pobreza, y que tampoco alcanzó con liberalizar los mercados y reformar los Estados.
Su reconocimiento del cambio en el que está embarcado el Banco Mundial fue celebrado por el secretario general de IDEA, quien recordó que hace apenas 10 años "el evangelio" del banco era el libre mercado. "Le damos la bienvenida a esta nueva forma de pensar", remarcó Save-Soderbergh.
Los asistentes —reunidos en talleres de buen gobierno, participacion, ciudadanía, derechos, corrupción y papel de los donadores—, senalaron las acciones específicas que se deben crear o promover para mejorar la integración entre promoción de la democracia y reducción de la pobreza.
En ese marco, senalaron que los gobiernos sufren condicionamientos de organismos financieros internacionales, criticaron a algunas instituciones democráticas de los países en desarrollo por ineficientes, y anotaron que la calidad de los líderes politicos es baja, así como es alta la corrupción.
Además, afirmaron que los pobres no estan organizados para participar en la toma de decisiones.
También dijeron que para que haya buen gobierno se necesitan programas que refuerecen a organizaciones como sindicatos o partidos políticos, que se transfieran más recursos a los niveles municipales de gobierno, y que haya una mayor transparencia de parte de los organismos financieros multilaterales.
Para aumentar la conciencia de los derechos y la ciudadanía entre los más pobres, sugirieron realizar campañas de alfabetización y darle mayor poder al Estado.
Como ejemplo de "empoderamiento" de mujeres pobres que luego se vuelcan a la política, el Foro presento el programa del Banco Grameen, impulsado por Mohammed Yunus, de Bangladesh, y que otorga pequeños créditos a muy bajo interés a personas pobres, 95 por ciento las cuales son mujeres.
Yunus aseguró en Estocolmo que las mujeres que reciben los préstamos no solo ven mejorada su condición economico-social, sino que comienzan a interesarse también por sus derechos políticos, su derecho a informarse, a capacitarse, y a participar no solo votando sino como candidatas de elecciones.
Los talleres habían sido precedidos el jueves por un largo debate acerca de por qué la democracia no puede siempre dar respuestas a los más pobres. Si bien reivindicaron a la democracia como instrumento idóneo para ese fin, consideraron que se deben mejorar sus resultados prácticos.
IDEA, la institución convocante, es una organizacion de 14 paises de distintas regiones del mundo reunidos hace seis años con el objetivo de promover la democracia en todo el mundo. Entre otras actividades, desde 1995 realiza un foro para debatir acerca de los distintos problemas de la democracia.
El último foro (1999) se refirió a la falta de participación de los más jóvenes, el de este año sobre pobreza y el próximo será sobre las oportunidades y las amenazas que plantea la revolución informática a los sistemas democráticos.
Ahora, con el tema de democracia y pobreza, ofreció un foro de debate para un tema que, como quedó demostrado con la presencia allí como auspiciantes del Banco Mundial y el PNUD, cada vez preocupa más en todo el mundo. (FIN/IPS/mv/mj/dv/00